Paola Nuñez 9y

James, Bale firman victoria del Real Madrid ante Tottenham

Bale dio dos pasos atrás para no estorbar. En cuanto Isco se hizo con el balón, el galés leyó sus intenciones y le dejó el campo libre. Dentro del área y con un central del Totthenham pegado a la espalda, Jesé bajó el ritmo y seguía con la mirada el movimiento del hombre que desde la banda buscaba un hueco para poner el balón en el punto donde sabía que el daño iba a ser irreparable.

También lo vieron tres defensas del conjunto inglés que en intentaron crear un cerco en torno al malagueño para evitar que escapara con el balón controlado. Y mientras toda la atención se concentraba en el 22 merengue, James se internó en el área sin que nadie más que su socio lo notara. Isco se tomó un segundo para levantar la vista y medir la carrera de su compañero, que con sigilo y rapidez le había ganado la espalda al último central para clavar el balón en la red de un cabezazo.

Así, con el 1-0 en el marcador, se puso de manifiesto la magia de la conexión entre el colombiano y el malagueño a los 35 minutos del encuentro entre el Real Madrid y el Totthenham disputado este martes en el Allianz Arena de Munich.

Para cuando el Madrid tomó la ventaja, ya había amenazado varias veces la portería defendida por Michel Vorm. El ataque del Real Madrid, sin dos piezas elementarles, Benzema y Cristiano Ronaldo, se había tomado su tiempo para ubicarse en la cancha. Pero poco a poco, las ideas, que pasaban generalmente por los pies de Isco, fueron fluyendo. Jesé, que esta vez actuó en punta, se notó cada vez con más confianza e incluso disparó a gol un par de veces requiriendo que el arquero holandés volara para taparle el remate. Por intentarlo, incluso Luka Modric probó, como suele, con un potente disparo desde fuera del área.

Nada, sin embargo, daba la sensación de tener más peligro que esos instantes en que Isco y James se movían en tándem, ya fuera en un cobro o en una jugada con balón controlado. Y con cada acercamiento del ataque del Madrid, el cuadro londinense se desordenaba cada vez más, pues no se daban a basto para frenar a los hombres de Benítez.

En teoría el cuadro inglés tendría que llegar al equipo como un equipo más hecho, teniendo en cuenta que el arranque de la Premier League está a la vuelta de la esquina. Y por momentos, sobre todo al inicio del encuentro, se le veía mucho más suelto que al conjunto merengue, que sigue teniendo problemas para conservar el balón en el centro del campo y hacer las transiciones de ataque a defensa.

El Madrid, con cuatro partidos amistosos a las espaldas, aún se nota ligeramente tieso del mediocampo hacia atrás. Danilo, que esta vez salió de titular en el sitio de Dani Carvajal, aún denota su condición de chico nuevo. Los centrales continúan cayendo en los vicios del pasado y, a veces, dejan demasiado descubierto a su portero.

De ahí que en sus escasos acercamientos al área madridista, el Totthenham pusiera a prueba a Kiko Casilla, que, por lo demás, desvió un par de disparos con relativa tranquilidad. Pero el Madrid sigue siendo ese equipo que por más que deje su fragilidad en la parcela defensiva al descubierto, logra controlar los partidos valiéndose de su capacidad ofensiva y resulta letal, sobre todo cuando el rival comete errores inocentes.

Así llegó el segundo tanto merengue, ya bien entrada la segunda mitad del encuentro y cuando más se discutía la figura de Gareth Bale, que no logra convencer en su nuevo papel de jugador de enganche. El galés sigue batallando lo indecible para cargar con el peso de la conducción, papel que deja, cuando puede, en los pies de Isco o, de plano, Modric, que logra colarse entre líneas con mayor facilidad.

Habían transcurrido casi 80 minutos y el hombre de los 100 millones de euros no había podido hacer uso de su principales virtudes, astucia, velocidad y potencia en el disparo, hasta que el Tottenham perdió un balón con el de Gales merodeando el área. Bale no se lo pensó dos veces, recuperó el balón y rápidamente avanzó un par de metros para acomodarse y disparar desde fuera del área. Nada pudo hacer Vorm para tapar el zurdazo del ex jugador del Totthenham, que no festejó por respeto.

Para entonces, prácticamente todo el equipo había cambiado, el ritmo había bajado y la acción transcurría entre la ambigüedad y la pasividad pues tal como ha hecho Benítez durante toda la gira de pretemporada, dio oportunidad casi a todo el equipo y la cancha se había plagado de suplentes, incluidos Marco Asensio y Borja Mayoral, recientemente incorporados al régimen del club tras proclamarse campeones de Europa Sub-19 con España.

La misión importante había sido encargada a los titulares para ejecutarse en los primeros 45 minutos. El resto del partido, tiempo de oro para que los suplentes – o emigrantes en potencia – convencieran a su técnico. Y para que Bale, prácticamente el único hombre de campo que quedaba en el terreno, continuara su dura y particular tarea de acoplarse a una posición en la que, cinco partidos después, sigue sin dar demasiada confianza.

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