<
>

Fracaso moral en la FIFA

BRISTOL -- Los que dicen que es un día triste en la historia del futbol son culpables, eventualmente, de tal circunstancia por diferentes motivos. La arrogancia de la FIFA se convirtió en ignorancia.

La impunidad ante tanta corrupción los hizo pensar invencibles. Sin embargo, la avaricia los superó.

El escándalo monetario de los sobornos es noticia en las portadas de los diarios más relevantes del mundo, mientras que los trabajadores en Catar prestan tareas bajo condiciones de insalubridad extrema poniendo en juego su vida para construir la infraestructura necesaria a fin que se lleve a cabo el Mundial 2022.

El mundo opta por ignorar que, por tal motivo, murieron a razón de dos trabajadores por día durante el 2014.

Con estos parámetros, se calcula que unos 4000 trabajadores perderán sus vidas entre el cemento de los estadios antes del punta pie inicial del mundial 2022.

Casi la misma cantidad de soldados fallecieron en Irak. Sin embargo, las reformas laborales prometidas por el gobierno de Doha no se cumplen y la FIFA se queda de brazos cruzados, indiferente ante la fatalidad del pronóstico realizado por el Sindicato Internacional de Trabajadores (The International Trade Union Confederation).

Esto demuestra un paralelismo alejado de los ideales que cualquier amante del fútbol desearía: al tiempo que los dirigentes colman sus bolsillos con millones de dólares y viven en un lujo absoluto (fuman puros cubanos, viajan en jet privado y toman el mejor cognac), otros quedan olvidados en la miseria, muriendo bajo 50 grados de calor en condiciones lamentables.

La arrogancia de la FIFA toco los bolsillos equivocados. Todo lo que sube, baja.

"El gran fracaso moral de la humanidad" decía el escritor Napoleón Hill en su libro Outwitting The Devil (Burlandose del diablo), se repite una y otra vez en la organización deportiva más poderosa del mundo.

O como dijo Ernesto Sábato: " Lo que nos decimos son más cifras que palabras"; "En esta civilización enferma no sólo hay explotación y miseria sino que hay una correlativa miseria espiritual".

Honrando tales palabras, entonces, no es un día triste en la historia del futbol, celebremos que se hará justicia e imploremos que sea factible derrocar esta cúpula inescrupulosa de personas carentes de cualquier dignidad..

Nos preparamos para una nueva era. Es necesario que cada uno de nosotros se comprometa para evitar que se repita la historia.