Carlos Irusta 9y

Cuellar tenía razón

BUENOS AIRES -- "No hay desafiantes fáciles", había dicho el argentino Jesús Cuellar antes de su pelea titular ante el armenio y dos veces excampeón del mundo, Vic Darchinyan. Y, efectivamente, aunque el triunfo fue categórico e indiscutible, no le resultó tan sencillo al campeón -a quien llaman "El Forastero"-, que retuvo su corona por cuarta vez.

Cuellar, a los 28 años, suma ahora 27 victorias de las cuales 21 han sido antes del límite con una derrota. Víctor Darchinyan, a los 39 años, queda con un historial de 40 triunfos (29 KO), 8 contrastes (4 por nocaut) y un empate.

Arrancó bien la pelea para Cuellar. En el duelo de zurdos, el campeón con su derecha extendida a modo de jab, fue marcando las distancias, preparando la izquierda en punta. Sin embargo, tropezó con una dificultad y fue la mano abierta de derecha de su rival, quien lo tocó en el primer asalto.

De ahí en más, mientras Cuellar -con Robert García en su esquina- buscaba establecer la larga distancia, fue el armenio quien, plantado de contra, con las manos bajas y caminando hacia los costados, intentó con la mano que le dio resultado en el primero (de hecho, hubo una fugaz caída de Cuellar en el primer asalto, pero el árbitro Tom Taylor la dio, acertadamente, como un resbalón).

El combate, celebrado en el StubHub Center de Carson, California, se fue marcando con dos perfiles definidos. El argentino al ataque, más sólido y más potente; y su rival, acechando al contragolpe en la larga o media distancia. Brazos bajos, relajado, ojos abiertos, el desafiante se permitió trasladarse por todo el ring ante el ataque a veces unilateral y en forma recta del campeón.

Parecía que la mayor potencia del argentino iba a definir el combate, sobre todo porque Cuellar, muy bien perfilado, hacía trabajar su jab derecho. Sin embargo, y porque no hay desafiantes fáciles, Darchinyan volvió a llegar con la derecha cruzada a la cabeza en el cuarto asalto. La pelea sufrió entonces un cambio, porque el ataque de Cuellar fue perdiendo precisión y a su vez, le permitió crecer a un rival ya plantado únicamente en posición de contragolpeador.

Lanzando golpes a la cabeza -tal vez demasiado- y sin poder llegar primero con los pies, Cuellar pareció perder consistencia. Muy erguido, como invitando a los golpes abiertos del retador, Cuellar sin embargo mantuvo la presión en el ataque, aunque sin marcar demasiado su presencia, dejándolo crecer a Darchinyan. Tal vez, ante la posibilidad de recibir alguna nueva contra, el argentino prefirió mantener la distancia larga.

Pero tanto movimiento le fue quitando también consistencia al armenio. El ex campeón mundial logró una pelea medianamente cómoda saliendo a los costados y zambullendo todo el cuerpo frente a los golpes cruzados del campeón -a veces, demasiado anunciados.

Cuando llegaron a la séptima vuelta, había un boxeador que atacaba (Cuellar) y otro que parecía conformarse, únicamente, con una mano salvadora (Darchinyan).

Sin embargo, cuando comenzó el octavo asalto, Cuellar logró meter una izquierda cortita a la cabeza, combinada con un cross de derecha que lo tomó de lleno al rival, que había quedado demasiado expuesto frontalmente. Cayó, y aunque se levantó, se notaba que ya no había demasiadas respuestas ante un noqueador entero y decidido. Cuellar apretó contra las sogas al retador y descargó una andanada de media docena de golpes cruzados a la cabeza, de los cuales cuatro o cinco llegaron con gran potencia.

Fue el final, porque acertadamente, Taylor detuvo el encuentro cuando iba un minuto y 4 segundos del octavo asalto. Nadie protestó en el rincón perdedor. Con aire resignado, Darchinyan pareció aceptar que hasta ahí había llegado lo suyo. Se fue con la cabeza baja, antes de que se diera a conocer el fallo del combate...Sin palabras.

Festejó Cuellar y con razón, porque por unos asaltos mostró dificultades en cerrarle el paso al adversario y, al plantarse muy erguido, recibió golpes abiertos y desde lejos. Una victoria categórica como esta no debe "borrar todo" y seguramente, tras el festejo vendrán el análisis de García y la labor de su apoderado, Sebastián Contursi, para buscar nuevos rivales.

No brilló Cuellar ante un hombre de gran experiencia, el apellido más importante en su carrera hasta ahora. Muchas veces mencionamos que la ansiedad le jugaba en contra y que a veces, tomaba demasiados riesgos. Quizás, en este caso, la ansiedad fue al revés, y por buscar un mayor control de movimientos.

Ganó sin dejar dudas, cuando tuvo que definir no cometió errores ni perdió la calma y finalmente se quedó con su cinturón de campeón. Eso sí, Cuellar tenía razón cuando dijo que no hay desafiantes fáciles...

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