Nicolás Baier 9y

Hay algo personal

LA SERENA (Enviado especial) -- Se entienden con una mirada. Conocen los movimientos del otro. Se chicanean, sin perder el respeto mutuo. Entre ellos hay algo personal.

Entre 2007 y 2011, Gerardo Martino tuvo su ciclo más extenso como técnico en la selección de Paraguay, justamente el rival de Argentina en el debut de la Copa América de Chile 2015.

“Como jugador le debo todo a Newell’s y como entrenador le debo todo a Paraguay. Tengo un eterno agradecimiento. Los conocemos desde que eran muy jóvenes. Ellos crecieron como futbolistas y nosotros como entrenadores”, comentó el Tata en la conferencia previa al choque de este sábado en La Serena.

El rosarino llegó a la Selección de la mano de Horacio Cartes, actual presidente del país, con el que había ingresado de forma muy exitosa en el fútbol paraguayo, en la conducción del multicampeón Libertad. Más tarde también alcanzó la gloria con Cerro Porteño.

El paso del “Profe” por la Albirroja dejó un gran recuerdo, pero no fue sencillo lograr tal reconocimiento. En el inicio de su era, Paraguay sufrió un humillante 0-6 ante México en los cuartos de final de la Copa América de Venezuela 2007. Luego se sucedieron las críticas por los nacionalizados.

El público se terminó de enamorar del equipo que realizó las mejores Eliminatorias de la historia. Hasta que llegó el gravísimo ataque que sufrió Salvador Cabañas y se acabó la calma. Sin la figura del equipo, igualmente Paraguay alcanzó por primera vez los cuartos de final de un Mundial en Sudáfrica 2010.

“Los conozco muy bien y sé el potencial que tienen. Tienen un juego aéreo muy importante. Hay que tratar de que Néstor (Ortigoza) no agarre la pelota, no darle espacio a Nelson (Haedo Valdez), a Roque (Santa Cruz) o a Bobadilla”, anticipó el DT de la Albiceleste.

El Tata formó un importante vínculo con sus exdirigidos. “Mi papá futbolístico, así me dice Paulo Da Silva”, confesó el entrenador de 52 años. Y sobre el final de la rueda de prensa en el estadio La Portada se animó a responderle a Justo Villar, quien dijo saber cómo “contrarrestarlo”.

“Se debe referir a algo extra deportivo, ¿no? Porque como él ataja, lo futbolístico no tiene injerencia (risas). Debe haber algo que no me acuerdo. Él miente menos que yo. ¿Se refería a mi botellita de agua? Desde adentro no puede impedirlo. Igual yo tenía el agua bendita”, contó el Tata sobre sus cábalas.

Más allá de las bromas, el exentrenador de Newell’s y Barcelona aseguró que “va a ser un gran gusto” volver a ver a los futbolistas de los que se despidió tras la final de la Copa América de Argentina 2011, en la derrota por 3-0 ante Uruguay en el Monumental.

Pasaron cuatro años. Llegó otra Copa. Se viene el reencuentro, desde la vereda de enfrente.

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