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A resolver asuntos pendientes

La NBA actualmente atraviesa su etapa de hibernación, pero no queda tanto tiempo hasta que los 30 equipos de la liga vuelvan a reunirse y arranquen sus respectivas pretemporadas, generando ilusión de costa a costa y alrededor del mundo entero.

Lo que nos falta en acción nos sobra en expectativa, y a continuación vamos a repasar a la situación de los ¨casi¨ candidatos al título en la NBA.

¿A que me refiero con eso? Bueno, en la mejor liga del planeta hay planteles como los de los Golden State Warriors, San Antonio Spurs o los Cleveland Cavaliers que ya cuentan con todas las herramientas necesarias para aspirar a las Finales, pero hay otros un escalón más abajo en ambas conferencias con asuntos pendientes para intentar sumarse a ese club selecto.

A continuación repasamos a algunos de ellos, sus expectativas y lo que les falta para pasar de ser meramente ¨muy buenos¨ a ser de elite.

LAS AMENAZAS

HOUSTON ROCKETS

Lo que les falta: Un segundo grandote, roles definidos

La situación de Omer Asik como suplente de Dwight Howard en Houston fue insostenible desde el comienzo, pero que su partida a Nueva Orleans la temporada pasada no haya sorprendido a nadie no quiere decir que esa haya sido la solución perfecta.

Dwight Howard ya lleva 11 años en la NBA y es lo que es, un gran defensor con un arsenal ofensivo limitado cuyo ego a esta altura es más grande que sus atributos cerca del aro contrario.

Era evidente durante los segundos cuartos de los playoffs, especialmente contra los Warriors, que cuando James Harden descansaba enfocar al plan de ataque en el poste bajo con Howard era la receta ideal para una sequía anotadora.

Su relevo, el novato Clint Capela, es un buen proyecto pero sus 3,4 puntos por partido en la postemporada tampoco ayudaron.

Quizás haya que esperar hasta febrero para encontrarlo, pero los Rockets necesitan encontrar un pivot suplente que sepa manejarse bajo el aro. Más fácil dicho que hecho, por supuesto.

Hablando de Harden, va a ser muy interesante ver como funciona su dinámica con Ty Lawson, el nuevo refuerzo de Houston proveniente de Denver que es el correcaminos de la NBA como base escurridizo.

Harden es un escolta al que le encanta tener el balón en sus manos, pero Lawson no ha tenido que dejar de ser armador desde que era un novato y jugaba junto a un veterano como Chauncey Billups en el 2009.

¿Quién de los dos pondrá a su ego de lado por el bien del equipo? La lógica diría que Harden es el que tendría la prioridad, pero en realidad él podría ahorrarse desgaste y encontrar más espacios si le delega más responsabilidad a su nuevo aliado.

MIAMI HEAT

El Heat manejó a la temporada de la agencia libre a la perfección con Pat Riley como el James Bond de la NBA, liquidando las esperanzas de sus rivales y saliendo victorioso cuando lo daban por muerto.

Riley no solo renovó los vínculos de jugadores clave como Dwyane Wade, Goran Dragic y Luol Deng, sino que también incorporó a agentes libres de buen calibre como Amar´e Stoudemire, y Gerald Green y seleccionó a un crack en potencia como el alero Justise Winslow capaz de contribuir de inmediato con la décima selección del Draft de este año.

Sin embargo, lo que es más que evidente es que a este equipo es que le faltan francotiradores al mejor estilo de un Mike Miller, Jason Kapono, Damon Jones o Eddie Jones.

Chris Bosh (37 por ciento en triples la temporada pasada) y Josh McRoberts (34 por ciento en su carrera) son dos grandotes capaces de elongar al equipo, pero no son apuestas seguras.

Wade jamás ha sido conocido por su eficacia desde larga distancia, su techo fue del 31,7 por ciento en el 2009, y nadie sabe si Mario Chalmers (36 por ciento en su carrera, 29 por ciento la campaña pasada) seguirá como miembro del Heat cuando suceda el salto inicial del debut.

Gerald Green, por su parte, es un tirador capaz con un porcentaje de efectividad en triples del 35 por ciento en su carrera, aunque si llegó al 40 por ciento en aquel rubro en Phoenix hace dos temporadas y Miami espera que pueda duplicar ese esfuerzo esta vez.

Variantes como posibles adquisiciones no hay por el momento sin contar posibles canjes, así que por ahora el Heat deberá maximizar los recursos que tiene a su disposición.

LAS INCÓGNITAS

NEW ORLEANS PELICANS

Los Pelicans cuentan con 145 millones de razones para festejar tras asegurarse de que Anthony Davis no se va a ningún lado por al menos siete años más, pero les falta recambio.

Mientras que los Rockets se basan en el combo Howard-Harden y el Heat es una democracia, Davis es el rey de los Pelicans. El sol alrededor del cual gira el resto del plantel.

Los Pellies terminaron la temporada pasada cuartos en eficacia en triples gracias a los espacios generados por Davis de la zona pintada hacia fuera, pero la realidad también indica que fueron mediocres ofensivamente con apenas 98,6 puntos por partido, la decimosexta mejor marca de la liga.

Ese rubro va a mejorar si Ryan Anderson y Jrue Holliday se mantienen enteros y juegan más que los 101 encuentros combinados de la temporada pasada.

Sin embargo, cuando el resto de tu banca está compuesta por Alexis Ajinca, Dante Cunningham y el incierto regreso de Norris Cole, dar el próximo salto de calidad se vuelve difícil en la durísima Conferencia Oeste.

BOSTON CELTICS

Brad Stevens ha sido exitoso en generar una cultura de trabajo y esfuerzo en los Celtics, lo cual resultó en un arribo inesperado a los playoffs como séptimos en el paupérrimo Este la temporada pasada, ahora viene la parte difícil: Comenzar a sobrepasar las expectativas.

Haber dado el salto de 25 a 40 victorias en la temporada regular más reciente fue impresionante, pero para llegar a una marca ganadora (ni hablar la segunda ronda de los playoffs) les hace falta un referente.

Marcus Smart, Avery Bradley, Evan Turner, David Lee y Tyler Zeller son un quinteto titular meramente adecuado, pero ninguno de ellos inspira terror en sus rivales con el balón en sus manos perdiendo por uno con 10 segundos por jugar.

A esta constelación le falta su estrella más brillante que brilla por su ausencia pero por ahora los Celtics se mantienen firmes como el rival incómodo que pelea por cada pelota como si fuese la última pero que a la misma vez sigue estando un escalón por debajo del Heat y dos o tres por debajo de los Cavaliers.

EL PROYECTO

LOS ÁNGELES LAKERS

Kobe Bryant sigue siendo el Alfa de un equipo que poco a poco se va renovando con promesas como Julius Randle, Jordan Clarkson y el base novato D´Angelo Russell, pero a este equipo le hace falta otro anotador. Kobe ya no puede solo.

Al que me venga a decir que Nick “Swaggy P” Young es la respuesta, lo mando a escuchar a un CD entero de Iggy Azalea repetido por 12 horas. Roy Hibbert y Lou Williams fueron incorporaciones interesantes para comenzar a sacar a un equipo que hizo el tipo de historia equivocada con una marca de 21-61 la temporada pasada.

Sin embargo, Hibbert no es ninguno de los dos peces gordos que se le escaparon a los Lakers como agentes libres en Greg Monroe (15,9 puntos y 10,2 rebotes) ni mucho menos LaMarcus Aldridge (23,4 y 10,2).

Williams, por su parte, tiene un techo como sexto hombre más allá de sus 15,5 puntos por partido la campaña pasada, la mejor marca de su carrera.

Será cuestión de tener paciencia en Los Ángeles, una ciudad donde todo parece indicar que los Clippers serán reyes por al menos un año más.