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Por caminos distintos

"Tengo mucha fe en los jugadores", aseguró Cocca Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- Los resultados de los clásicos suelen dejar secuelas. Y el de Avellaneda no es una excepción. Racing le ganó con claridad a Independiente y expuso las notables diferencias que hoy viven los dos equipos.

La Academia, campeón del torneo local en 2014, está con la gran ilusión de avanzar a las semifinales de la Copa Libertadores, el jueves. Pero la victoria ante el rival de toda la vida, además de darle una motivación especial para el choque contra Guaraní, lo puso de vuelta en carrera en el torneo local, donde quedó a cuatro puntos de los líderes Boca y San Lorenzo.

El Rojo deambula por la mitad de la tabla y es puro desconcierto dentro y fuera de la cancha: su DT está en la cuerda floja y muchos dudan de que llegue a dirigir el partido de la fecha que viene, ante Tigre.

El partido fue una muestra del presente por el que transitan. Racing mostró autoridad de entrada, jugó con la energía y la concentración con la que se deben disputar estos partidos y con la bandera de Milito y Bou se llevó un triunfo tan esperado como justo.

Independiente fue más de lo mismo. El equipo de Almirón siempre muestra buenas intenciones en cuanto a lo futbolístico. Pero es frágil. Cuando empieza ganando, tiene serias dificultades para mantener el resultado. En muchos de los encuentros de este campeonato arrancó pegando primero, pero nunca tuvo la inteligencia para cambiar la estrategia, para adaptarse a lo que pedía ese nuevo momento del partido.

Y cuando arranca perdiendo, se desespera, se obnubila. El Rojo da muchas ventajas en defensa y le falta punch en ataque. Ahí está la clave de su irregularidad. En definitiva, es un equipo tibio, que depende demasiado de lo que pueda hacer Mancuello, pero hasta el mismo capitán se vio desbordado en la últimas fechas: fue expulsado dos veces seguidas, contra Boca y Racing, en una muestra de la impotencia que invade al equipo.

No hay dudas: el técnico no le encuentra la vuelta al equipo. La gente del Rojo no lo quiere. ¿Presentará la renuncia o esperará que lo despidan? ¿Aguantará una fecha más? Ese es el debate que hoy se da por una parte de Avellaneda.

La otra parte es pura alegría. Si algo le faltaba a Diego Cocca para ganarse de manera definitiva a la gente de la Academia era quedarse con el clásico. Así, el técnico se sacó la espina del torneo pasado, cuando luego de caer en el Libertadores de América, y de haber declarado "prefiero ganar el torneo que el clásico", fue muy cuestionado por la gente, al punto que su continuidad quedó en duda.

Racing posee algo muy positivo, que no todos los clubes, por más figuras que tengan, se pueden dar el lujo de tener: hay un equipo. La base del campeón está intacta, cada uno sabe su papel, a qué se juega. Cuenta con un Bou intratable, y con un líder positivo como Milito, un jugador distinto que en las difíciles siempre aparece, que marca el camino dentro y fuera de la cancha. Un ejemplo.

Ahora, la Academia buscará cerrar una semana perfecta logrando el pasaje a las semifinales de la Libertadores. El Rojo, en medio del desconcierto, debe definir su futuro.