Jerry Crasnick 9y

Comprometido y enfocado

El mes de mayo tiene muchas graduaciones y rituales, así que quizás sea tiempo de que le echemos una mirada a donde se encuentra el jardinero derecho de los Nacionales Bryce Harper en su calendario educacional.

Con cada swing autoritario - o decisión de dejar pasar un lanzamiento rompiente que se queda a pocos centímetros de pellizcar la zona -- Harper merece otra mención junto a una figura icónica que tiene una placa en Cooperstown. Un día, se encuentra en ritmo de retar el record de una temporada de Ted Williams de 147 boletos gratis a los 22 años. Al día siguiente, se encuentra en camino de conectar 40 cuadrangulares a los 22 años - un logro que lo podría en una fraternidad junto con Joe DiMaggio, Mel Ott, Eddie Mathews, Johnny Bench, Juan González y Alex Rodríguez.

En un camino paralelo, Harper se encuentra una vez más entre los mejores talentos entre sus pares. A finales de la semana pasada, FanGraphs publicó una historia en la que sugería que una comparación entre el viejo Harper versus Mike Trout no sería tan descabellada. El mismo día, en un programa en la radio satelital, Jim Duquette y Mike Ferrin se involucraron en un agitado debate sobre el tema, "¿A quién preferirías tener ahora y en el futuro: Harper or Giancarlo Stanton?" Ferrin eligió a Harper, mientras que Duquette se fue con Stanton.

Debemos poner algo de perspectiva aquí: Harper es más joven por nueve meses que Kris Bryant y seis meses menor que Joc Pederson, los candidatos principales para el Novato del Año en la Liga Nacional. Él va a seguir teniendo 22 años cuando los Nacionales jueguen su partido final de temporada regular ante los Mets a principios de octubre. De los 29 Novatos del Año desde el 2000 (sin incluir a Harper, quien logró dicho honor en el 2012), 20 eran más viejos que lo que será Harper cuando termine esta temporada, luego de cuatro años de servicio en las mayores.

La historia ha tomado un giro dramático desde abril del 2014, cuando Harper fue enviado a la banca por el manager de los Nacionales Matt Williams por fallar en correr bien hacia primera ante San Luis. La espiral en descenso continuó cuando Harper se desgarró el pulgar deslizándose de cabeza en una base, perdiéndose dos meses de temporada, y mostrando poco poder cuando regresó. Harper pareció haber tocado fondo en agosto, cuando levanto la bandera blanca y aceptó que Trout era, de hecho, el mejor jugador.

Quizás era el fanático inherente el que habló por él, pero Harper se mantuvo aferrado a sus convicciones en esto.

"El béisbol siempre anda en las de preguntar, '¿Qué has hecho por mí últimamente?'" dijo Harper. "Así es como funciona el juego. Yo sigo creyendo que Trout es el mejor jugador en el deporte, sin duda. No se trata de ser segundón de nadie. Me encanta ver a Stanton conectar jonrones o ver a Kris Bryant hacer las cosas que él hace. Me encanta ver a Matt Harvey o Gerrit Cole o Noah Syndergaard lanzar a 100 mph. Yo vitoreo a los chicos. Siempre he sido así".

Si los problemas de Harper en su carrera han logrado impartir una lección, es que las percepciones son volubles y no se puede complacer a todo el mundo, entonces ¿por qué intentarlo? Trout es amado en parte porque juega el juego con la simpleza de los jugadores de los años 50. A pesar de su grandeza dentro del terreno, él es pura vainilla fuera del terreno. En contraste, Harper parece más a los 31 sabores de Baskin-Robbins ahogados en salsa de chocolate post juego. Quizás Trout sea el jugador superior y la apuesta más segura a largo plazo, pero Harper, en virtud de su personalidad dual, es infinitamente más convincente.

A todas luces, el Bryce privado es respetuoso de la historia del béisbol, orientado hacia su familia y dedicado a su fe mormona. Es fanático del negocio 2 Amy's pizza en D.C., le encanta el chocolate y tocar su guitarra. Nunca ha hecho nada para avergonzar a su organización fuera del terreno (toco madera) y rutinariamente cita los consejos de su padre de que es más importante ser una buena persona lejos deldiamante que un gran jugador dentro del él. Recuerden quienes son y de donde vinieron, es algo que Ron y Sheri Harper le recuerdan constantemente a sus tres hijos.

El Bryce de béisbol conecta largos cuadrangulares y viene con un lado grandilocuente. Él irrita a los átbitros, arroja equipo al terreno, juega con un cierto aire que recuerda a un joven Pete Rose y provoca reacciones fuertes en ambos lados del terreno. Es cautivo de sus emociones, y si estás en su esquina, lo vas a defender, y vas a tildar sus reacciones como "indiscreciones de juventud". Y si no lo estas, es un chico arrogante. Abre su boca, y comienzan los disparos.

"Quizás sea porque soy de Vegas", dijo Harper. "No me asusta lo que otra gente piense. Yo siempre digo las cosas de frente, y si tengo algo que decir, no lo voy a esconder. Si te gusta, te gusta. Y si no te gusta, pues no te gusta. Si el otro equipo me odia y me quiere matar, pues que así sea. Pero si yo estoy en tu equipo, me vas a amar porque yo voy a jugar duro cada noche. Así es que soy y así es que he sido siempre".

Inicio monstruoso

Los númers iniciales son asombrosos. Luego de poco más de un cuarto de la temporada ya culminado, Harper lidera las Grandes Ligas en carreras anotadas (39), extrabases (26), boletos (40), OPS (1.198), poder aislado (.393) y Victorias sobre Reemplazo (4.1).

Incluso ha brillado con el guante. De acuerdo con Baseball Info Solutions, Harper lidera a los jardineros derechos en todo el béisbol con 10 Carreras Salvadas por la Defensa (DRS por sus siglas en inglés). Jason Heyward, de San Luis, y quien es considerado de los mejores en dicha posición, tiene cuatro DRS.

"Mi actitud es que si no logro un hit, nadie va a conseguir un hit", dijo Harper.

Pongan todos los números en un envase, y saldrá una receta para evaluaciones positivas. Con la posible excepción de David Letterman, ninguna otra figura de entretenimiento en EEUU ha recibido más halagos en este mes.

En la victoria sobre Filadelfia 2-1 el viernes, Harper conectó una línea silbante por la raya del jardín izquierdo que se fue de cuadrangular ante Sean O'Sullivan. La pelota fue una rareza: Un batazo hacia la banda contraria con tanta fuerza que no tuvo tiempo de hacer una curva hacia la línea de foul.

"Eso es lo que este chico es capaz de hacer", dijo el torpedero de los Nacionales Ian Desmond. "O probablemente deba decir lo que este hombre es capaz de hacer porque ya no es un chico. Es un jugador de béisbol increíble. Tiene todos los instintos y un gran swing, y mucha pasión por el juego. Obviamente, él no va a mantener ese ritmo que lleva en las últimas semanas, pero es algo que podemos esperar que mantenga por largo tiempo. Él es especial. No hay duda de ello".

Los veteranos de los Nacionales ven toques sutiles en el enfoque de Harper que hacen pensar que tendrá un éxito sostenido. El intermedista de los Nacionales Dan Uggla puede decir por la manera en que Harper batea cuan enfocar está durante cada turno. El lanzador Max Scherzer se asombra por lo que ve, y están frescas en su memoria las cinco temporadas en Detroit, donde pudo observar a Miguel Cabrera dar clínicas de bateo casi a diario.

"Bryce es un mejor bateador ahora que lo que era al principio de la temporada", dijo Scherzer. "Cuando uno comienza a ver utilizar el campo contrario con poder, ese es el tipo de bateo élite que yo veía en Detroit [con Cabrera]. La parte que más asusta es que todavía tiene espacio para mejorar. Es como si él comenzara a entender el juego a un alto nivel".

Gran parte del éxito de Harper es atribuible a una forma más paciente de manejarse en el plato. Promedia 4.38 pitcheos por aparición en el plato, segundo en todo el béisbol detrás de Carlos Santana de Cleveland, y ha tenido más paciencia haciendo swing a las pelotas adentro y afuera de la zona de strike. Como resultado de ello, ha podido ponerse en conteos más ventajosos, esperar su pitcheo y esperar que el bate haga el resto.

A la luz de como terminó la temporada 2014, el gran inicio de Harper no es una sorpresa total. Él demostró señales de que las cosas se estaban moviendo en una dirección más positiva para él cuando conectó 10 jonrones en agosto y septiembre y luego conectó tres más en 17 turnos ante San Francisco en la Serie Divisional de la Liga Nacional.

Es fácil olvidar que Harper tuvo un OPS de .817 con 22 jonrones a los 19 años, y un OPS de .854 con 20 jonrones a los 20 años. La percepción de que de alguna manera él era "sobrevalorado" era vaga y a la vez ajena a la realidad. Fue sometido a una cirugía de rodilla y pulgar en un periodo de cinco meses, y esa combinación fue mortal para su despliegue de poder hace un año.

"Uno necesita sus piernas y sus manos para batear", dijo el gerente de los Nacionales Mike Rizzo. "Esas son las dos cosas más importantes que te permiten conectar bien con el bate. Finalmente él pudo tener una temporada baja en la que no se tuvo que recuperar de alguna lesión y en la que solo se tuvo que preparar para el béisbol. Eso ha sido gran parte del éxito".

Un rompimiento con el equipaje

Justo en el medio del monstruoso mes de Harper, una semana caótica trajo a la luz todos los sentimientos negativos que lo convierten en una figura tan polarizante en el deporte. En la parte final del juego del 13 de mayo ante Arizona, fue expulsado de juego por el árbitro Rob Drake por discutir por un swing. Siete días más tarde, en la primera entrada del partido entre Nacionales y Yankees, fue sacado de juego por el oficial del plato Marvin Hudson por su participación en una pelea que casi provocó que el Internet explotara.

En retrospectiva, Harper todavía suena como un mero espectados que estaba viendo un accidente y que no tenía el poder para detenerlo. Se mantuvo calmado cuando Hudson le canto un primer strike al primer lanzamiento con una pelota bajita y fuera de la zona, y mostró moderación en salir de la caja de bateo mientras que Hudson y Williams comenzaban a lanzarse gritos. Pero en última instancia no pudo resistir la tentación de apuñalar la caja de bateo con su pie y eso provocó que rápidamente Hudson lo expulsara.

"Durante todo el tiempo en la caja de bateo, me decía a mí mismo, 'No hagas que te expulsen. No hay razón para que te boten. No hables con nadie. Ellos te necesitan en el juego'", dijo Harper. "Pero no tengo paños tibios cuando me molesto. Es de cero a 100, y voy a ir hacia ti. Fuera del terreno, soy la persona más calmada que existe, pero cuando estoy en medio de esas líneas, estoy demasiado enfocado en que mi equipo gane. Ni siquiera sé cómo explicarlo".

El gran escenario: Incluso los defensores más acérrimos de Harper en la organización aceptan que no le hace nada bien al equipo que siga acumulando expulsiones a ese ritmo. Quizás eso le funcionó a Bobby Cox. Pero como dijo su compañero Jayson Werth, "los JMV no suelen ser expulsados de los partidos".

Harper aparenta tener un problema con los árbitros, y él no va a conquistarlo con un movimiento de ojos y casi negándose a participar. Incluso aunque sea verdad que algunos oficiales traten de atraparlo, es su responsabilidad mantenerse alejado de esa trampa.

"Él no puede ser expulsado de los juegos", dijo Rizzo. "Él está en un nivel de rendimiento en el que tiene que estar en el terreno. Fue expulsado dos veces en una semana, y lo entiendo. Él tiene que responder esas preguntas. Pero el otro día, si no fuese Bryce Harper, no lo hubiesen expulsado.

"No puedo hablar de lo que sea la 'percepción' que hay que tener de Bruce. Lo conozco desde que tenía 15 años, y é les uno de los chicos jóvenes más amables, atentos y respetuosos con los que yo haya trabajado jamás. Es un perfecto caballero. Ahora, además de eso tiene energía y tiene fuego, y tiene su carácter. Juega con un estilo agresivo, y la gente tiene preguntas. Nos preguntan si debemos tratar de sofocar eso. Y mi respuesta es, 'Yo quiero que él juegue a 100 millas por hora con su pelo encendido en llamas, pero en una forma controlada'. Pienso que ese es el nivel de madurez que le estamos viendo ahora".

Hasta que Harper pueda tener control total de su interruptor de encendido/apagado, los Nacionales van a tener que navegar por una delicada tregua con su coeficiente de combustibilidad. Cuando se le preguntó a Williams sobre el incidente con Marvin Hudson en una sesión de prensa dos días después del incidente, él tuvo dificultades para esconder su impaciencia con la pregunta. Le dijo a los reporteros que "dejaran eso quieto", mientras reconocía que probablemente era más una ilusión de su parte.

"Yo quiero que Bryce sea el tipo de jugador que es actualmente", dijo Williams. "Yo no conozco a nadie en su sano juicio que no quiera eso. Su intensidad y su pasión y la forma en que juega el deporte son buenas para este equipo. Son buenas para esa ciudad, y son buenas para Bryce porque esa es la forma en que él sabe jugar. Con el pasar del tiempo, mientras te haces más veterano, las cosas cambian. Pero ahora mismo, yo quiero que Bryce siga siendo Bryce".

Un "mejor compañero"

Los cuentos instintivos rara vez resisten la prueba del tiempo. Cuando Williams sentó a Harper hace un año por no correr adecuadamente tras conectar un rodado, muchos escuchas pensaron que él estaba corriéndose el riesgo de "perder" a su joven estrella. Pero manager y jugador aparentan haberse movido más allá de ese incidente a un lugar mucho más constructivo. Cuando los Nacionales visitaron a Arizona, Harper acribilló a Williams con preguntas sobre cómo se comporta el terreno del Chase Field con el techo cerrado versus el techo abierto. Fue lo mismo cuando los Nacionales se midieron a Cole Hamels el sábado. En las cosas del béisbol, Harper ahora parece ver a su manager como una especie de oráculo.

Harper además está construyendo relaciones positivas con sus compañeros. Algunos jugadores de los Nacionales se preguntan por qué Anthony Rendon, otro primer seleccionado que encajó desde el día uno y que fue el mejor jugador del equipo en el 2014, no recibe ni una décima parte de la atención que genera Harper. Pero incluso a medida que ruedan sus ojos por los estallidos de Harper o sienten un dejo de resentimiento por su cartera de contratos publicitarios, los otros Nacionales saborean su mejoría, ya que todo es por el bien común.

Entre los lances de cascos al suelo y las expulsiones, Harper se ha convertido en una presencia mucho más activa en el camerino esta temporada. Es más receptivo a la crítica constructiva y está menos inmerso en su capullo privado, según dicen sus compañeros.

"No es que Bryce haya sido alguna vez un mal compañero, pero este año ha sido un mejor compañero", dijo Werth. "Ha sido más uno de los chicos que un sujeto individual. Seamos honestos: Él realmente no jugó en las menres. Estuvo en este nivel por medio año, y luego al siguiente por medio año y luego boom - lo subieron a Grandes Ligas. Y entonces todas esas expectativas, y luego se lesionó. Nunca tuvo esa sensación de calma de ser un ligamayorista. Es algo real, y eso toma tiempo.

"Les doy el ejemplo de Chipper Jones. En la parte final de su carrera, fue alabado por su presencia en el camerino, y por ser más un embajador del deporte. Pero de las historias que he oído, no creo que haya sido así a principios de su carrera. Con el tiempo, Bryce lo logrará. Él va a estar bien. Eso va a venir".

Si un hombre puede ser juzgado por sus comentarios en Twitter, Harper está logrando mantener una distancia saludable de los problemas. A principios de abril, felicitó a Duke por su campeonato en el baloncesto de la NCAA. Desde entonces, solo ha aparecido un 'selfie' en el Fenway Park y algunas fotos con veteranos de EEUU en el Día de la Recordación. Quizás muerda el anzuelo que le tiendan algunos árbitros, pero ha resistido la tentación de escribir sus descargas en un teclado que lo puedan hacer ver como un villano o un desalmado.

"Yo no quiero sonar de la manera equivocada, pero yo siempre he sido el centro de atención, así que no me molesta", dijo Harper. "Yo siempre he estado bajo el microscopio, así que eso nunca ha sido un problema para mí. Siempre lo he visto de esa manera, y he dicho, 'OK, así que es que va a ser para mí'".

En el análisis final, incluso los críticos que desean que Harper cese con sus actitudes le darían una calurosa bienvenida a sus rosters de sus equipos de fantasía. Harper todavía tiene que llegar a lo más alto del podio y graduarse de ser un cotizado prospecto a un producto terminado. Pero en un mundo donde usualmente se pregunta qué has hecho por mí, él ha hecho mucho más de lo que le toca.

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