BUENOS AIRES-- La polifuncionalidad de sus backs es uno de los secretos que tiene Hindú para cambiar de nombres pero no de resultados. El último sábado lo demostró Sebastián Cancelliere, quien jugó en su posición natural de medio scrum y marcó dos tries. Dos semanas antes, lo había hecho como wing y los resultados también fueron exitosos.
La figura del partido no pudo ocultar la bronca por perder la posibilidad del punto bonus en la última pelota del encuentro: “Nos fuimos un poco disconformes por el último try que nos hicieron. Pero lo positivo es el tremendo segundo tiempo que jugamos”, reflexionó Cancelliere.
-¿En qué se basó ese ‘tremendo’ segundo tiempo del que hablás?
-Más que nada, en jugarle al CASI mucho más duro con los forwards, que fue lo que hablamos en el entretiempo, y creo que lo pudimos plasmar. Jugarle bien duro adelante y sabíamos que después los espacios iban a venir.
-Se dio un primer tiempo muy parejo, con menos diferencias que en los encuentros anteriores, ¿por qué pensás que fue así?
-Siempre contra el CASI son partidos muy duros. Sabíamos lo que iba a ser, sobre todo los forwards, en la batalla de ahí adelante nos plantearon un muy buen partido y nosotros por ahí no le jugamos mucho y los dejamos agrandarse. Le jugamos muy por afuera y es por donde nos iban a esperar, y en el segundo tiempo creo que corregimos eso.
-Decís que siempre son partidos muy parejos, pero este año en el Nacional no fue así. ¿Qué cambió en tan poco tiempo?
-Por ahí son anecdóticos. Siempre se dan partidos duros contra el CASI y cada partido es una batalla nueva y puede ser para cualquiera de los dos.
-Cambiaste de posición y cumpliste con dos tries, ¿te sentís más cómodo como 9 o fue circunstancial?
-Esta es la posición que jugué toda mi vida, pero siempre es lindo sumar desde donde me toque, así que estoy muy contento.
-Quizás no se vio la mejor versión del equipo, ¿hay que cambiar el chip rápido para pasar de ser campeón a defender otro título?
-Sí, obviamente es empezar de cero un nuevo campeonato, y se renuevan las ganas y las esperanzas de mejorar el juego partido a partido, y esas ganas nunca se van.