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Raisman: "Todo lo que le meto a mi cuerpo es para la gimnasia"

La gimnasta olímpica Aly Raisman platicó con la reportera Morty Ain acerca de lo que se siente quitarse todo en la edición de este año del Body Issue de ESPN The Magazine y cuánto trabajo toma para preparar una rutina de un minuto y medio.

Me considero “vieja” para una gimnasta. Tengo 21 años y cumpliré 22 en los Juegos Olímpicos de Río en 2016. Si hago el equipo, seré la más veterana del equipo de Estados Unidos de gimnasia. Mi cuerpo se siente un poco más adolorido que antes pero a la misma vez me siento más inteligente ahora y entiendo mejor el proceso de recuperación. Siempre bromeo que tengo 21 pero se sienten como si fueran 50.

No estoy segura que entrenar siete horas al día sea completamente sano. Es por eso que la gimnasia es para chicas jóvenes, pero yo estaré bien, porque no es que estaré haciendo esto cuando tenga 30 o 40 años. Te dejaré saber en 10 años si tengo artritis o algo así (risas). Así es cuando estoy más cómoda: sudando en el gimnasio, cubierta en tiza. Paso la mayor parte de mi tiempo en leotardos. Muchas chicas están acostumbradas a usar tacones y vestidos, yo estoy acostumbrada a usar leotardos y no usar maquillaje, lo adoro, porque es todo lo que siempre he sabido.

Yo hice “un Jennifer Lawrence”. Muchos atletas olímpicos fueron a los Golden Globes, y estaba bajando las escaleras y de repente me caí enfrente de todos. En realidad soy muy torpe, puedo hacer cualquier cosa en una viga de 4 pulgadas de ancho, pero cuando bajo las escaleras con zapatos me caigo de cabeza. Luego de unos Juegos Olímpicos, mucha de la gente está quemada. Sólo piensan que están acabados. Luego de 2012, me tomé todo un año sabático. (Mi compañera) Gabby Douglas y yo lo hicimos, necesitábamos un descanso.

Es repetición tras repetición, no hay temporada baja, pero al mismo tiempo siempre debes poner tus metas en la mente. Debería de estar más orgullosa de mí misma, pero soy una perfeccionista. En los últimos Juegos Olímpicos, logré 2 oros y una de bronce, pero pienso más acerca de que no logré la medalla en All-Around que en que me fue bien en general. Eso me enoja, siempre pienso que no soy suficientemente buena. Casi me caía y puse la mano para ayudarme, fue estúpido; nunca hago ese error en la viga.

Entrenamos toda nuestra vida por ese momento. Trabajas toda tu vida por un minuto y medio de rutina. Me ejercito seis días, 32 horas a la semana por el sueño de competir de nuevo en los Olímpicos. Siempre como sano, siempre me voy a dormir temprano. Todo lo que pongo en mi cuerpo tiene como propósito ser mejor en la gimnasia.

Mis entrenadores siempre me dicen que soy una gallina. Realmente tengo temor de hacer varias cosas en la gimnasia. Luce fácil y divertido, pero cuando estás tratando de aprender todos estos locos movimientos puede ser aterrorizante. Cuando pienso qué tan delgada es la viga y qué tan altas son las barras, eso me pone muy nerviosa.

Todos los días es un reto. A pesar de que en los Olímpicos de 2012 estábamos muy felices por ganar la medalla de oro, no todos los días era así. Pienso que la gente no lo piensa así, la gente no ve ese lado del deporte, la frustración, cuánto físicamente le cuesta a tu cuerpo y también en lo metal.

Afuera del gimnasio, soy todo un caos. En el gym, todo tiene que ser perfecto. Todas las chicas en el campamento de entrenamiento se pelean para no estar conmigo porque soy todo un caos (risas). He sido compañera de cuarto de Gabby por mucho tiempo, y ella se molesta mucho conmigo.

Puedo subir la cuerda sin usar mis piernas, solamente mis brazos. Antes de los pasados Juegos Olímpicos podía poner una pesa de 10 libras entre mis piernas y subir la cuerda hasta el techo.

Siempre puedes saber quién es gimnasta. Son muy fuertes y fornidos. Incluso si sólo usas una playera, mis brazos se ven más musculosos que los de otras chicas. Si estuviera en otros deportes, seguramente las aplastaría. Incluso ahora, cuando corro contra un chico, siempre pienso que es divertido vencerlos porque se enojan mucho.

No escucho nada durante la competencia. Estoy tan enfocada, que bloqueo todo excepto a mis entrenadores y mis compañeras. Cuando estaba compitiendo en los Olímpicos de Londres durante la final de viga, había miles de personas gritando en las gradas, pero la única voz que podía escuchar era la de mi compañera McKayla Maroney. Ella estaba hablando durante toda la rutina.

Sí, hice una prueba anti-doping en Access Hollywood. Fue muy raro, pero era parte de las pruebas que Estados Unidos llevaba acabo en esa época. Tenías que darle una hora, cada día cuando hacían las pruebas al azar. Era la última semana del show de Dancing With the Stars, así que les mandé un texto la noche anterior diciendo: “Estaré en el show de Access Hollywood a las 8:30 am”. Así que las personas que hicieron la prueba oficial llegaron a las 8 en punto. Era como si ellos querían estar a propósito en el show. También me hicieron una prueba en el Juego 6 de las finales de Hockey en 2013. No estaban autorizados a entrar en la arena porque no tenían entradas, así que tuve que cruzar la calle. ¡Era el Juego 6 de la Stanley Cup! ¿Y yo tenía que meterlos al baño conmigo?

Nunca he tenido un problema alimentario y estoy muy orgullosa de eso. Pienso que los gimnastas en el pasado tenían mala reputación por eso, pero ya no es un problema. Yo nunca he visto un problema como ese en el equipo femenil.

Pienso que la imperfección es bella. En lugar de ser insegura acerca de mis músculos, he aprendido a amarlos. Ni siquiera pienso que sea una falla, porque me ha hecho la atleta que soy ahora.

Éste es un reportaje exclusivo para las plataformas digitales de la edición 2015 del Body Issue que sale en línea el 6 de julio y a la venta en puestos de revistas el 10. ¡Suscríbete hoy!