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A. Sánchez corre riesgo de fatiga por su sobresfuerzo con el Arsenal y Chile

Luego de convertir el penal que selló el triunfo de Chile en la Copa América, Alexis Sánchez corrió a celebrar, como lo haría cualquiera en semejante momento de júbilo.

Había acabado de asegurar la primera Copa de Chile en sus 99 años de historia, y de agrandar su saludable colección de medallas, que incluyen un título de La Liga con el Barcelona y la FA Cup con el Arsenal, además de la Supercopa que ganó con el Cataluña.

Y tiene buenas posibilidades de seguir ganando a nivel de clubes esta temporada. Puede que el fichaje del portero Petr Cech no convierta instantáneamente al Arsenal en candidato al título, pero ciertamente le dará un empujón y, lo que tal vez sea más importante, simboliza el tipo de fichajes oportunistas a plazos relativamente cortos que pueden marcar una gran diferencia, y por los que Arsene Wenger no es precisamente famoso.

Si el éxito le llega al Arsenal, entonces Sánchez, su jugador más destacado durante gran parte de la temporada pasada, habrá sido una gran parte de ello. Sin embargo, las preocupaciones acerca de su estado físico, que ya circulaban durante la segunda mitad de la temporada pasada, volverán a surgir.

"Lo veré, pero con un poco de miedo, ya que Sánchez ha jugado 50 partidos con nosotros y ahí va de nuevo, habiendo jugado el mundial el verano pasado", dijo Wenger antes de la Copa América. "La preocupación existe, y siento que esta competición es un poco demasiado. Estoy realmente sorprendido de que la FIFA la haya autorizado.

"Es decepcionante que hablen tanto acerca de la salud de los jugadores, pero cuando te fijas en la organización de las competencias, en esta Copa América, y miras la fecha de inicio de la Premier League, no es razonable".

Los comentarios de Wenger se orientaban hacia sus viejas preocupaciones sobre la programación de las competencias y la cantidad de fútbol que se le pide a su equipo. Cabe sospechar que si él pudiera salirse con la suya, no habría fútbol internacional en absoluto.

Sin embargo, podría decirse que Wenger sabía que se venía la Copa América y conocía el papel crucial que Sánchez tendría en ella antes de fichar al chileno, y si estaba tan preocupado por la potencial fatiga a largo plazo del delantero, entonces tal vez debería haberlo considerado antes y haberle dado un poco más de descanso durante la temporada nacional.

En diciembre, Wenger reconoció: "Está en la zona roja [físicamente]. Puedes verlo cuando juega, pero él es capaz de hacer el esfuerzo. Por desgracia, nunca se sabe hasta dónde puedes llegar. No somos lo suficientemente científicos como para predecirlo por completo, pero él tiene un gran potencial de recuperación. Se recupera muy rápidamente y siempre está muy afilado y listo para jugar".

Claramente, Sánchez es un futbolista muy robusto y tiene un excelente tiempo de recuperación, pero aún así corre peligro de ser llevado demasiado lejos.

La temporada pasada jugó 54 veces para el Arsenal, y su último partido fue la final de la FA Cup, con un triunfo sobre el Aston Villa, en el que anotó.

Apenas seis días más tarde, estaba en Viña del Mar para jugar un amistoso previo a la Copa América, y una semana después de eso comenzó el torneo, es decir, otros seis partidos de alta presión en las siguientes tres semanas. Circularon reportes de la preocupación de Chile por una posible fatiga muscular de Sánchez antes de vencer a Bolivia 5-0 para cerrar la fase de grupos, y la última vez que tuvo un descanso mayor a una semana fue en febrero, cuando tuvo el gran lujo de jugar apenas cuatro partidos en 27 días.

En los siete meses que Wenger declaró a Sánchez en la zona roja en cuanto a estado físico, ha hecho 39 apariciones con el club y la selección de su país con un promedio de un partido cada cinco días.

Y eso, como dice Wenger, se sumó a la Copa Mundial del pasado verano, que siguió una temporada exigente con el Barcelona. Desde el inicio de la temporada 2013-14, Sánchez ha jugado 149 partidos con su club y su país, con el descanso más largo sin participar del fútbol competitivo de 34 días entre su regreso desde Brasil y su debut en el Arsenal. Un período que incluyó un poco de entrenamiento de pretemporada.

Wenger admitió antes del torneo que si Chile avanzaba hasta las finales, su hombre se iba a perder el inicio de la temporada del Arsenal, pero la preocupación debe ser sin duda más allá de eso.

Hay otros jugadores en situaciones similares, pero pocos que juegan con la intensidad física de Sánchez -- algo en lo que se basa gran parte de su juego. Como vimos en algunos puntos la temporada pasada, cuando esa intensidad se desvanece también lo hace su actuación (su ligera caída posterior a la Navidad también fue una cuestión táctica, pero esa es otra discusión), por lo que está en el mayor interés del Arsenal asegurarse de que descanse lo suficiente.

"No se preocupen, no lo pondré en riesgo si no está listo", dijo Wenger en febrero cuando surgió un problema de rodilla.

"Él es el tipo de jugador que tienes que frenar porque quiere jugar en todos los partidos, aunque tenga un problema".

Cabe señalar que Sánchez abrió un partido de la FA Cup contra el Middlesbrough dos días después de que Wenger hizo esa declaración. Es muy comprensible que el jefe del Arsenal desee hacer jugar a Sánchez la mayor cantidad de tiempo posible e incluso recostarse en él hasta cierto punto, pero con el fin de obtener lo mejor de él, su estado físico debe ser manejado con mucho cuidado.

A este respecto, lejos de ser un golpe que el chileno pueda perderse el inicio de la temporada, a largo plazo, puede terminar siendo beneficioso para el Arsenal.

Nick Miller es un redactor de fútbol para ESPN FC, The Guardian, Eurosport y una serie de publicaciones. Síguelo en Twitter @NickMiller79.