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De colegio vencer a sus ídolos

TORONTO - Natalie Hagglund fue una de las chicas del equipo de voleibol femenino estadounidense que celebró la victoria sobre Brasil con más efusividad. Acababa de lograr la medalla de oro después de vencer 3-0 a las defensoras de la presea dorada en Guadalajara 2011 y potencia mundial indiscutible en esta disciplina. A sus 23 años de edad se notaron sus dotes de recién licenciada en Comunicación cuando habló con la prensa, sin embargo, estaba sorprendida por la gran cantidad de reporteros que aguardaban declaraciones con algunas de las protagonistas.

El voleibol, como otras muchas disciplinas, pasa desapercibido en Estados Unidos, donde el fútbol americano, el básquetbol y el beisbol eclipsan otros deportes en los que los norteamericanos suelen brillar internacionalmente. Las profesionales no acostumbran a ver tanto revuelo ni a contestar la batería de preguntas que les hacen los periodistas. Pero este sábado fue un día especial. Habían derrotado nada más y nada menos que a Brasil, la ganadora de cuatro oros en su periplo en los Juegos Panamericanos. También se vengaron de la derrota durante el torneo.

Hagglund estaba radiante tras la victoria. La líbero estadounidense había contribuído a la victoria con una gran defensa. Quién diría que tendría una actuación predominante a poco de haber salido de la universidad y frente a muchas de las jugadoras que ha admirado mientras se curtía en los gimnasios y competiciones universitarias.

"Soy una jugadora muy joven y crecí viendo jugar a estas jugadoras. Es genial para mí el mirar a través de la red y ver a Fernanda (Rodríguez) o Jacky (Jaqueline Pereyra) y decir: 'Dios mío, estoy jugando defensa contra estas chicas'. Es una locura, son unas jugadoras tan buenas que para mí es genial estar ahí", afirmó antes de subir al podio y recibir la segunda medalla de oro de la historia para EEUU en unos Panamericanos (la anterior también fue en Canadá, en Winnipeg 1967).

La líbero estadounidense acaba de salir de la universidad. Finalizó sus estudios de Comunicación en la Universidad del Sur de California en Los Ángeles, y según indicó, el camino hasta llegar a este punto no ha sido nada fácil.

"Para mí ha sido muy duro. Terminé el año pasado y ha sido una transición muy difícil el pasar del voleibol universitario al profesional. Es un gran paso en el juego. Jugar contra rivales que admiro y con compañeras como Rachael (Adams) es increíble", argumentó.

En su primera gran cita internacional, Hagglund, ha percibido lo que el voleibol significa para otros países. La atmósfera que había en el graderío presagiaba una fiesta por todo lo alto para la formación brasilera. No en vano, las brasileñas fueron campeonas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y se presentaron a esta cita panamericana con cuatro jugadoras que alzaron dicha gesta.

"Trabajamos muy duro en el gimnasio cuánto más mejor. Adoramos a los aficionados brasileños porque son intensos, esperamos que nuestros fans vengan más a menudo. Nos hemos compenetrado a la perfección y las marcas han sido perfectas. Hemos trabajado mucho fuera del gimnasio y es enorme espero lo mejor para el equipo en los Olímpicos. No sé si estaré ahí o quién estará pero estaremos todas juntos. Brasil es un equipo increíble. Es el equipo que mejor esté jugando en ese momento, trataremos de seguir luchando", agregó.

Hagglund será joven, pero la experiencia en competiciones menores le ha dado un olfato especial, y es que cuando iban abajo en el marcador, antes de levantar tres puntos de set en el tercero para aprovechar su único punto de partido, ella sabía lo que iba a suceder.

"Íbamos debajo de ocho puntos y le dije a una compañera que me tenía muy buenas sensaciones del partido. Sentí que nuestra energía era muy alta, que tuvimos mucha confianza y que sabíamos que podíamos ganarles".

Dicho y hecho.