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La afición siempre se mantuvo al lado del Tricolor en la Copa Oro

FILADELFIA -- El apoyo llegó hasta el último partido. No importó la forma en la que la Selección Mexicana llegó a la Final de la Copa Oro. Lo que valía era estar ahí y así lo entendió la afición, que nunca deja solo a su equipo. Menos al Tri en un torneo oficial.

Baile con música de banda de fondo sonaba afuera del Estadio, mientras una bandera enorme de México ondeaba casi a la misma altura, y los tradicionales gritos de ‘¡México, México!’, que retumbaban, mientras los seguidores pasaban al inmueble.

La afición mexicana puede ser una de las más fieles del mundo. Siempre acompañan a los suyos. En Filadelfia, una ciudad atípica para el Tri, no fue diferente. La primera capital en la historia de Estados Unidos se preparaba para un duelo entre norteamericanos y mexicanos en la Final, pero Jamaica dio la sorpresa y eso implicó cambios.

Los estadounidenses cambiaron de planes de repente. Tenían en mente ir al estadio de las Águilas de la NFL y terminaron por vender sus entradas o algunos sí optaron por ir, pero ya sin la emoción que implicaba ver a sus seleccionados frente a México.

Eso jugó a favor de los jamaiquinos, que en minoría, pero se presentaron en el estadio. La mayoría, sin duda alguna, era a favor de los verdes.

Entre las miles de almas que llegaron al feudo de la Final, destacó la de Héctor Chávez, aficionado oriundo de Chihuahua que lleva en su historial ocho Copas del Mundo, seis Copas América y el mismo número de Copas Oro. Su rostro ya es reconocido hasta por otros seguidores que lo ven por la calle.

“Es todo. Es una gran pasión, el venir acá y seguir a México es demostrar lo que México es hacia el mundo y aparte es padre llegar y estar en la tribuna, gritar y sacar toda esa adrenalina, además de que convives con gente de otras partes del mundo y conoces otras costumbres y personalidades”, compartió para ESPN.com.mx.

El apoyo incondicional de los mexicanos hacia su Selección volvió a destacar por encima de todo y con una Final de Copa Oro en disputa. Lo que restaba ya era la respuesta del equipo dentro del campo, mientras los colores verdes abundaban en las gradas.