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Ancelotti: Real Madrid o año sabático

MADRID - Real Madrid o nada. La única certeza que Carlo Ancelotti parece tener de cara al futuro es que si no se mantiene como entrenador del Real Madrid se tomará un sabático.

Es la hora que, culminada la campaña, en el club nadie se ha puesto en contacto con él para comunicarle la decisión de la directiva, misma que desde hace días, se rumora, está tomada.

Desde el martes pasado, el técnico del Madrid no tiene contacto alguno con su directiva. La última vez que intercambió palabras con el presidente del club, Florentino Pérez, fue en un acto publicitario que se llevó a cabo hace casi una semana.

Se da por sentado que se realizó en privado, pues durante el breve momento que compartieron el estrado, mientras posaban para la foto de familia con el resto del equipo, no cruzaron palabra. Y como lo hizo en la víspera, el italiano mantuvo el tipo mientras se mostró comprensivo con la frialdad por parte de la directiva.

"Nadie tiene prisa. El club debe tomar una decisión justa y yo estoy esperando", señaló el técnico en rueda de prensa tras el encuentro de este sábado ante el Getafe, que se saldó con una victoria merengue por 7-3.

Ovacionado de manera unánime por el Santiago Bernabéu, Ancelotti contempló desde la grada el que probablemente fue su último partido al frente del equipo, pues el club no apeló la sanción de dos partidos impuesta al técnico por "menospreciar al árbitro" del encuentro ante Valencia de hace dos semanas.

No tenía sentido apelar, reconoció el técnico, pues, según apuntó, Madrid "no ganaba nada con este recurso, la apelación no era necesaria".

Ya desde entonces, cuando el Madrid apenas logró sacar un empate 2-2 ante Valencia, se vislumbraba el principio del fin para Ancelotti, pues aunque a la semana siguiente sus hombres sacaron la casta para llevarse una victoria por 1-4 sobre el Espanyol, era demasiado tarde.

Barcelona les había ganado la partida por la Liga y con ello se acabaron las esperanzas de ganar uno de los tres títulos grandes, algo que en la casa blanca suele significar una sentencia para el técnico y anunciar cambios sustanciales en el plantel.

Y a medida que se acercaba el final, comenzó la cascada de nombres de candidatos a suplir al italiano.

Rafa Benítez, quien rechazó la oferta de renovación del Nápoles, y Jürgen Klopp, quien se despidió este mismo sábado del Borussia Dortmund, son los más fuertes, además de Joachim Löw, el sueño casi imposible, pues recientemente renovó su contrato como entrenador de Alemania hasta 2018.

A ellos se ha unido una disparatada lista que va desde Unai Emery, Nuno Espírito Santo, los de moda en España, hasta Michel, por no dejar. Salvo Löw, ninguno de los anteriores termina de convencer a Florentino Pérez, justo el detalle que ha postergado la sentencia del italiano.

Pero Ancelotti no se dejará echar tan fácilmente. Según Sky Sports Italia, la cláusula de rescisión del contrato del italiano, vinculado al club hasta 2016, rondaría los 3.5 millones de euros, que es, por otro lado, una cantidad mucho menor a los 7.5 millones que percibe por temporada.

De momento, ya ha dejado más que claro que si se va, no será "de común acuerdo", como suelen anunciarse este tipo de decisiones.

Tanto el viernes pasado, en la última comparecencia del entrenador en la Ciudad Deportiva del Real Madrid en Valdebebas, como este sábado, Ancelotti señaló que sigue en "espera" de la llamada de la directiva para comunicarle la decisión, misma que podría producirse a más tardar el martes de la próxima semana.

Mientras tanto, en torno a Ancelotti se empiezan a acumular los rumores de pretendientes, alguno inverosímil como la versión que circuló en días pasados que lo ponía como probable sustituto de Luis Enrique al banquillo del Barcelona y otro que, más que rumor parece ser una oferta real, procedente de Milán, donde el propietario del equipo, Silvio Berlusconi, está dispuesto a tirar la casa por la ventana con tal de tener de vuelta al técnico que le dio su última Champions.

Pero Ancelotti se mantiene en sus trece. Madrid, o nada.

"Se lo agradezco (a Berlusconi), pero si no sigo aquí paro un año", dijo.