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En deuda con la gente

Messi busca revancha con la Selección Getty Images

BUENOS AIRES -- La selección argentina hace 22 años que no consigue un título. La última alegría fue justamente en Chile, con la conquista de la Copa América de 1993 bajo la conducción del Coco Basile.

Achacarle toda la responsabilidad a estos jugadores no sería justo: antes que ellos, otra generación dorada quedó en deuda con la gente. Hablamos de futbolistas de la talla de Batistuta, Crespo, Ortega, Verón, Zanetti, Cambiasso, Riquelme…

Con Messi a la cabeza, este grupo de jugadores también le debe al hincha argentino una alegría. Sin dudas, el rosarino carga con la mayor cuota de responsabilidad por esta sequía de títulos: es el mejor jugador del mundo y por ese motivo sobre sus espaldas cae la mayor parte de los éxitos y también, de los fracasos.

Pero Messi está acompañado de otros futbolistas que, como él, son grandes figuras en las ligas en las que juegan: Agüero, Tevez, Higuáin, Di María, Mascherano, Lavezzi…

Resulta curioso: en sus clubes son goleadores, referentes, aparecen en los momentos decisivos, hacen goles imposibles… Como se dice en el potrero, la “rompen”. Algo que no ocurre cuando visten la celeste y blanca.

Aunque se enojen los fundamentalistas de la Pulga, a Messi hay cosas para reprocharle: no haber aparecido cuando el equipo nacional más lo necesitaba es una de ellas. Tal vez, sea la única mancha dentro de una carrera perfecta.

Mirando hacia atrás, no hay en la memoria del hincha argentino un partido decisivo en donde el 10 haya dado el presente. Si alguien lo recuerda, por favor avise...

Repasemos: en la Copa América de 2007, Argentina perdió 3 a 0 la final con Brasil; en 2011, se quedó afuera, de local y en cuartos de final, ante Uruguay. En el Mundial de 2010, Alemania goleó a la albiceleste 4 a 0, también en cuartos de final; y en Brasil 2014, se perdió la final, otra vez ante los germanos.

Messi jugó todos estos partidos, pero lejos de mostrar lo que hace el Barcelona, no pudo marcar la diferencia.

Dejando de lado los Mundiales o la Copa América, las Eliminatorias más sufridas de la Argentina tras la implementación del sistema todos contra todos fueron las de Sudáfrica 2010.

Allí, cuando el pasaje se complicaba por el empate contra Perú, apareció sobre la hora y bajo una lluvia torrencial el pie salvador de Martín Palermo, que así volvió a darle vida al equipo que en ese momento dirigía Maradona.

Sí, en esa noche inolvidable Messi también estuvo en cancha, pero fue Palermo quien se vistió de héroe con la selección.

El astro del Barcelona no es el único responsable, ya que compartió en muchos casos una buena cantidad de partidos trascendentes con otros grandes futbolistas como Agüero, Higuaín, Tevez o Di María. Ellos tampoco dieron el plus que muchas veces hace falta para entrar en la historia.

Sin ir más lejos, el último Mundial fue una muestra del bajísimo nivel de Agüero e Higuaín, por ejemplo. Con ellos, más Messi, Di María, Lavezzi y Palacio el poder ofensivo de la albiceleste se presentaba con razón como el más temido de Brasil 2014. Estuvo lejos de serlo: apenas dos goles en los cuatro partidos jugados a partir de octavos de final lo confirman.

Tevez, en este caso, ni siquiera fue citado. En una decisión polémica de Sabella, más emparentada a la convivencia grupal y a poner la figura de Messi por encima de todo que a cuestiones futbolísticas, el Apache fue marginado injustamente. De todos modos, hay que decirlo, Carlitos tampoco pudo aportar toda su categoría dentro del conjunto nacional.

Luego de Brasil 2014 hubo un gran desencanto. El segundo lugar dejó un sabor amargo: no es fácil llegar a la final de un Mundial. No es fácil ganar la Copa del Mundo.

Pero la tristeza fue mayor en este caso, porque este grupo de jugadores estuvo muy cerca de poder lograr algo histórico, que le hubiera permitido entrar definitivamente en el corazón de la gente: dar la vuelta olímpica en el Maracaná, el templo del fútbol del más acérrimo rival. Una oportunidad que seguramente será irrepetible.

Una vez más, faltó ese fuego sagrado para ganarse un lugar en la historia.

De todos modos, como dice el refrán, el fútbol siempre da revancha. Se viene la Copa América, competencia que la Argentina no gana desde hace 22 años. Tal vez, ahora, Messi sea el del Barcelona, Agüero, el del Manchester, Higuaín, el del Nápoli...

Quizá, se salde la deuda con la gente. Aunque con la frustración mundialista tan cerca, hasta la conquista de este torneo tendrá mucho de premio consuelo.