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Una revancha histórica

SANTIAGO -- El 22 de marzo de 2013 Jorge Sampaoli hizo su debut por los puntos a cargo del seleccionado chileno con una dolorosa caída 1-0 en Lima, ante los locales, dirigidos en ese entonces por Luis Markarián. Por coincidencia, esa ha sido la única derrota chilena si se tiene en cuenta los últimos diez duelos entre incaicos y mapuches, donde el registro se completa con nueves triunfos rojos.

El decisivo duelo de este lunes es el partido más importante del casildense como director técnico del combinado nacional. Si se atañe estrictamente a los resultados, hasta ahora, el DT sólo ha igualado lo hecho por Acosta (octavos de final en Francia 98 y semifinales en Paraguay 99) y Bielsa (octavos de final en Sudáfrica 2010 y segundo lugar en las clasificatorias). De superar a Perú, Sampaoli logrará la diferencia perfecta para posicionarse como uno de los mejores entrenadores que ha tenido el conjunto chileno en su historia. Y de paso, catapultará a Chile a una nueva final de Copa América tras 28 años.

El partido ante los del Rímac ha gozado históricamente de una carga de valor que lo hace diferente a los demás. Más allá del momento que esté viviendo cada equipo, el duelo entre la Roja y el conjunto de la banda sangre siempre tiene un tinte emocional que lo distingue; en parte por el mutuo respeto implícito que cada cual tiene sobre el otro, y en otra por la mezcolanza cultural que ha unido - y dividido - a ambos países a lo largo del tiempo.

Esta vez la coyuntura no es disímil. Los locales cargan con el favoritismo tanto por el nivel desplegado a lo largo del torneo como por la obligación autoimpuesta y suscitada por el público. Sin embargo, el equipo de Gareca ha mostrado un orden y juego importante, tiene poco que perder en un torneo donde nunca se le dio entre los candidatos y cuenta con una ocasión inmejorable para que los "cuatro fantásticos" (Pizarro, Guerrero, Farfán y Vargas), como los ha denominado hace años la prensa peruana, consigan algo significativo para un país que no visita un mundial hace más de tres décadas.

Tampoco hay que exagerar. El Perú 2015 no es el de los años 70. No es el que fue capaz de alcanzar los cuartos de final de un mundial por partida doble, ni el que tuvo que soportar el apretón del ex dictador Jorge Videla junto a Henry Kissinger para que Argentina jugara la final en el '78. Pero sí es un rival fidedigno - sino el más - para una semifinal de Copa América en la que Chile es el anfitrión.

Con el partido ante Uruguay y todo el revuelo que se generó a su alrededor ya en el pasado, Jorge Sampaoli tiene la oportunidad concreta de dejar su nombre en los libros de historia futbolera chilena. Para eso tendrá que vencer al más clásico rival, al vecino de arriba, a ese al que siempre se le quiere ganar.