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Dos novatos que prometen bastante

Karl-Anthony Towns (izq.) fue dominando los nervios conforme avanzó el juego. David Dow/Getty Images

LAS VEGAS – Karl-Anthony Towns, pivot de los Minnesota Timberwolves, tiene un alter-ego (ahora en forma de muñeco bobblehead) llamado Karlito, a quien la primera selección global del draft considera como su “crítico más severo”. Karlito, en esencia, es el coordinador de video adentro de la cabeza de Towns, quien le ofrece guía táctica y palabras de aliento. Incluso tiene su propia cuenta de Instagram.

El viernes, Towns y su yo alterno en miniatura, saltaron a la cancha del Thomas & Mack Center de Las Vegas para el inicio de la Liga de Verano, con el duelo entre los Timberwolves y los Los Angeles Lakers, que destacaban al base D’Angelo Russell, segunda selección global del draft. Para Towns, ese monólogo interno se sentía bastante nervioso al inicio del juego.

“No les voy a mentir, inicié como cualquier otro novato”, dijo Towns. “Sentía muchas mariposas en el estómago. Me sentía muy nervioso. Las piernas estaban pesadas. Es tu primer duelo frente a todos. Simplemente intentas generar un cambio en la organización, especialmente por ser reclutado como número uno global”.

Russell no ha revelado la presencia de alguna voz en su cabeza, y no es que la necesitara el viernes. Las tribunas del Thomas & Mack Center estaban repletas de aficionados de los Lakers que por primera vez en un buen tiempo tenían una causa por la cual aplaudir. Minnesota se impuso 81-68, pero tanto Towns como Russell mostraron destellos de brillantez, junto a las fallas usuales de los novatos en su primera competencia oficial dentro de la NBA.

Comencemos con Towns, quien finalizó con 12 puntos, (4 de 10), con tres rebotes, cuatro asistencias y nueve faltas personales (no, no es ningún error de conteo, la Liga de Verano es magnánime y le permite a los jugadores cometer 10 faltas personales antes de ser descalificado). Las cifras quizá no impresionen, pero Towns mostró cierto rango en un tiro desde 17 pies, demostró su famoso gancho e hizo trabajo de calidad contra la doble marcación toda la noche.

Él lanzó pases precisos de un lado a otro de la cancha, hacia el lado débil del perímetro. Y dos veces contra un blitz de los Lakers, encontró a Othyus Jeffers en movimiento para lograr un par de encestes, el segundo que de hecho lanzó el balón mientras el segundo defensor apenas iba en camino.

“Me sentí cómodo ante la doble marcación”, dijo Towns. “Lo hice mucho en la universidad y en la preparatoria. Ya estaba preparado para eso cuando lo vi venir. Intentaba asegurarme que no solamente lanzara un pase ante la doble marcación, sino que fuera uno correcto que nos diera la oportunidad para anotar”.

Aunque la jugada de la noche para Towns quizá fue una que hizo ante marcación sencilla, con un impecable pase por la espalda hacia Lorenzo Brown, que es evidencia de que Minnesota tiene a un hombre grande con mucho talento, ubicación dentro de la cancha y disposición para jugar en equipo –algo que usualmente no se ve mucho en la Liga de Verano--.

Si la ubicación en la cancha es el estándar de excelencia para un novato, entonces Russell tiene el sello de aprobación. En años recientes, la Liga de Verano ha sido una procesión de bases dominantes con capacidad para anotar, pero Russell es un maestro distribuidor, digno de la vieja escuela. Al igual que Towns, sus estadísticas no fueron excepcionales –ocho puntos (3 de 8), seis asistencias y cinco rebotes--, pero Russell fue algo grato de observar el viernes, por la forma en cómo dominó el balón.

Comenzó con un pase en el primer cuarto para Tarik Black, seguido por un dribble cruzado que culminó en un triple. Durante el transcurso del juego, Russell dirigió la ofensiva de los Lakers con una dosis constante de pick-and-rolls, y lució bastante cómodo como general de la duela. A la defensiva, se podía verlo moviendo sus manos constantemente, para pedirle a sus compañeros que se comunicaran.

Karlito quizá sea el mayor crítico de Towns, pero Russell es su propio crítico. Aunque claramente disfrutó la experiencia de compartir la defensiva con Clarkson (quien metió 23 puntos), Russell tuvo cierta autocrítica con ciertos periodos y por cometer cinco entregas de balón.

“Personalmente, tuve muchos errores mentales –no poner atención a quién marcaba, quedarme dormido a la defensiva, esas pequeñas cosas que puedes hacer en la universidad pero no entre los profesionales”, dijo Russell. “Una de esas fue el lanzar el balón a mi propio campo, cuando ya había pasado la línea media. No sabía que no se puede hacer eso. Al final del juego, todo se acumula. Debo observar más el balón a la defensiva. Son errores mentales”.

La Liga de Verano es una plataforma estelar para talento joven, pero a menudo se siente como si fuera básquetbol amateur con mucha pompa. Eso no fue el caso el viernes, cuando Las Vegas pudo ver a dos estrellas futuras muy inteligentes. Bueno, quizá en el caso de Towns, inteligente y endemoniado.