Fabio Dana 9y

La sacó barata

BUENOS AIRES -- En lo deportivo, Boca perdió. Como era previsible, la Conmebol le dio por perdido el partido ante River y así lo dejó afuera de la Copa Libertadores. River será el rival de Cruzeiro en cuartos de final.

Pero no sufrió mucho en relación a la suspensión del estadio ni a su futura participación en torneos continentales: podrá jugar en La Bombonera a puertas cerradas durante cuatro partidos. Y si se clasifica estará presente en la Copa Libertadores 2016. Eso sí: deberá pagar una multa de 200.000 dólares.

En la previa, se especulaba con una multa de 500.000 dólares, de una suspensión para jugar torneos internacionales de hasta dos años y de la clausura del estadio por el mismo tiempo.

Nada de esto ocurrió. Podría decirse, entonces, que la sacó barata: se descontaba que el partido ante River no iba a continuar tras los graves ataques con gas pimienta que sufrieron varios jugadores millonarios, pero sí preocupaba el futuro del club en las próximas competiciones.

La famosa "sanción ejemplificadora" que iba a aplicar la Conmebol, al final, no llegó. Sin dudas, el peso de Boca en el continente y lo que genera para la TV y los sponsors fue un factor determinante a la hora de tomar esta decisión. Claro, el negocio por encima de todo.

¿Se perdió una ocasión histórica pensando en terminar de una vez por todas con la violencia en las canchas?

En verdad, el cambio profundo que todos reclamamos no se arregla sólo con una sanción ejemplar. Porque si no se empieza a trabajar de verdad con quienes tienen las herramientas para cambiar este presente, pronto viviremos lo mismo o algo todavía peor en otra cancha, con otros equipos, otros jugadores y otros hinchas.

Las responsabilidades están claras. Primero, hay que contar con el apoyo del Estado, que hoy no existe. Como ejemplo, alcanza con analizar el caso de Javier Cantero. El ex presidente de Independiente se enfrentó a los barras con decisión y coraje: lo dejaron solo, tanto sus pares como la clase política. Hoy, Cantero es un ex dirigente condenado al ostracismo, y los barras a los que combatió se pasean con libertad e impunidad por el club.

Desde el Estado deben llegar políticas claras y precisas que ayuden a desactivar el negocio de las barras, verdaderas mafias que son dueñas de cada rincón del fútbol nacional.

Con el Estado atrás y el apoyo de policías, jueces y fiscales, la AFA y los dirigentes de los clubes tendrán que soltarles la mano a los barras que muchas veces apañan, a veces porque la dirigencia forma parte del negocio, y otras por temor a las represalias si no hacen "la vista gorda".

Luego, será la hora de educar a los hinchas que no son barras, pero que dentro de un estadio se comportan como si lo fueran: para ellos, deberán imponerse duras sanciones.

Si nada de esto ocurre, seguiremos dando vueltas sobre los mismos problemas con discursos de ocasión, frases hechas que no conducen a nada si no se actúa con decisión y convicción.

Para Boca, ahora, nace un nuevo problema. Ya consumada la sanción y mientras hace el duelo por el duro golpe que significa volver a quedar afuera ante River en un torneo continental, deberá replantearse el futuro de este plantel, del cuerpo técnico y del propio presidente, Daniel Angelici.

Los Xeneizes invirtieron millones para ganar la Copa Libertadores, el gran objetivo del año. Llegaron figuras de primer nivel internacional como Daniel Osvaldo y Nicolás Lodeiro, que se sumaron a otros como Gago, Cata Díaz, Orion...

Por plantel, por historia, y por lo que venía haciendo en el torneo durante la fase de grupos Boca era el gran candidato. Pero se topó con River, los nervios le ganaron al buen juego y a la razón y todo terminó demasiado rápido y con escándalo.

A Boca le queda el torneo local, donde es líder, como premio consuelo. Seguramente, con una sola competencia y un plantel tan largo la impaciencia de los que no juegan será mayor y mantener la armonía dentro del grupo será complicado para Rodolfo Arruabarrena.

¿Qué será del DT? El Vasco cuenta con el apoyo incondicional de la gente. Demostró carácter y personalidad para dirigir a un club tan grande como Boca, aunque en la serie ante River se le puedan reprochar algunas cuestiones tácticas o estratégicas, siempre discutibles. Si no ocurre nada raro seguirá al frente del equipo hasta que termine su contrato.

Para Angelici, en cambio, en un año electoral, esta es una mancha muy grande. Sus aspiraciones a la reelección se vieron afectadas y su futuro político es ahora una incógnita. Dicen que, en principio, analiza renunciar a su cargo de vicepresidente en la AFA. La "mano blanda" que siempre mostró ante algunos sectores de la barra es ahora una carga muy pesada. Y sin dudas, le pasará factura.

Decíamos que la sanción ejemplificadora no llegó, pero de todos modos lo ocurrido puede ser el punto de partida para cambiar y tener un fútbol más sano. Sino, dentro de poco y para no perder la costumbre, estaremos escribiendo sobre lo mismo.

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