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Orsanic: "No es una sorpresa ir 2-0, pero la serie es larga y sigue abierta"

BUENOS AIRES -- Contentos, pero sin mostrar una sonrisa de oreja a oreja. Serios, conscientes de la gran ventaja lograda, pero a la vez cautos porque saben que aún resta un punto más para avanzar a semifinales. Así se mostraron Daniel Orsanic, el capitán del equipo argentino de Copa Davis, y Federico Delbonis, quien aportó el segundo triunfo del viernes para que el local tomara ventaja de 2-0 sobre Serbia, en Buenos Aires.

El antecedente bajo techo en Argentina no es recordado, justamente, con alegría. Fue la fatídica final perdida con España en 2008, en Mar del Plata, aunque en cancha dura. Ahora la arcilla de Tecnópolis le sonríe a los dueños de casa. Y así lo hicieron público ante la prensa, en la amplia sala de conferencias del predio porteño.

Ante la pregunta de ESPNtenis.com, si la ventaja parcial era más de lo soñado en la previa, el conductor albiceleste no dudó. "Sabíamos que esta serie iba a estar muy abierta y que íbamos a tener chances de ganar cada punto. No es una sorpresa estar 2-0, pero la serie es larga y sigue abierta. Teníamos confianza en lo nuestro y por suerte fue el día ideal".

Y remarcó: "Leo (Mayer) impuso su nivel y Krajinovic jugó bien, pero Mayer lo superó claramente tras el primer quiebre en el primer set y otro en el segundo. El partido de Fede (Delbonis) fue muy emocionante, la verdad. A partir del tercero levantó, empezó a jugar como lo venía haciendo en el circuito y practicando acá. Al principio, entre lo bien que estuvo Viktor (Troicki) y su defensa, más el apuro de Federico, se complicó mucho. Resalto su capacidad para darlo vuelta. Es lo más difícil del tenis, dar vuelta un partido tras perder los dos primeros sets. Lo hizo y tiene un gran valor".".

Satisfecho, pero sin un triunfalismo anticipado, Orsanic aseguró: "Por eso digo que no es sorpresa, sabía que esto podía darse. Pero hay que tener la cabeza fría. Sigo opinando lo mismo: todavía sigue todo muy abierto. El sábado el dobles es importante. ¿Dar porcentajes? No, prefiero ir paso a paso". Y a la hora de pensar en la siguiente jornada, admitió que Mayer puede ser el compañero de Carlos Berlocq, nominado en el sorteo para ser el compañero de Schwartzman. "Una de esas dos opciones, juega seguro. Lo definimos esta noche al reunirnos y conversar entre nosotros", dijo, en busca de poder cerrar cuanto antes este duelo copero en busca de otra semifinal en la elite.

Para Delbonis, se trató de un triunfo especial. "No sé si es el más importante de mi carrera: cada una fue una sensación única, contra Federer, ante Wawrinka, al definir contra Bellucci en la Copa Davis. Sé que esta fue una de mis mejores victorias por actitud y predisposición, por haberlo dado vuelta, pero cuesta elegir uno", expresó el zurdo.

El azuleño también fue claro y medido en sus palabras. "Se me dio mal al principio, empezamos a hablar con Daniel de tomar confianza, forzarlo a que él también se equivocara y el público terminó jugando un papel muy importante. Me alentaron siempre, hasta el final. Yo ayudé a empujar a la gente, fue un ida y vuelta; si una de las dos partes no estaba bien, no salía así. Debimos estar todos alineados: es como una silla, si no tiene cuatro patas, te caés".

"¿Si soy copero? No sé, eso lo dirán los partidos y mi historial, pero más adelante. Es muy lindo ver los resultados, pero en general no se ven detrás los esfuerzos de todo el equipo, ya que todos hacen su aporte. Acá el mérito es de todos", afirmó. Y, a su izquierda, Orsanic subrayó: "Es un grupo excelente de jugadores y personas, que defendemos nuestra bandera, nuestro deporte y nos comprometemos a pleno. A todos los considero coperos, porque disfrutan y dan todo por estar donde están".

El que puso el primer granito de arena fue Mayer. Más temprano, el líder local, también alentado por Juan Martín del Potro desde el banco, no ocultó su alegría... y su emoción. "Este fue uno de mis mejores partidos en la Davis, también contra Sela, de Israel, de lo mejor. Acá en la Copa no tenemos tantas oportunidades y noto que rindo igual. Trato de dar lo máximo y jugar lo mejor, luchar hasta el final y no regalar nada", explicó.

El correntino definió su tarea y mostró su humildad y sencillez. "Mi revés funcionó casi como mi drive, por suerte. Pero no me siento un héroe, como dicen algunos ahora. Para eso todavía estoy muy lejos. ¿El aliento de los correntinos? Muchas gracias por venir a verme, hay un montón de gente, muchos por ser viernes...". Y se detuvo de golpe, con la voz entrecortada, los ojos llorosos, rojos, al punto de pedir una pausa con su mano derecha.

Así es Leo, un tenista de elite, pero de perfil muy bajo, buena gente, cordial, siempre amable. "Agradezco los festejos de tantos haciendo el yacaré con las manos. Me parece que ahora, después del partido tan largo contra Brasil, se me empezó a reconocer un poco más. Pero yo soy igual, el de siempre. Esta victoria tiene un valor muy grande, suma; yo me dedicó a tratar de ganar lo que me toca, esto es muy lindo. Estamos para esto, para luchar, porque no somos de los mejores, pero así, unidos, aumentamos nuestro nivel". Y vaya si un rato más tarde lo ratificó Delbonis. Para un 2-0 ideal, para quedar a un paso de avanzar, una vez más, a semifinales.