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Un duelo táctico entre los dos mejores

BUENOS AIRES -- La final de la UEFA Champions League nos permitirá vivir un choque de estilos entre dos equipos que son, sin dudas, los mejores de Europa en este momento: Barcelona y Juventus.

Es muy difícil discutirles ese lugar de privilegio a dos equipos que ya ganaron tanto su torneo local como su copa más relevante. De las cinco grandes ligas del continente, solamente París Saint Germain puede alardear de haber conseguido lo mismo, ya que ni en Inglaterra ni en Alemania hubo campeón repetido.

No solamente eso: a lo largo de la temporada, y pese a ser el primer año de sus entrenadores, demostraron haber hecho absolutos merecimientos para estar donde están, tanto en resultados como en rendimiento, y hablamos de los dos frentes, el doméstico y el europeo.

La Juventus siempre corrió con más ventaja en su campeonato, pero fue de menor a mayor en la Champions hasta dejar afuera como visitante al campeón vigente, Real Madrid. A Barcelona, en cambio, le costó mucho más encontrar su identidad y hasta se habló, a principios de 2015, de que Luis Enrique estaba peleado con Messi y que su partida era inminente. Pero los resultados empezaron a llegar, el tridente Messi-Suárez-Neymar se afianzó y esos rumores quedaron en el olvido.

Por lo tanto, los dos equipos llegan en su plenitud, con el incentivo extra de completar un triplete histórico y, lo que no es poco, pr{acticamente sin bajas relevantes, ya que quienes estaban tocados hace unas semanas ya están recuperados para la gran final. La única excepción es, a {ultimo momento, la baja de Chiellini en la defensa bianconera.

Con esos antecedentes por ambos lados, no cabe más que ilusionarse con ver un partido de alto vuelo en Berlín. Porque si bien los estilos son muy distintos, en los dos planteles sobran los jugadores de jerarquía y, cada uno con su libreto, juega con una intensidad pero a la vez con una precisión que asombran.

Y si en lo que va de la temporada a cada uno su libreto le trajo más alegrías que tristezas, no esperemos que cambien demasiado este sábado. Está claro que Barcelona se siente cómodo monopolizando la pelota, como está claro también que a Juventus le agrada un rol de espera para salir de contra.

Pero tratemos de salir de esa simplificación que hace parecer que un equipo es súper ofensivo y el otro ultra defensivo. Quien piense eso se olvida de varias cosas...

Por ejemplo, que el Barcelona consiguió este año una disciplina defensiva elogiable, que hizo que su arco fuera el menos vencido de la Liga de España, algo impensado en un equipo que, históricamente, de tanto buscar el área de enfrente descuidaba la propia.

A la vez, sin resignar el monopolio del balón y la búsqueda de los espacios mediante la repetición de toques cortos y por abajo, Luis Enrique consiguió que su equipo también se anime a buscar pases más largos, con cambios de frente y de ritmo que le dieron otras variantes en ataque. Así Barcelona consiguió ser menos predecible y, a la vez, llevarle la pelota más rápido a sus tres delanteros, que se vuelven todavía más peligrosos con más espacios y con defensas sin tanto tiempo para agruparse.

Al mismo tiempo, que Juventus sea un equipo sólido atrás no quita que pueda atacar muy bien y con mucha gente. Con la dupla Tevez-Morata, Allegri consiguió la velocidad que un nueve más clásico y de más presencia como Llorente no le brindaba. Y además tiene mediocampistas como Pogba y Vidal que, cuando se proyectan, tienen la visión y la pegada de un delantero.

En cierto sentido, la Juventus es un equipo "incómodo", como bien puede atestiguar Real Madrid, con una manera de encarar los partidos similar a la del Atlético Madrid, que tanto incomodó a los dos superpoderosos de España en las últimas dos temporadas. Y con mediocampistas que hacen muy rápido y muy bien la transición de posiciones defensivas a ofensivas, cualquier rival debe tener precauciones extra a la hora de atacar, ya que una pérdida puede transformarse en segundos en una oportunidad de gol.

En eso, el Barcelona realista que vimos está temporada lo será todavía un poco más en la final. Dani Alves y Jordi Alba, dos laterales con mucha proyección, deberán medirse más de lo habitual, sabiendo que de ellos se requerirá mucha asistencia defensiva para no dejar jamás a Tevez y a Morata mano a mano con Piqué y Mascherano. Si eso sucede, la diferencia de velocidad a favor de los de la Juve puede ser fatal.

La otra persona que tendrá que estar muy atento a lo que pase a sus espaldas será Busquets. El del Barcelona seguramente tomó nota de cómo Tevez, sobre todo, explotó la franja a la espalda de Toni Kroos y delante de los centrales del Madrid. Si además se suman volantes como Pogba o Vidal, está claro que Barcelona necesitará de prácticamente todos sus hombres, salvo el tridente, en funciones defensivas, y eso incluye a quienes jueguen cerca de Busquets (¿Rakitic e Iniesta?).

Pero si Barcelona tiene que armar esquemas de apoyo, lo mismo corre para Juventus en ambas bandas. Los mediocampistas deberán doblar tanto a Neymar por izquierda como a Messi por derecha. Especialmente a este último, que después de tantas críticas, volvió a su pico como jugador y demuestra cada fin de semana que quiere ir por más.

En este caso, como dijimos hace unas semanas, Pogba tendrá la responsabilidad de asistir al zurdo Evra en su intento de frenar a Messi, otro zurdo que buscará enganchar hacia adentro, contra la pierna menos hábil del lateral francés. Será interesante ver cómo el polifuncional Pogba cumple con múltiples roles, ya que tiene la capacidad de hacer todo bien: defender, atacar, pasar, patear, cabecear… habrá que ver cuáles son sus prioridades en la final.

Y aquí entrará a tallar el otro tercio del tridente, el que más tardó en acomodarse pero que, una vez que lo hizo, terminó siendo decisivo: el uruguayo Luis Suárez. Como dijimos tras la final de la Copa del Rey, es el que más necesita espacios para desequilibrar, pero encontró otra función importantísima aunque mucho más silenciosa, la de explotar los lugares vacíos, buscando diagonales a las espaldas de los últimos cuatro y siempre jugando al límite.

En ese rol más sacrificado y con menos contacto con la pelota, Suárez no solamente encontró chances de anotar, sino que terminó convirtiéndose en un excelente asistidor, ya que una vez que rompe con el cerrojo defensivo, le llegan compañeros de frente al arco. Y en un dechado de humildad poco característico de los goleadores de raza, ha cedido muchísimos pase gol en los últimos meses de la temporada.

Está claro que cada uno tiene sus armas. Barcelona parece contar con más poder de fuego, pero hay que respetar el oficio de la Juventus. Hoy es un partido de pronóstico abierto, en el que habrá muchísimo rigor táctico y físico. Serán seguramente los pequeños detalles, los momentos de grandes inspiraciones individuales, los que definan la partida.

Felicidades.