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Río 2016: "Una oportunidad perdida"

Peces muertos que flotan en la Laguna Rodrigo de Freitas, donde se harán el remo y canotaje en Río. AP

Se supone que Juegos Olímpicos en Río de Janeiro traigan mejoras significativas tanto en infraestructura como en servicios para la ciudad para así albergar el mayor evento deportivo internacional y que la obra permanezca para el beneficio de los habitantes de esta gloriosa ciudad brasileña.

Sin embargo, el curso de acción para las mejoras y tratamientos con las aguas residuales (negras), un problema monumental en la ciudad, parece no tener éxito.

En su candidatura olímpica, los funcionarios de Río prometieron que los juegos podrían "regenerar magníficas vías fluviales" a través de una expansión de la infraestructura con una inversión del gobierno de 4 mil millones de dólares.

Fue la última de una larga lista de promesas que ya han costado a los contribuyentes brasileños más de mil millones de dólares.

Las aguas residuales ha sido un problema histórico en la ciudad de Río durante la última década y en una población de 12 millones de residentes en la zona metropolitana, la sedimentación es evidente en las vastas barriadas que rodean la bahía.

Los residuos desembocan en más de 50 arroyos que componen la Bahía de Guanabara. Una fuerte pestilencia emana de gran parte de la bahía y sus playas bordeadas de palmeras la cuales solían ser lugares populares para nadar en la década de 1970, pero ahora perpetuamente fuera del alcance para los nadadores.

Toneladas de basura, sofás, lavadoras y balones desinflados flotan en la costa y hasta forman islas de basura.

A partir de 1993, la agencia de cooperación internacional de Japón vierte cientos de millones de dólares en un proyecto de limpieza de Guanabara. El Banco Interamericano de Desarrollo emitió $452 millones en préstamos para más obras.

El problema se complica ya que existe una cultura de la mala gestión que bloquea cualquier progreso. Durante años, ninguno de cuatro plantas de tratamiento de aguas residuales construidas con el dinero funciona a plena capacidad.

Una de las plantas en el arenoso barrio Duque de Caxias no trabajó bien desde su construcción en el año 2000 hasta su inauguración en 2014. Esto debido a que durante 14 años, no estaba conectado a la red de alcantarillado.

Desde entonces, la agencia japonesa tiene el proyecto calificado como "insatisfactorio", y establecen que "no hay mejoras significativas en la calidad de las aguas de la bahía."

Como parte de su candidatura olímpica, Brasil se comprometió a construir ocho plantas de tratamiento para filtrar la mayor parte de las aguas residuales y evitar que toneladas de basura de las viviendas de la que fluye en la bahía de Guanabara. Tan sólo unoa se ha construido.

El gobierno tiene un proyecto para tratar las lagunas verdes fluorescentes que abrazan el Parque Olímpico, las cuales son de las más contaminadas de Río, pero el proyecto consiguió colgado en obstáculos burocráticos y todavía no ha empezado.

"Las autoridades brasileñas prometieron la luna con el fin de ganar su candidatura olímpica y como de costumbre no están cumpliendo esas promesas", dijo Mario Moscatelli, un biólogo que ha pasado 20 años cabildeo para una limpieza de las vías fluviales del Río. "Estoy triste, pero no sorprendido."

A medida que pasa el tiempo, los funcionarios locales han enfatizado de nuevo en sus promesas. El gobernador de Río, Luiz Fernando Pezáo ha reconocido que "no va a haber tiempo" para terminar la limpieza de la bahía antes de los juegos.

El alcalde de Río, Eduardo Paes, ha dicho que es una "vergüenza" que las promesas olímpicas no se cumplan, añadiendo que los juegos están demostrando "una oportunidad perdida", en cuanto a los cursos de agua se refiere.

Mientras el sitio web del comité organizador de los Juegos Olímpicos en Rio todavía afirma que el legado clave de los juegos será "la rehabilitación y protección del medio ambiente de la zona, en particular de sus bahías y canales" en las zonas donde los deportes acuáticos tendrán lugar.

El escritor de la agencia de noticias The Assocites Press Stephen Wade y la productora Yesica Fisch contribuyeron a este informe.