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Napout defendió el fallo de Conmebol contra Boca

ASUNCION -- El Tribunal de Disciplina que excluyó a Boca Juniors de la Copa Libertadores actuó en forma independiente y no hubo ninguna injerencia de la FIFA en su decisión, dijo el jueves Juan Angel Napout, presidente de la Conmebol.

Sin embargo, aceptó que la sanción no era la que la opinión pública esperaba, dijo en entrevista televisiva."Como ocurre con los resultados de los partidos de fútbol, ya se sabía que la decisión que adoptaran los jueces de Conmebol no iba a agradar a una de las dos partes, pero fue una decisión independiente", aseguró Napout.

"Siempre hay un riesgo cuando se juntan en un estadio 40.000 personas", pero subrayó que "los violentos son una minoría que no pasa del centenar de personas", agregó el dirigente.

Boca fue excluido de la actual Libertadores, y tendrá que jugar ocho partidos sin público (cuatro como local y cuatro como visitante), a raíz de las agresiones que los jugadores de River Plate sufrieron en su estadio La Bombonera en un partido por los octavos de final del torneo continental.

Por otro lado, el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Juan Ángel Napout, pidió sumar esfuerzos para conseguir que "los violentos en el fútbol se queden en sus casas", tras la agresión con una sustancia irritante a jugadores de River Plate en el encuentro frente a Boca Juniors de la Copa Libertadores el pasado jueves.

En el partido del pasado jueves, un grupo de jugadores de River fue atacado con un gas tóxico cuando salía al campo para iniciar el segundo tiempo del encuentro que finalmente fue suspendido con el marcador 0-0, después de un 1-0 favorable a los millonarios en el Monumental.

Cuatro jugadores de River Plate, Leonardo Ponzio, Leonel Vangioni, Ramiro Funes Mori y Matías Kranevitter, fueron diagnosticados con "queratitis química" por el ataque.

El partido fue suspendido después de una hora y 14 minutos de producirse los hechos y la Bombonera, el estadio de Boca Juniors, fue clausurada por esos hechos.

Los incidentes del último Boca-River han vuelto a poner en el ojo del huracán al fútbol argentino a nivel internacional y han reavivado en la opinión pública el debate sobre el problema endémico de la violencia en las canchas.