<
>

La defensora de Estados Unidos, Ali Krieger, se quita todo

Ésta es una historia exclusiva para digital con las experiencias de Ali Krieger, defensa de la selección de Estados Unidos que conquistó el último Mundial. Krieger es parte de la edición 2015 del Body Issue de ESPN The Magazine, que está en los puestos de revistas desde el 10 de julio. Suscríbete hoy

Es importante que muestres tus vulnerabilidades. Estoy orgullosa de mi cuerpo, estoy orgullosa de mi deporte, estoy orgullosa de ser una atleta femenina. Estar desnuda es otro aspecto nada más. Es real, es honesto.

Tengo que ganar, incluso si sólo estoy jugando ping-pong. Si pierdo, me enojo mucho, tanto que necesito un tiempo para recuperarme, pero creo que así es mucha gente a este nivel, todos somos súper competitivos.

Yo actúo como si no hubiera nadie en el estadio. La gente me pregunta: “¿Que estabas pensando durante el juego donde lograste anotar el penal con que ganaron en el 2011 durante la Copa del Mundo?” No estaba pensando en absolutamente nada, sólo caminé al punto penal y estaba tan inspirada por mis compañeras que lo han hecho tan bien antes. Y pensé que yo también podía hacer lo mismo o ellas se iban enojar conmigo.

Krieger significa “guerrero” en alemán. Creo que mi nombre encaja perfecto porque he vencido muchas adversidades en mi carrera. He tenido tres grandes lesiones, tuve una embolia pulmonar cuando tenía 12 años. Mi lesión en la rodilla justo antes de los Olímpicos también. Sólo he tratado de superar eso y ser una guerrera a través de esas experiencias. En verdad pienso que soy una jugadora fuerte, pero también calmada y consistente.

Considero a Alemania como mi segunda casa. El tatuaje que tengo en la parte izquierda de mi cuerpo es del primer libro en alemán que leí, se traduce “La pequeña princesa” y dice: “Uno puede ver lo bueno a través del corazón, porque lo que es esencial es invisible para el ojo”. Eso representa mi tiempo allá (con el FFC Frankurt entre 2007-2012). Se quedó conmigo y me inspira.

Adoro hacer sentadillas porque no quiero que mi trasero se ponga flácido. Eso le digo a mi entrenador todo el tiempo, él cree que yo estoy loca. Si pudiera tener un par de pies nuevos después de que termine mi carrera, eso sería fenomenal. Odio mis pies. Yo uso mis zapatos muy ajustados, por lo que a veces me salen callos o ampollas o lo que sea. Simplemente no es atractivo, pero son mis herramientas para trabajar y necesito mantenerlos sanos, necesito que estén en su mejor nivel.

Incluso pensar en eso me molesta mucho. Lo estaba haciendo muy bien durante la Copa del Mundo en 2011 y estaba a un buen nivel antes de los Olímpicos, y luego tuve la lesión en la rodilla. Tener esos sueños rotos porque una chica hace una mala entrada no te hace sentir nada bien.

Tuve que apoyar a todos en los Olímpicos en lugar de estar ayudando a mi equipo dentro de la cancha. Todo lo demás estaba fuera de mi control.

Sano rápido. Y esa lesión me enseñó a ser perseverante. Estoy orgullosa de que estoy de vuelta al 110 por ciento tres años después y jugando de nuevo a un alto nivel porque nunca pensé que podría regresar así. Pienso que soy una mejor jugadora ahora que antes de la Copa del Mundo en 2011.

Una vez pensé que nunca podría patear un balón de nuevo. En la universidad me fracturé la pierna cuando estaba jugando contra chicos dos días antes del torneo de la NCAA. Él sólo quería dejarme fuera y se dejó caer sobre mí y me fracturó la pierna y me tuvieron que operar.

Luego viajando durante el descanso de Navidad me salió un coagulo en la pierna y en los pulmones, yo no sabía en ese momento pero no me sentía bien. No podía ir al baño sin que me faltara el aire. Cuando fui al doctor, me dijeron que estuvo bien que fuera porque si me hubiera ido a dormir esa noche probablemente nunca hubiera despertado. Tenía 21 años y pensé: “Esto no fue mi culpa”. No tenía idea si iba a sobrevivir a esto.

Nunca sabes cuándo podría ser la última vez que pisas una cancha, las lesiones te dan una perspectiva diferente. Te enseñan a apreciar los momentos que antes los tomabas por sentados. Especialmente cuando te pones el jersey de los Estados Unidos. ¡Simplemente así soy! Siempre bromeo con mi papá y le agradezco que me haya dado este pequeño cuerpo de niño. Cuando tenía 6 o 7 años, mi entrenador de gimnasia miro mis cuadríceps y le pidió a otro entrenador que viniera a verlos. Eran grandes y aún siguen así, pero los he aceptado a través de los años.

Todo mundo se ríe de mis pantorrillas. Son tan grandes, que incluso a mi no me gustan, en verdad no me gustan que estén tan grandes pero no tengo opción. En la universidad, las chicas me decían: “Quiero tus pantorrillas”, y yo sólo me reía. Pienso que la gente paga mucho dinero para tener un cuerpo atlético. Mis muslos también, pienso que tengo muslos grandes. Mi hermano siempre decía: “Quiero muslos grandes; muslos grandes es grandioso”y yo decía: “Claro, ¡para un hombre!” pero yo entrenaba y jugaba fútbol desde que tenía 6 años y éste es el tipo de cuerpo que tengo. Estoy orgullosa de mis muslos porque me han llevado hasta aquí, me dan el poder de jugar e un gran nivel.

Pienso que mi confianza llegó cuando cumplí 30. No lo sé, algo pasa cuando cumples 30 que es increíble. Me sentí libre. Mis 20’s fueron realmente duros, viajando y viviendo en países diferentes y haciendo todas estas cosas, y ahora sé lo que quiero y sé exactamente mis metas y sueños y lo que quiero para mí.

No quiero que el fútbol sea mi vida para siempre. Quiero otro trabajo, uno que me involucre como analista de TV o planificadora de eventos, o cualquier cosa. He sido tan apasionada del fútbol por tanto tiempo, que espero tener esta misma pasión por otra cosa y ser buena en ello. Quiero tener una familia grande. Es algo que siempre he soñado. Tenemos muchas mamás en nuestro equipo, como cuatro o cinco. Inspira mucho verlas y prueba que debes tener mucha paciencia y habilidad para balancear ese estilo de vida, el cual yo estoy dispuesta a hacer.