Marc Stein 9y

Un amor que fue difícil de crecer

Vlade Divac se ríe al recordarlo, cerca de quince años después, se ríe de la futilidad de sus súplicas. Aún puede sentir la punzada del rechazo.

Era el comienzo de un nuevo milenio, así como un nuevo día en la NBA. Los Sacramento Kings, durante mucho tiempo adormecidos, de pronto despertaron de la mano de Divac y dos buenos pasadores, Chris Webber y Jason Williams, y comenzaron a jugar el baloncesto más emocionante en el mapa. No cabe duda que también les ayudó que, con la finalidad de alimentar el espectáculo, aquellos Kings habían desarrollado la mejor química entre el grupo. Salvo una notable excepción.

La batalla por el control remoto en la sala de capacitación era a menudo acalorada. Una batalla que, por lo general, Divac perdía.

Las trasmisiones de la Champions League de media semana por ESPN eran un fenómeno relativamente nuevo en el momento, para dicha de Divac. Después de años de privación, finalmente y sin aviso, tuvo acceso al espectáculo deportivo que amaba cuando aún vivía en Serbia. Lo único que necesitaba hacer después de los entrenamientos era convencer a C-Webb, J-Will y compañía de que mantuvieran el canal de televisión sintonizado en el futbol.

"Únicamente Peja [Stojakovic] y Hedo [Turkoglu] estaban de mi lado", dijo Divac esta semana, recordando las escenas de las numerosas súplicas inútiles, en su oficina nueva en Sacramento, tras regresar a la franquicia este año y surgir en abril como la voz principal de la administración de los Kings.

"Los muchachos solían decir: «¿Futbol? ¿Por qué querríamos ver eso? No hay estadísticas»".

Divac pasó prácticamente una década en Europa, y la NBA que lo recibió esta primavera es afortunadamente un lugar diferente. En realidad no hay punto de comparación, cuando se trata de la aceptación que el futbol ha logrado poco a poco en los círculos basquetbolísticos en los últimos cinco años.

Hablar sobre futbol en el vestidor durante su apogeo en Los Angeles Lakers era tan improbable que Divac se vio obligado a invitar a un humilde reportero deportista para que lo acompañara al primer partido en casa del LA Galaxy en la Major League Soccer, en 1996, ya que no logró convencer a ninguno de sus compañeros de equipo a que lo acompañaran.

Casi veinte años después, el futbol ha atravesado las barreras de tal manera que la final de la Champions League a disputarse en Berlín el sábado, seguramente será tema de discusión incluso en la esquina de la NBA en el Twitterverse.

Incluso en medio de las Finales de la NBA.

"Ha llegado nuestro momento", dijo un sonriente Steve Nash, el dos veces ganador del MVP de la NBA y, junto con Divac, uno de los líderes históricos del baloncesto, en un intento por promover este bello deporte.

"Cuando estaba en la universidad, o incluso mis primeros años [en la NBA], nunca hubiéramos imaginado que fuera posible lo que ahora estamos viendo", explica Nash.

"Especialmente con todos los escépticos y pesimistas en torno al futbol en los Estados Unidos, era inimaginable pensar que algún día veríamos jugadas de futbol en SportsCenter, o marcadores en el tablero, o futbol entre las diez mejores jugadas.

"El deporte se ha vuelto exponencialmente más visible".

Entonces ¿qué fue lo que desencadenó esta revolución?

Entre una serie de factores —junto con el impulso obvio que resulta de la creciente migración de jugadores nacidos en el extranjero a la NBA— uno sobresale.

Un video juego.

El futbol simulado.

La franquicia de EA SPORTS FIFA es absurdamente popular entre los jugadores actuales de la NBA. Incluso más popular que "Madden NFL" o "NBA 2K," juegos icónicos que, al igual que los grandes futbolistas brasileños, resultan tan ubicuos que portan un solo nombre.

FIFA.

Cuatro letras que conllevan una connotación positiva en el mundo de la NBA.

Una pequeña muestra de esta mentalidad fue proporcionada por la estrella de los Indiana Pacers, Paul George, mientras se encontraba concentrado con el Team USA el año pasado, días antes de sufrir la terrible caída en Las Vegas que lo dejó con una fractura compuesta en la pierna derecha y lo mantuvo fuera de acción durante gran parte de la temporada pasada. En tiempos mejores, el 28 de julio de 2014, George publicó el siguiente mensaje en Twitter para animar una soporífera noche de verano:

"A todos les interesa el juego de la FIFA ahora, así que saben mucho más sobre el deporte", dijo Marc Gasol, jugador español de los Memphis Grizzlies e hincha del Barcelona, quien estará viendo el encuentro del sábado con especial atención.

"Definitivamente conocen a Leo Messi".

El argentino Luis Scola, el pívot veterano de Indiana, comentó: "Creo que el video juego de la FIFA, cambió las cosas un poco. Los muchachos lo juegan, así que conocen los nombres y eso despertó su interés por el futbol. Cuando llegué aquí, creo que a los jugadores no les interesaba el futbol en absoluto. Ahora un poco más".

El alero de los Portland Trail Blazers y partidario incondicional de la selección francesa, Nicolas Batum, añadió: "Juego más FIFA que 2K. En serio. El noventa y cinco por ciento del tiempo juego FIFA. Juego FIFA mucho más.

"Cuando llegué en el '08, a nadie le importaba el futbol. Hablaba sobre el tema con dos jugadores españoles, Rudy Fernández y Sergio Rodríguez, pero eso era todo. Hablábamos de eso porque crecimos viendo futbol, pero yo no hablaba del tema con nadie más. ¿Ahora? Wes Matthews y todos esos tipos... los video juegos ayudan mucho".

Este video juego, en especial, se ha convertido en algo básico de la vida cotidiana de la NBA. Esto se hizo evidente durante las recientes finales de la Conferencia Oeste, cuando Trevor Ariza y Nick Johnson, de Houston, revelaron que los Rockets organizaban duelos de la FIFA de forma obsesiva, tanto en casa como en los viajes.

Incluso Clint Capela tiene prohibido jugar, porque es suizo y los estadounidenses lo consideran demasiado bueno.

Mientras tanto, el recientemente elegido MVP tampoco puede resistir la seducción de la FIFA. Stephen Curry dice que en la vida real por ningún motivo observa de forma regular el futbol, pero ponerse los zapatos virtuales de Messi, con la ayuda de un mando de juego...

"Todo el tiempo", confiesa Curry.

Sin embargo, la moda del video juego de la FIFA es simplemente el catalizador que ha permitido que algunos nombres conocidos pasen al siguiente nivel en su afición por el futbol. Los jugadores de la NBA son cada vez más participativos.

El futuro miembro del Salón de la Fama, Kevin Garnett es el ejemplo más destacado de un jugador de la NBA convertido en fan de futbol. Adoptó al Chelsea, recién coronado campeón de la Premier Legue, como su club favorito años antes de que el equipo (o el juego de la FIFA) estuviera de moda, gracias en gran medida a su amistad con la leyenda del Chelsea, Didier Drogba, cuando KG jugaba en Minnesota.

Y cuando finalmente tuvo la oportunidad de hacer su primer viaje a Stamford Bridge la temporada pasada, en su visita a Londres como miembro de los Brooklyn Nets en enero de 2014, Garnett estaba claramente emocionado por la oportunidad de ver de cerca el funcionamiento del Chelsea.

"Me siento como un niño en una tienda de caramelos", declaró Garnett ese día.

Por otro lado, Mike Conley, compañero de equipo de Gasol en Memphis, se convirtió más recientemente y está ganando terreno rápidamente en la escala de la pasión. Conley se describe como un "gran fan de futbol", dándoles el crédito a sus compañeros de equipo extranjeros, como Gasol, así como a los poderes hipnóticos del futbol virtual –además de que declaró a ESPN.com que su jugador favorito era el extravagante delantero del Paris Saint Germain, Zlatan Ibrahimovic–.

Así es.

El subestimado y no oficial capitán del All-Underrated Team de la NBA no puede resistir los encantos del rebelde más arrogante del mundo futbolístico.

Después está el alero de los Toronto Raptors y súper fan del Manchester City, Patrick Patterson. Justo la semana pasada, durante una extensa entrevista con la página web oficial del City, Patterson detalló cómo su pasión por la FIFA, pocos meses antes de ser seleccionado por los Houston Rockets en el draft de la NBA del 2010, ha llevado a un armario lleno de camisetas del City.

Cuando el City invadió Canadá el 26 de mayo, en su primera parada de la gira de pretemporada por Norteamérica, Patterson tuvo la oportunidad de conocer a jugadores como el arquero inglés Joe Hart, a los delanteros estrella del City, Sergio Agüero y David Silva y a su jugador favorito: el gigante centrocampista de Costa de Marfil, Yaya Toure.

"Este es definitivamente uno de los mejores momentos de su vida", dijo Patterson sobre la experiencia.

Patterson es presa de los encantos del futbol, y eso nunca fue más evidente que en la Copa Mundial de Brasil del verano pasado, que atrajo a personalidades como , socio minoritario del Liverpool, y a Kobe Bryant que no se resistieron a la idea de presenciarla en vivo.

Después de adquirir una participación minoritaria en el Liverpool, célebre club de futbol inglés, James visitó Anfield en octubre de 2011 y publicó diversas fotografías en Twitter (como la que se muestra abajo) de su viaje.

Leandro Barbosa, base de los Warriors, dijo sobre el torrente de jugadores de la NBA que visitaron su tierra natal para participar en el evento deportivo más importante del mundo: "Vi a Joakim Noah. Vi a John Wall. Vi a Harrison Barnes. Vi a Kobe. Era una locura la cantidad de basquetbolistas que estaban ahí.

"Estaba impresionado y alegre de que estuvieran disfrutando la Copa Mundial en mi país. Me sorprendió".

Y era comprensible. En sus inicios en la NBA en Phoenix, solo Nash, junto con sus compañeros de los Suns, mostraron interés en el deporte que roza la religión para los brasileños. Barbosa trataba que sus compañeros de equipo participaran, con frecuencia haciendo malabares con un balón de baloncesto con los pies para intentar poner en marcha la conversación, pero no fue sino hasta la llegada de Shaquille O'Neal en el 2009, que Barbosa y Nash tuvieron suerte.

"Shaq siempre quería ser el portero después del entrenamiento", dijo Barbosa.

Media década después es un universo completamente distinto.

Ejemplo: Messi asiste inesperadamente a un partido entre los Pacers y los Wizards en marzo, durante una visita a los Estados Unidos con la selección argentina, y desencadena un frenesí de hashtags de George en Instagram.

Durante más de una década, Nash ha viajado al extranjero para visitar varios mega clubs internacionales y descubrió que los mejores futbolistas también se emocionan de conocer una estrella de la NBA. Uno de los dos momentos de mayor orgullo para el MVP, al día de hoy, es la sesión de entrenamiento que completó con su querido Tottenham Hotspur a finales de 1990 y realizar su propio concurso de tiro a gol con la estrella ex-Tottenham, David Ginola.

Thierry Henry, buen amigo de Nash, visita con frecuencia las Finales de la NBA. David Beckham, desde luego, estaba siempre presente a pie de cancha en los juegos de los Lakers cuando vivía en Los Ángeles. No obstante, basta un solo clic para ver aquellas fotografías de la primavera de George y su compañero de equipo de los Pacers, George Hill, para ver cómo la emoción es recíproca hoy en día.

"El futbol ya no es objeto del estigma que tenía hace 20 años", dijo Nash. "La connotación ahora es que el futbol es importante. La gente de los Estados Unidos lo han aceptado todo: la Copa Mundial, los jugadores estrella, la máquina de marketing, los fantásticos uniformes.

"El deporte se ha vuelto exponencialmente más visible", añadió Nash, quien por prácticamente una década ha organizado el partido benéfico anual, conocido como "Showdown", el día anterior al draft de la NBA, donde se reúnen futbolistas profesionales y jugadores de la NBA en un partido de futbol de ocho jugadores por equipo.

"La gente ha aceptado lo que este deporte significa no solo en los Estados Unidos, sino lo que tradicionalmente significa alrededor del mundo. La visibilidad y el branding y conocimiento de las estrellas de este deporte... son una especie de íconos globales que han penetrado la cultura estadounidense.

"Es un deporte absolutamente loco", concluyó Nash.

La última prueba llega la tarde del sábado, con la fiebre de la Champions League... justo en el corazón de las Finales de la NBA.

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