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Pádel: Belasteguin-Lima ganaron en Río Gallegos su 1º título como dupla

Belasteguin gana sin importar con quién Gentileza World Padel Tour

BUENOS AIRES -- Los ojos bien abiertos. Redondos. Miran profundo los ojos del argentino Fernando Belasteguin. A veces apuntan a su compañero. Otras, la mayoría, a sus rivales. Intimidan. Si lo psicológico es clave en el pádel, la mente de él es la más fuerte del circuito internacional. Es la que lo llevó a ser desde hace 13 años el número uno del mundo. Y este domingo en Río Gallegos volvió a quedar demostrado.

Junto a su compañero, el brasileño Pablo Lima, Belasteguin había empezado complicado la final de la fecha argentina del World Padel Tour ante sus compatriotas, los puntanos Maximiliano Sánchez y Daniel 'Sanyo' Gutiérrez. Se le veía algo estático, con poco ritmo. Hasta errando pelotas en las que normalmente no falla.

No había gritos. Ni de él ni de Lima, otro con una fortaleza mental encomiable. El partido ocurría con una pasividad extraña. Era el tiempo que avanzaba sin más. Y, sin más, Sánchez-Gutiérrez aprovecharon.

En el momento decisivo, tuvieron más ímpetu para ir a buscar el primer parcial. Lograron su primera oportunidad de quiebre en el 6-5. La capturaron y se llevaron el set.

Tampoco ahí hubo demasiado lamento, alguna reacción emocional.

En el descanso se los vio a Belasteguin y Lima hablando acaloradamente. No se sabe qué se dijeron. Pero cuando entraron a la cancha del Boxing Club para el segundo set, eran otros. Los ojos de Bela eran de nuevo los de siempre. Esos que intimidan.

Bela-Lima salieron como dos fieras. Saltitos en el lugar todo el tiempo, sin parar de moverse un instante. Acorralaron ahí nomás a los puntanos, que lucharon y lucharon pero no lograron resistir. Cedieron el servicio y, a partir de ahí, la iniciativa.

La final de la fecha argentina del World Padel Tour ya era otra. El número uno había pasado a modo imbatible y, cuando eso pasa, no hay mucho más por hacer.

Otros dos quiebres, en el cuarto y séptimo game, le alcanzaron al de Pehuajó y al brasileño para nivelar el partido, con alguna ayuda de Sánchez, que bajó algo su nivel. 6-2 y al tercero.

El motor ya estaba encendido y no iba a detenerse. El del 3º set fue un comienzo calcado al del segundo. Presión agobiante de Bela-Lima sobre el saque de Maxi y Sanyo para lograr el quiebre en la segunda chance.

En ese momento, la cabeza de Gutiérrez bajó. Se dio cuenta de que las cartas estaban echadas. No dejó de batallar, pero dio la sensación de que sus esperanzas de lograr el primer título del año internamente habían cedido.

Los ojos penetrantes del argentino, los aullidos de Lima, los saltos de los dos ante cada punto importante ganado. La escena de la final los tenía como protagonistas exclusivos. Y ya no hubo vuelta atrás.

Nueva rotura del servicio de los puntanos en el séptimo y definitivo juego. 6-2, partido y campeonato para Bela-Lima, que en este primer certamen juntos al completo -tras la lesión del brasileño allá por marzo en pleno torneo de Barcelona-, jugaron como una verdadera dupla número uno.