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Los "nuevos" Pumas, aprobados

MENDOZA (Enviados especiales)--Daniel Hourcade fue claro antes del comienzo del Rugby Championship. El entrenador dijo que “iba a probar” diferentes variantes para tener el equipo más competitivo de cara al Mundial de Inglaterra.

En cierta parte, así fue ante Nueva Zelanda y se acrecentó frente a Australia. Los siete cambios marcaban una clara inclinación del técnico en proveer de minutos a jugadores que, o bien no habían debutado, o necesitaban sumar minutos de acción o así también asentarse dentro del andamiaje renovado del seleccionado.

Luego del anuncio del equipo, el especial énfasis se hizo sobre los backs. “Una línea muy joven”, “no tienen la altura necesaria”, “¿Santiago Cordero contra Israel Folau?”, “Gonzalo Camacho no juega hace dos años”, eran algunos de los comentarios de los más escépticos.

Pero, si bien el partido arrojó otra derrota para el seleccionado argentino, hay realidades insoslayables. Por caso, la de Juan Pablo Socino. El centro formado en Los Matreros, con presente en Newcastle Falcons, fue sin dudas la figura del equipo. Pequeño detalle, el sábado sumó su primer test match con Los Pumas. Con la potencia como principal característica, quebró la línea defensiva de los aussies en más de una oportunidad y sirvió como rueda de oxígeno para salir de campo propio en los momentos más delicados del partido.

“Me voy con una sensación rara. Realmente contento por haber jugado, me sentí bien. Pero a la vez triste por el resultado y por cómo se dio el partido. Estuve cómodo en el mano a mano. Poder medirse a éste nivel, contra estos jugadores, es algo increíble. Espero poder seguir mejorando”, le dijo en exclusiva el jugador a Scrum, que fue llevado directamente al control antidopaje luego del partido.

A nivel emocional, el regreso de Gonzalo Camacho a la Selección fue una inyección anímica tremenda para el equipo. Tanto sus compañeros de toda la vida como los nuevos lo ven como una figura de respeto y saben, que antes del calvario que le supusieron estos dos años de lesiones y operaciones, era uno de los jugadores top en su posición.

Las dudas y la incertidumbre acerca de su nivel quedaron disipadas en los primeros cinco minutos de juego. Yendo hacia adelante, sin miedo a lesionarse, metiéndose a pescar la pelota, el wing se llevó el premio al mejor jugador del partido en el Malvinas Argentinas.

“El debut es uno sólo pero sí hubo muchas ansias, mucho nervios, después de tanto tiempo sin haber jugado un partido porque ponerte esta camiseta y todo lo que eso representa: la familia, la novia, los amigos y la gente que estuvo acompañando este tiempo… eso representa y por eso uno quiere cumplir adentro de la cancha con mucho corazón y mucho esfuerzo”, contó el jugador en la zona mixta luego del match para un caudal de periodistas a la que le dedicó todas sus preguntas.

“No tenía temor por el hombro ni miedo, sino nervios, curiosidades de que todo funcione bien, y pensar y saber lo qué puedo hacer y que no con mi cuerpo. Por suerte todo salió bien. El Huevo me hizo sentir bien en cada momento que teníamos o que me veía nervioso. Me decía: ‘Equivocate pero haciendo’. La verdad que eso te saca un poco de presión y te da más ganas de seguir adelante.

El voto de confianza se revalidó en Santiago Cordero. De un partido como wing ante los All Blacks, en donde la defensa fue su punto fuerte con nueve tackles, el ataque se hizo presente ante los Wallabies como fullback con un durísimo match-up ante Israel Folau. Fue el jugador con más metros recorridos en el seleccionado y más defensores vencidos: 106 metros en total y 7 rivales en el camino.

“Me sentí bien jugando de fullback, hace mucho no jugaba. Ojalá se dé mas y me pueda volver acostumbrar de quince. De todas maneras hay cosas que tenés que ver post partido que después las ves y te querés matar, así que ahora vamos a analizar el encuentro”, contó.

Sobre sus chances mundialistas remarcó: “No trato de pensar más allá de lo que pase mañana, ni pensar que si juego mal mañana no tendré la chance de estar en la lista del Mundial. Tengo que jugar bien ahora, no está nada dicho, el lunes tenemos descanso y después vamos a arrancar la semana para ver si estoy en la lista que darán el jueves y que va a Sudáfrica”.

Por último, y alejado de los backs, queda Javier Ortega Desio. El tercera línea pelea con la mayor competencia por puesto que existe en el seleccionado. Por calidad y cantidad, el hombre que jugó en el SIC se fue con un gusto amargo: “Las derrotas duelen, es difícil pero hay que cambiar la página. No me voy con una buena sensación por eso. Me tocó estar en situaciones que terminaron en try que no es que hayan sido errores particulares míos, sino virtudes del rival”. De cualquier manera, el jugador de Estudiantes de Paraná sacó réditos al ser el máximo tackleador del equipo, con ocho, en una noche floja y sigue en carrera.

En un momento de pruebas, chequeos y selecciones, estos cuatro jugadores pisaron fuerte en Mendoza. Daniel Hourcade tiene la palabra.