DURBAN (Enviado Especial) -- Juan Imhoff recorre a los largo y a lo ancho el lobby del Golden Court Umhlanga. Habla por teléfono. Lo llamaron desde Buenos Aires para una entrevista y él se pasa largos minutos dando respuesta para saciar el hambre informativo que hay del otro lado de la línea. Su infaltable mochila al hombro lo acompaña, como un escudero cuidándole la espalda a su noble señor. “Lo que pasa es que no pesa nada; casi no tengo cosas. No me molesta”, explica con una sonrisa.
Si bien todavía el XV titular del seleccionado para enfrentar a Sudáfrica, en Kings Park, no fue confirmado -se dará el jueves-, él tiene todas las fichas para ocupar una de las puntas -del otro lado estaría Horacio Agulla-.
El rosarino no comenzó de pequeño a jugar de wing. Recién ocupó dicho puesto a los 19 años, cuando debutó en la Primera de su querido Duendes de Rosario. “No elegí la posición, ella me terminó eligiendo a mí. Porque de chico jugaba mucho de fullback y de apertura”, explica.
- ¿Y por qué creés que el puesto te fue a buscar?
- Por mi locura; por el hecho de querer tocar todas las pelotas, algo que sé que no se puede pero que igual lo intento. Además, también influyó que de 15 había un gran jugador: el Pitu Román Miralles.
- ¿Trabajaste mucho para ganar confianza en esa posición?
- Sí, hubo un laburo fuerte, tanto de velocidad como de destrezas de carrera.
- ¿Cuándo eras chico a qué wing admirabas?
- Al australiano Davd Campese, aunque lo vi poco y nada; sólo por videos. Por mi viejo -José Luis Imhoff, ex Puma- nací viendo rugby y, por ende, nací viéndolo a Campese.
- ¿Qué te llamaba la atención de su juego?
- La determinación, la confianza... hasta parecía soberbio dentro de la cancha de lo bien que hacía las cosas.
- El Paso de Ganzo...
- El famoso Paso de Ganzo de Campese. Era tremendo, mortal. Con el tiempo he visto más wingers, pero nunca me sentí identificado con un Jonah Lomu o un Julian Savea porque nunca me dio el físico ni me va a dar.
- ¿Qué tipo de wingers te gustan?
- Los de carrera, los definidores, con destrezas.
A la hora de elegir a alguno de la actualidad, el rosarino, que lleva 27 tests en el seleccionado y que apoyó 13 tries, menciona a uno que, hoy por hoy, se podría decir que es un vecino: el sudafricano Bryan Habana. “El es siempre un jugador a tener en cuenta, porque su velocidad es determinante”, tira.
- ¿Otro?
- El neocelandés Ben Smith; me parece una cosa de locos. Puede jugar de todo -wing, fulback y centro-, tiene destrezas y su velocidad es impresionante, increíble. Es más, entre Habana y él, me quedo con él.
-¿Y a qué wing o ex wing argentino admirás?
- A Nani Corleto. De chico era un sueño volar como lo hacía ese pibe. Y tengo claro que es algo que nunca voy a poder hacer; seguirá siendo un sueño. Era tremendo cuando pisaba; parecía que se movía la cancha. Increíble.