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Luis Enrique no habría pedido a Arda

BARCELONA -- De maldito a intocable, Luis Enrique ha transitado en seis meses un camino que probablemente ni él imaginó. Y acabando en triunfador, cerrando la mejor temporada de la historia del Barcelona apenas 150 días después de estar sentenciado, su figura hoy ha alcanzado tal poder ante el barcelonismo… Que incomoda.

Incomoda en la contienda electoral desde el momento en que Josep María Bartomeu se ha convertido, consciente de ello, en un rehén de sus silencios y de sus explicaciones no dadas porque la Comisión Gestora que debería apenas gestionar el día a día del club ha llevado a cabo un fichaje, Arda Turan, para el que, de acuerdo a los estatutos del propio club, no estaba autorizada.

“A Luis Enrique le presentan una serie de nombres y entre ellos él elige al que considera más adecuado. Y eso no significa, ni mucho menos, que exigiera el fichaje de Turan, sino, sencillamente, que fue el que más le convenció de los que le debió presentar Bartomeu” explicó un colaborador de la candidatura de Joan Laporta, quien lamentó la situación en la que se ha encontrado el club.

“Ni Rosell en 2010 faltó tanto el respeto a los socios y a sus rivales como está haciendo ahora el señor Bartomeu” disparó Agustí Benedito, candidato también en las elecciones y furioso ante el escenario que se abre por el fichaje del jugador turco.

Pero más allá de Turan, por mucho que sea la causa, existe una sensación de desacuerdo mudo a este poder poco menos que plenipotenciario que ha adquirido Luis Enrique, personaje incómodo para el mismísimo Bartomeu y del que se desconfía en general, más allá también de las buenas palabras y los elogios que acompañaron a los resultados con que se cerró la temporada.

“Arda es un fichaje ‘Mourinhista’” afirmó un observador cercano al Barcelona como argumento a la incorporación del turco. Futbolista cercano a cumplir los 29 años y de objetivos inmediatos, llamado a incorporarse a proyectos de corta duración “y que cumplen una misión específica”.

Un futbolista que se entiende más cercano a las tesis de Luis Enrique que a una filosofía futbolística propiamente dicha que parecía haberse instalado en el Camp Nou. Con Martino fue perdiendo peso y con el asturiano ha cambiado.

Lo demostró, Luis Enrique, la pasada temporada cuando comenzó el curso dando cuerda a jóvenes como Munir y Sandro, como Rafinha o Sergi Roberto… para adentrarse en los meses decisivos de la campaña con un equipo tipo absolutamente definido y en el que los proyectos de futuro ya no tenían ninguna cabida.

El entrenador asturiano aparece ahora como ideólogo y ejecutor en la confección de la plantilla azulgrana. Se sintió “debilitado” por el despido de Zubizarreta nadie lo diría a la vista de su protagonismo absoluto en la actualidad.

Con Luis Enrique, ¿Quién lidiará? Abidal es el nombre de Laporta, Bakero se supone que el de Freixa y falta por descubrir el de Benedito. El de Bartomeu, a estas alturas, casi que carece de importancia. Porque Bartomeu, el mismo que el siete de enero buscaba desesperadamente un entrenador para sustituir a un Luis Enrique en el que no tenía ninguna clase de confianza, está hoy a los pies del entrenador asturiano.

“Se ha ganado el derecho a dirigir el equipo” afirma el presidente saliente, en una frase que de alguna manera comparten sus rivales. En lo que ya no existe tal acuerdo, tanto en lo que a las elecciones se refiere como en el barcelonismo en general, es en dotar a Luis Enrique de un poder de tal consideración.