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Menos juegos podría ser mejor

Varios jugadores de Grandes Ligas han dado el paso al frente y puesto su sello en los procedimientos en abril y mayo. Miguel Cabrera y Adrián Beltré conectaron recientemente su jonrón 400 en sus carreras. Bryce Harper y Giancarlo Stanton parecen superarse uno al otro cada día. Shelby Miller ha emergido como un as en Atlanta, y Matt Harvey ha hecho un regreso inspirado de su cirugía Tommy John como el Caballero Negro de Ciudad Gótica.

Pero si buscamos a alguien que pueda ejemplificar mejor las tribulaciones del jugador de béisbol de hoy en día - por ejemplo, alguien con cara de sueño, con extremidades pesadas - el antesalista de San Luis Matt Carpenter podría ser el candidato.

Carpenter, un dos veces Todos Estrellas que se encuentra quinto en la Liga Nacional con OPS de .948, participó en 27 juegos consecutivos al comenzar la temporada antes de tomarse un descanso de cuatro días en este mes por "fatiga extrema". El diagnóstico fue desconcertante para aquellos que se preguntan cómo un jugador se puede quedar sin gasolina tan temprano en el calendario. Pero como dijo el manager de los Cardenales Mike Matheny, los ataques de mareos, deshidratación y un ritmo cardiac acelerado de Carpenter llegaron luego de un periodo riguroso de 20 partidos en 20 días.

"Nosotros amamos como él afronta cada partido, pero obviamente eso tiene su precio", dijo Matheny. "Es un ritmo difícil de seguir".

La temporada de Grandes Ligas ha sido descrita de diferentes maneras, como una maratón, una rutina o una prueba de resistencia física y mental, con viajes agotadores, registros en hoteles a tempranas horas del día, juegos diurnos luego de haber participado en juegos nocturnos y días libres llenos de torneos caritativos de golf como parte del escenario. Los jugadores no suelen quejarse porque saben que la reacción del público va a ser indiferente o francamente hostil: ¿Habrá algún fanático en EEUU que simpatice con atletas profesionales que viven el sueño de vivir con un salario anual promedio de $4.25 millones?

Contra ese telón de fondo, los jugadores de MLB deben considerarse afortunados de tener a alguien de alto perfil sosteniendo el caso por clemencia. Poco después de que sustituyera en el puesto a Bud Selig a fnales de enero, el nuevo comisionado Rob Manfred comenzó a flotar la idea de reducir la temporada de 162 a 154 partidos. Manfred ha seguido discutiendo el tema públicamente, aunque el mismo no estuvo en la agenda de las reuniones de dueños de MLB en Nueva York esta semana.

Ahora que Manfred ha dicho lo que piensa del asunto, los jugadores tienen algo de cubierta al alegar que el jugar 162 partidos en 183 días es un concepto anticuado - el equivalente a querer poner una salchicha de 2½ libras en una funda donde solo caben dos libras. Aunque nadie puede decir con certeza que el calendario es lo que causa las lesiones de codos, más visitas a la lista de lesionados y juego poco inspirado, el tema ha sido puesto de repente en el radar.

"No quiero que se comience a pensar que nos estamos quejando del calendario, diciendo que es brutal", dijo el relevista de los Diamondbacks de Arizona Brad Ziegler. "Cuando firmamos, sabíamos lo que había. Pero al mismo tiempo, es difícil jugar a tu mejor nivel cuando apenas tienes 20 días libres en un periodo de seis meses. En cualquier momento que estés jugando fatigado o cansado, estás en riesgo de lesionarte. Uno tiene que jugar este juego a un cierto nivel para ser competitivo. Y si no tienes tus reservas de energía completas, es duro".

Ziegler, miembro del subcomité ejecutivo de la Asociación de Jugadores, espera que como parte de la decisión sobre este asunto se toque el tema económico cuando se discuta como parte de las negociaciones colectivas para un nuevo convenio en el 2016. Si los equipos van a sacrificar las ganancias de boletería de varios juegos para crear un calendario más humano, ¿cuáles concesiones tendrán que hacer los jugadores?

"Pienso que todo el mundo lo apoyaría", dijo Ziegler. "La pregunta es, '¿Qué tendremos nosotros que ceder para lograrlo?' ¿Dónde está el equilibrio? Quizás no sea un buen compromiso. Pero si existe alguna forma de trabajarlo, pienso que eso mejoraría en algo el juego".

De 154 a 162

La Liga Americana cambió su calendario de 154 a 162 juegos luego de la temporada de 1960, y la Liga Nacional hizo lo propio un año después. Como ha explicado el historiador de MLB John Thorn, el cambio fue necesario por la necesidad de tener uniformidad al ocurrir la expansión de 16 a 20 equipos.

La configuración no ha cambiado en medio siglo, pero no todas las temporadas de 162 juegos son creadas iguales. Los Yankees de Nueva York, quienes ganaron la Serie Mundial en 1961, jugaron su partido de apertura el 11 de abril y tuvieron 29 días libres antes que terminara la temporada el 1 de octubre. Hubo más oportunidad de respirar para acomodar 162 juegos porque los Yankees jugaron la increíble cantidad de 23 dobles partidos - y no del tipo de doble jornada día/noche que fuerza a los jugadores a mantenerse llegar a los estadios a las 10 a.m. y quedarse en los alrededores hasta la medianoche.

De los 46 dobles partidos de Nueva York durante la temporada de 1961, 34 de ellos se completaron en menos de 2 horas, 40 minutos. El "ritmo del juego" no era una preocupación en esos días.

La postemporada fue también menos que un calvario. La Serie Mundial de 1961 entre Nueva York y Cincinnati comenzó el 4 de octubre y terminó el 9 de octubre. Cierto, muchos jugadores tenían otros empleos en la temporada baja durante esa era para complementar sus míseros salarios en el terreno; Willie Mays y Willie McCovey vendían autos en el invierno, y Jim Palmer trabajó en una tienda de ropa. Pero a los jugadores no se les requería que pasaran cada invierno levantando pesas y ejercitándose como demonios para asegurarse que llegaran a los entrenamientos primaverales en condiciones óptimas. El entrenamiento primaveral era el momento para que los jugadores se pusieran en forma.

De forma lenta, y casi imperceptible, MLB ha ido añadiendo capas de estrés al calendario - desde los juegos interligas a las rondas de playoffs al juego de Domingo de Grandes Ligas por ESPN. Cuando los Piratas miraron por primera vez su calendario del 2015, ellos notaron que estarían jugando 33 partidos en 34 días (y 49 juegos en un periodo de 51 días) en agosto y septiembre.

"Yo noté un cambio: Uno abre y cierra su maleta con mayor frecuencia ahora", dijo el manager de los Piratas Clint Hurdle, quien llegó a las Mayores con Kansas City en 1977. "No puedo cuantificarlo, pero es real".

Por supuesto, el elefante farmacéutico en el cuarto añade un componente emocional a la conversación. Junto con la implementación de pruebas más estrictas para detectar el uso de sustancias para mejorar el rendimiento, MLB implementó una prohibición del uso de anfetaminas en el 2006, poniéndole fin a un viejo ritual y una larga tradición en el béisbol. En 1969, Jim Bouton estremeció los cimientos del deporte con la revelación del rampante consumo de "greenies" en el camerino de los Seattle Pilots en su libro "Ball Four." Viajamos en el tiempo hasta esta pasada primavera, y los escritores nacionales se preguntaban como el primera base de Baltimore Chris Davis recibió una suspensión de 25 juegos la pasada temporada al fallar en pedir una exención para el uso terapéutico del medicamento Adderall.

Ningún jugador de Grandes Ligas va a pedir un regreso a los viejos buenos tiempos, cuando las anfetaminas llenaban los recipientes de dulces en el medio del camerino. Pero no es una exageración decir que el estudiante promedio que se quema las pestañas estudiando para sus exámenes finales tiene más ayuda farmacéutica a su disposición que los 750 jugadores en los rosters de Grandes Ligas.

"El béisbol está en un buen lugar en cuanto a la situación con las PED", dijo el intermedista de Pittsburgh Neil Walker, representante de la unión de jugadores. "Pero desde el punto de vista de la recuperación, vemos que se están añadiendo más cosas a la lista prohibida. Ahora básicamente solo nos queda el café. Si tienes un bate pesado, te aguantas y esperas que puedas dormir bien y despertar mejor mañana. Cuando llega septiembre y estás en medio de la carrera por los playoffs, tu mente y tu adrenalina están en un punto diferente, Pero en agosto, cuando estás agotado mentalmente, esos días libres pueden ser muy valiosos".

Algunos escuchas que siguen a los equipos de ciudad en ciudad piensan que la represión ha tenido un impacto. En el clima actual, los gerentes se han vuelto más prudentes con la firma de jugadores de mayor edad, y las piernas frescas jóvenes son más valiosas al construir un roster a largo plazo.

"MLB tiene esta política de limpiar el béisbol, pero en el terreno es como la serie de TV 'Dead Men Walking'", dijo un escucha de MLB. "Les pides a los chicos que jueguen series de dos juegos y que viajen a través del país luego de juegos nocturnos para jugar uno diurno al día siguiente, y encima les quitas todas las cosas que solían usar.

"Los swings son más largos y lentos. Los chicos no corren tan duro hacia las bases porque tratan de conservar su energía. Los jardineros no están tirando tan bien. Y los chicos lucen cansados en juegos diurnos luego de partidos nocturnos, así que los equipos tienen que usar más sus jugadores reservas y el producto en el terreno no es tan atrayente. Hay muchas áreas donde eso afecta".

La caída estadística

Cuando Roger Maris rompió el record de jonrones de Babe Ruth con 61 cuadrangulares en la temporada de expansión de 1961, el entonces comisionado Ford C. Frick debatió si se le debía colocar un asterisco a su nombre (a final de cuentas, la respuesta fue no). De igual forma, un regreso a 154 juegos provocaría una discusión sobre las estadísticas y la "integridad" histórica de los números.

"¿Qué le haría esto a Cooperstown?", dijo Hurdle. "¿Cambia la influencia de las marcas históricas? Para mí, la marca que siempre puedes utilizar desde el punto de vista ofensivo es la de los 200 hits. Ese número no ha cambiado a lo largo de los años sin importar cuantos cambios se le hagan al juego. Pelota muerta. Pelota viva. Aumentas el montículo. Bajas el montículo. Es difícil conseguir 200 hits en una temporada. Y si quitas ocho juegos, va a ser más difícil aun".

El exceso en la era de los esteroides ha devaluado algunos números y ha afectado algo de su importancia. Es difícil admirar las estadísticas todopoderosas cuando Barry Bonds, Roger Clemens, Mark McGwire, Rafael Palmeiro y Sammy Sosa están congelados fuera de Cooperstown, y Alex Rodríguez acaba de sobrepasar a Willie Mays con su cuadrangular 661 en un ambiente prácticamente indiferente.

En realidad, cada época tiene sus peculiaridades o factores subyacentes que ayudan a proporcionar el contexto adecuado. Ruth conectó sus 714 jonrones durante la segregación en el béisbol. Mays y Hank admitieron haber tomado anfetaminas cuando jugaban, y la era de los esteroides subió la apuesta a un nivel completamente diferente.

"La gente se queda atrapada en los números, pero es la generación en la que jugaron", dijo el coach de la banca de los Filis de Filadelfia Larry Bowa. "Hank Aaron o Willie Mays romperían records si jugaran en estos estadios de hoy en día. ¿Ven los ponches hoy en día? Es difícil imaginarse lo que Nolan Ryan o Steve Carlton harían hoy. Las estadísticas son buenas, pero no creo que se deba ir en detrimento de una discusión de 154 vs. 162".

Los fans ven esto como el ejemplo más reciente de una mentalidad acomodaticia hacia los jugadores, e incluso los fanáticos más acérrimos del béisbol se preguntan si tener más tiempo libre en el calendario podría ser beneficioso. Eso incluye a Bowa, quien jugó en 162 partidos en 1974 a pesar de que apenas pesaba 155 libras. Él va a cumplir 70 años en diciembre y sigue llegando al estadio temprano cada día y suele hacer varios swings con un bate con aplomo.

Luego de pensar un poco sobre la pregunta de una temporada más corta, Bowa piensa que una mejor opción sería aumentar los rosters de 25 a 27 o 28 jugadores. Cada noche, el manager debe someter una lista de 25 jugadores a los árbitros, y los jugadores que no están en la lista tienen garantizada una noche libre.

Bowa no está tan convencido de la idea de bajar de 162 a 154 juegos. Pero ha visto la suficiente cantidad de jugadores en estadio semicomatoso y ha compilado suficientes historias de horror en los viajes en años recientes para entender la razón por la cual este es un tema de discusión.

"Si yo tuviese que ponchar un reloj y tuviese que levantarme a las 6 a.m., yo diría, 'Tienes que estar bromeando. Estos chicos ganan demasiado dinero'", dijo Bowa. "Pero las cosas son diferentes ahora. Pienso que vale la pena considerarlo".

Gracias al más reciente globo de prueba de Manfred, los dueños y los jugadores están listos para entrar a un debate encarnizado sobre el tema. Y luego de décadas de abrazar la idea de que "más es mejor", el béisbol está listo para decidir si menos es incluso mejor.