DURBAN (Enviado Especial) -- Horacio Agulla, junto a Felipe Contepomi y Federico Méndez, es el Puma que más veces se enfrentó contra Sudáfrica en toda la historia del rugby argentino. Estos tres jugadores, en total, se toparon en ocho oportunidades contra los Springboks. Claro, el wing pasará al frente en esta lista si este sábado tiene la oportunidad de, aunque sea, sumar un minuto de acción en el Growthpoint Kings Park, de Durban -se especula que será uno de los wingers titulares junto a Juan Imhoff-.
“¿En serio? No tenía idea de este dato”, tira sorprendido el ex Hindú frente a la pregunta de Scrum.com. Horacito bucea por su memoria y, finalmente, comenta: “tenés razón, eh. Fueron varios...”.
-¿Cuál es el que más te acordás? Ya sé cuál me vas a decir pero…
-Creo que vos pensás que te voy a decir el del empate en Mendoza -16 iguales, el 25 de agosto de 2012-.
-No era ese…
-¿El de Nelson Mandela?
-Tampoco. Pensé que me ibas a responder el de la semifinal en el Mundial de Francia…
-Ahh sí, ja. Pero la verdad es que el que más tengo en la memoria es el del aniversario por lo de Mandela, que nos mataron. No me lo olvido más.
Cuando el wing, autor de un try recordadísimo ante Irlanda en la RWC 2007, se refiere “al de Nelson Mandela”, hace foco en el 9 de agosto de 2008. En aquella fecha, fatídica, Los Pumas habían sido invitados para enfrentar a los Boks, en una seria de homenajes por los 90 años del inolvidable líder sudafricano. En la previa a aquel choque en Johannesburgo sólo pudieron decir presentes 14 de los 26 jugadores que lograron el Bronce en el Mundial. “Fue humillante. Llegamos con una mini pretemporada que no llegó a ser una pretemporada… No estábamos preparados ni física ni mentalmente. Lo sufrimos mucho”, remata Horacito.
El back no exagera las palabras. Ese día Sudáfrica, sobre todo en el segundo tiempo, fue una tromba; un cocktail explosivo entre el buen juego y efectividad. Y la chapa lo dejó clarito: 63-9, con nueve tries. El único borrar el cero del lado argentino fue Felipe Contepomi con 3 penales.
-Raro que el de 2007 no haya sido el primero que recordás…
-Fue una locura. En lo personal fue jugar al rugby al mejor nivel del mundo; el más alto que jugué hasta ese momento. Fue una experiencia inolvidable, más allá de la derrota. Pero el de Mandela… Mejor ni acordarme.
-Yendo del primero al último de estos ochos tests, ¿creés que el juego sudafricano cambió en algo?
-No mucho. Siempre mantiene el mismo estilo. Es un equipo muy físico, que hace de eso su base y que, a partir de ahí, empiezan a construir.
-Ahora mueve un poco más la pelota…
-Sí, un poco más sí. Y eso lo hace un mejor equipo todavía. Pero como te dije antes, su bandera es la parte física.
-¿Cómo te preparás para ser el Puma que más los enfrentó en la historia?
-Con mucha ganas. Mi último partido fue contra Nueva Zelanda; no tuve la suerte de estar contra Australia. Y me quedó un gusto amargo.
-¿Por qué?
-Por cómo se dio el partido antes los All Blacks. Por eso, ojalá, pueda estar este sábado frente a Sudáfrica.
-Intentás sumar desde donde pudas…
-Siempre. Quiero ayudar al equipo. Lo que Los Pumas necesiten de mí, lo van a tener.
-¿También, quizás, jugar de centro?
-Sí, aunque no es tan simple. Se necesita tiempo de partidos y de entrenamientos, y la realidad es que hoy no lo estoy teniendo como me gustaría. Aunque esto es algo lógico que suceda por la talla de jugadores que hay actualmente en esa posición. Pero si soy una opción para el Huevo (Daniel Hourcade), bienvenido sea.
Por el bien de la causa celeste y blanca, Horacito, contra Sudáfrica, desea aportar su granito de arena desde donde le toque. Tiene claro que, dejando de lado el resultado final, es el momento para que, tanto él como sus compañeros, apuesten todas sus fichas -y sueños- mundialistas.