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En las mejores condiciones

BUENOS AIRES -- Sin sobrestimar la psicología -costumbre extendida en el periodismo de deportes-, es innegable que el dato más redituable de la goleada de River en Rafaela es el efecto anímico que produce. No sólo por el envión que genera una actuación óptima. También descomprime la atención obsesiva que en estos días se está llevando la Copa Libertadores.

El 5-1 demuestra que, aun con un equipo alternativo, River tiene por qué y con qué pelear en las arenas locales. El destino del club no depende exclusivamente de lo que ocurra el martes en Asunción. La Copa es una prioridad, va de suyo. Y River ya está a un paso de la final. Pero no es necesario quemar las naves para alcanzarla.

En esa formación suplente, Cavenaghi volvió a hacerse escuchar con su lenguaje de goleador. Seguramente no está para la titularidad, pero sería imprudente apurarle el retiro. Incluso en el River copero puede aportar su instinto privilegiado en circunstancias específicas.

Otra buena noticia que, hasta aquí, Gallardo tal vez sólo abrazaba en calidad de esperanza. En suma, River viaja a disputar la revancha ante Guaraní en las mejores condiciones. Con la certeza de que no abandonó nada por la aventura continental y con un triunfo tranquilizador obtenido en casa.

A esto puede agregarse que se resolvió el conflicto surgido por el portazo de Teo. El colombiano firmó para el Sporting de Lisboa y River dispondrá así de otra plaza para un extranjero. Por lo tanto, Gallardo podrá contar con uno de sus fetiches, el uruguayo Tabaré Viudez, apellido con cierta resonancia fúnebre que sin embargo le inspira los más venturosos pronósticos al DT.

La fraseología futbolera insiste en que los partidos hay que jugarlos, que las victorias y derrotas fundadas en presunciones pertenecen al reino de la imaginación. De acuerdo, pero es insoslayable el escenario ampliamente favorable en el que ha quedado River. Sólo una sucesión de imprevistos y anomalías podría dar vuelta el resultado.

Más allá de la escalada espiritual al cabo de una semana feliz, los de Gallardo ostentan una superioridad apreciable, que, lejos de opacarse, tendría que resaltar con el marcador de su parte. Se ha resentido el doble cinco -justo el centro de gravedad de River- por la suspensión de Ponzio.

Es un percance, claro, aunque acepta una solución virtuosa. Si Gallardo opta por el Pity Martínez como reemplazo, le facilitará al equipo una actitud de control, antes que de espera, muy recomendable para aplicar en este trance.