MONTERREY -- Desde tempranas horas en los alrededores del Estadio Universitario se comenzó a lucir los colores auriazules del conjunto de Tigres. La afición se hizo presente para llenar el estadio como lo hace habitualmente la afición felina.
Familias, parejas, niños y todo tipo de afición se hicieron sentir en el estadio para presenciar el espectáculo de inauguración a cargo del grupo Moderatto, quienes fueron los encargados de subir las emociones en el Volcán y prender a la gente para recibir al equipo de Tigres.
Con la salida de los equipos, el estadio comenzó a vibrar al ritmo de los Libres y Lokos, quienes de inicio entonaron cánticos alusivos a la Copa Libertadores.
El apoyo de la gente del Universitario fue decayendo con el paso de los minutos. Un inicio titubeante del equipo local fue apagando las tribunas gradualmente con el pasar de los minutos.
Por un largo tramo del primer tiempo solo se pudo escuchar alentar al sector de los Libres y Lokos y de ves en cuando a los poco más de cien aficionados visitantes que se hicieron presentes en el Volcán para darle apoyo a los escarlatas.
El calor pegaba con fuerza, tanto en la cancha como en las gradas. Una aficionada felina pagaría el costo de las altas temperaturas al comenzar a sentir fuertes mareos. Elementos de la Cruz Verde la asistieron y la retiraron del estadio en camilla.
Con la llegada de la recta final del primer tiempo, el público del Volcán comenzó a hacerse sentir nuevamente, presionando al equipo rival y alentando a los suyos a cerrar la primera parte de manera digna. El mayor espectáculo del primer tiempo estaba en las tribunas del Universitario.
El encuentro se tornaba algo aburrido, con un ritmo de juego lento, hecho que se vio reflejado en la actitud del publico. Solo Libres y Lokos alentaban mientras que el otro 80 por ciento de la afición observaban el partido sentados en sus sillas sin provocar el habitual ambiente futbolero que se vive en San Nicolás.
Se podría decir que en San Nicolás se vivió una noche atípica. Tigres se salió de todos los libretos presupuestados y mostraba un futbol muy por debajo del nivel habitual de los felinos. Por esta noche no existió esa habitual comunión que hay entre la afición de San Nicolás y sus jugadores.
Al término del encuentro no se escuchó ningún abucheo en el Estadio Universitario, la afición dio vuelta a la página rápidamente y se puso en el chip libertador. Los cánticos en referencia a la final de la Copa Libertadores no se hicieron esperar y el plantel felino se despidió en medio del apoyo de su gente, contrario a lo que fue el desarrollo del encuentro.