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¿Malicia o accidente?

Hubo varios aspectos clave en la emocionante victoria de los Cleveland Cavaliers sobre los Atlanta Hawks en tiempo suplementario por 114-111 como el triple-doble de un LeBron James extenuado y la pasividad de Jeff Teague en los últimos minutos, pero es posible que ningún factor haya sido más vital que la expulsión de Al Horford en el segundo cuarto tras su falta brutal a Matthew Dellavedova.

Al Horford fue expulsado del encuentro con 34 segundos por jugar en aquel segundo periodo y Dellavedova recibió una falta técnica. La expulsión fue exagerada, una decisión localista de parte de los referís, mientras que la inexplicable falta técnica para el escolta de los Cavs fue por la reputación que lo precede.

Claramente el codazo volador de Horford no llegó a destino, lo que pudo haber hecho las cosas mucho peor, pero el ala pivot dominicano no es el tipo de jugador que hace ese tipo de cosas, no es Dennis Rodman. Horford no debió haber reaccionado de esa forma, pero claramente sintió que fue provocado.

Tengamos en cuenta que Atlanta iba ganando por 49-48 y Horford era su máximo anotador hasta ese entonces con 14 puntos en 19 minutos, habiendo encestado siete de sus 10 tiros de campo. Los Hawks ganaban por cuatro puntos con él en la cancha y perdían por tres cuando él descansaba, y su ausencia se sintió como un vacío gigante en la zona pintada durante el resto del partido.

Ni hablar de la posible suspensión por un partido que marginaría a uno de los caudillos de Atlanta del cuarto juego de la serie, el que podría llegar a ser el encuentro definitivo.

Eso sí, fíjense bien en la jugada y verán como Dellavedova le lanza un codazo endeble a la ingle de su rival tras tropezar con DeMarre Carroll, eso es lo que desata la furia de Horford, quien seguramente recordó la jugada en la que el mismo Dellavedova lesionó a Korver en el segundo juego de la serie.

Además, el australiano de 24 años también generó la expulsión de Taj Gibson, el ala pivot de los Chicago Bulls, durante el último cuarto del quinto juego de aquella serie.

Hay mucha gente, especialmente en Atlanta y Chicago, que cree que Dellavedova es un jugador sucio. Yo no estoy seguro de ello, pero tampoco creo en las coincidencias.

Que algo desafortunado suceda una vez es un accidente, dos es algo improbable, pero ya para la tercera ocasión es difícil pensar que él es una carmelita descalza.

No tomen solamente mi palabra al respecto, veamos que dijeron los protagonistas del partido.

DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA

Primero que nada citemos a declarar a los dos protagonistas del incidente. Señores, la plataforma es toda suya.

¨Yo lo estaba tapando (a Horford) para buscar el rebote y puedes ver que él me está arrastrando el brazo izquierdo¨, dijo Dellavedova.

Sí, eso es verdad, pero a la misma vez él no hizo nada para prevenirlo y posteriormente tomar ventaja de la situación.

Quizás lo más apropiado sería decir que Dellavedova no es un jugador sucio pero sí un ¨vivo¨, un instigador que explora cual es el límite de sus acciones y luego reacciona acorde a ellas.

¨Yo sí pienso que me buscó¨, dijo Horford. ¨Pero yo debí haber reaccionado mejor, no debí haberme dejado provocar por eso, es algo de lo que definitivamente aprendí una lección¨.

Eso también es muy cierto, su reacción fue innecesaria y veteranos como él nunca deben perder de vista lo imprescindibles que son para su equipo, especialmente en un partido que es a vida o muerte como el del domingo.

Horford también dijo que no cree que lo de su rival haya sido malicioso y que no se sabe si fue a propósito o no, pero que los antecedentes de un Dellavedova que ¨debe aprender¨ le hacen pensar que si lo fue.

Eso podrá ser verdad, pero no es tu responsabilidad hacerlo aprender como oponente. En todo caso, deja que él aprenda por si solo con multas de la liga, más faltas técnicas y expulsiones si sigue así. Tu reacción innecesaria diezmó a tu equipo cuando más te necesitaba.

Si en verdad esto es parte del ¨juego¨ de Dellavedova y no solo una serie de accidentes, su cuenta bancaria y sus minutos en cancha sufrirán por igual eventualmente.

David Blatt, el entrenador de los Cavaliers, también dijo que Dellavedova juega con fiereza pero limpiamente.

Por otro lado, LeBron James defendió a su compañero y dijo que mientras nadie quiere lesionar a alguien, tampoco se puede quitar a la naturaleza agresiva del juego en sí.

¨(Dellavedova) se mata trabajando todos los días, supera las expectativas y deja alma y vida en la cancha todas las noches. Si ellos se están enfocando en Delly, entonces se están enfocando en lo equivocado...estoy un poco ofuscado por ello ya que él es mi amigo...y la gente está intentando darle una mala reputación. Él no se la merece, y a mí no me gusta¨, dijo LeBron.

Está bien, LeBron, me parece bien que defiendas a tu compañero, pero nadie discute que Dellavedova se esmera todos los días dentro del campo de juego ni que ser agresivo sea algo malo, sino que él se mete en el medio de situaciones cuestionables con más frecuencia que el resto de la liga.

Esta polémica no está por solucionarse a corto plazo, y de alguna manera lo hecho está hecho.

La única conclusión que queda es que es una verdadera pena que una serie entre los dos mejores equipos de la Conferencia Este se vea manchada por instancias como esta.