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Nadie hizo más cosas a un nivel tan alto en la NFL como Sammy Baugh

Slingin' Sammy Baugh hizo de todo por 16 temporadas para los Washington Redskins. Getty Images

La redacción de ESPN.com.mx eligió a los jugadores más representativos para cada número de jersey, desde el 99 hasta el 1, para dar a conocer sus semblanzas a modo de conteo regresivo hasta el arranque de la temporada regular del 2015. Aquí puedes consultar la lista completa.

MÉXICO -- Con un contrato que promedia 22 millones de dólares, Aaron Rodgers de los Green Bay Packers es actualmente el mariscal de campo mejor pagado --y jugador en general-- en la historia de la NFL. Darrelle Revis de los New York Jets tiene un convenio que le promedia anualmente 14,024,212 dólares, siendo el back defensivo mejor pagado en la historia del juego. Britton Colquitt de los Denver Broncos cobra en promedio al año 3,892,333 dólares, el pateador de despeje mejor remunerado de la liga.

¿Cuánto estaría dispuesto a pagar un equipo de la NFL por un jugador con la capacidad de hacer, por sí solo, lo que hacen Rodgers, Revis y Colquitt juntos?

Por 16 temporadas, los Washington Redskins tuvieron a alguien así en sus filas.

Sammy Baugh comenzó su brillante carrera como jugador de fútbol americano en Fort Worth, jugando para los Texas Christian University Horned Frogs bajo la promesa de que la escuela le permitiría practicar también el béisbol y el baloncesto. En 1935 y 1936, Baugh fue designado All-American, y en su temporada final en TCU, terminó cuarto en la votación del Heisman, apenas el segundo año en que se entregaba el codiciado premio. Al frente de los Frogs, Baugh condujo al programa a victorias en el Sugar Bowl sobre LSU, al término de la campaña del '35, y sobre Marquette en el primer Cotton Bowl, al término de la campaña del '36.

De ese modo, Baugh fue instrumental para que TCU comenzara a obtener el reconocimiento nacional que le permitiría, en 1938, consagrarse campeón nacional --ya sin Baugh-- de la mano de estelares como Davey O'Brien y Ki Aldrich.

Antes de comenzar su último año de elegibilidad colegial, los Boston Redskins seleccionaron a Baugh en la primera ronda --sexto global-- del draft de 1937, el segundo en la historia de la liga (que de hecho se celebró el 12 de diciembre de 1936). El propietario de la franquicia, George Preston Marshall, le ofreció a Baugh 4,000 dólares para unirse a los Redskins, una cantidad enorme para un país que se seguía recuperando después de la Gran Depresión.

Sin embargo, el primer amor de Baugh era el diamante de béisbol. Además, el legendario entrenador en jefe de los Horned Frogs, Dutch Meyer, le había ofrecido un puesto a Baugh como asistente con el equipo de fútbol americano.

Finalmente, Baugh aceptó una oferta de 8,000 dólares por jugar una temporada con los Redskins en 1937, primer año de la franquicia en Washington, que lo convirtió en el jugador mejor pagado de la liga. De acuerdo a una anécdota de su primera práctica con el equipo, el entonces entrenador en jefe Ray Flaherty lo retó a que probara su precisión lanzando el ovoide diciendo, "Veamos si puedes atinar al ojo del receptor", a lo que un confiado Baugh respondió, "¿Cuál ojo?".

Como novato, Baugh impuso una marca completando 81 pases en el año --unos siete por partido-- y lideró a la liga con 1,127 yardas aéreas. En contraste, solamente seis pasadores promediaron tres pases completos en aquella campaña.

En 1937, los Redskins venían de perder el Juego de Campeonato de la NFL el año previo ante los Green Bay Packers, por 21-6. Sin embargo, ya con Baugh en la alineación, los Redskins repetirían su aparición en la Final, esta vez conquistando su primer campeonato de la NFL ante los Chicago Bears por 28-21, originando también la mejor rivalidad de la época. Jugando en un frío indescriptible en Wrigley Field, Baugh conectó 17 de 33 intentos de pase para 33 yardas, números que simplemente no se veían en la época. Sus tres pases de touchdown de la segunda mitad --para 55, 78 y 33 yardas-- amarraron la primera corona en la historia de la franquicia.

Eso no impidió a Baugh probar suerte en las ligas menores, primero con los Rochester Red Wings y después con los Columbus Red Birds, ambos equipos asociados con los St. Louis Cardinals, en 1938. "No le podía pegar tan bien a la bola curva, así que me fui en agosto para jugar al fútbol americano y me quedé con el fútbol americano", recordaría años después el propio Baugh.

La mejor temporada de Baugh, y posiblemente la mejor temporada para cualquier jugador en la historia de la NFL, ocurrió en 1943. El estelar de los Redskins lideró a la liga en intentos de pase (239), pases completos (133), porcentaje de pases completos (55.6 en una era en que el resto de la liga promedió 42.6), patadas de despeje (50), promedio de yardas por despeje (45.9), e intercepciones (11).

¿Cuántas temporadas individuales se pueden comparar a esos números?

Y si hablamos únicamente de partidos, Baugh también es poseedor de una de las actuaciones más insólitas en la historia del deporte. El 14 de noviembre de ese mismo año, ante los Detroit Lions, Baugh lanzó cuatro pases de anotación, interceptó cuatro pases, y logró un despeje de 81 yardas.

Un buen número de récords impuestos por Baugh --quien para lanzar no acomodaba los dedos sobre las cuerdas del ovoide-- han sido quebrados y ahora parecen pequeños en comparación a las estadísticas tipo videojuego que nos brindan los encuentros contemporáneos. Pero sus logros de 1943 jamás serán tocados.

Lo curioso de la carrera de Baugh es que queda en evidencia la evolución de la liga hacia un juego menos terrestres y más aéreo al revisar sus números. Baugh --quien comenzó su carrera profesional en la posición de tailback dentro de una formación single wing-- lideró a la NFL en intentos de pase con 171 como novato en 1937; luego lo hizo de nuevo 239 en el '43, con 354 en el '47 y finalmente con 315 en el '48. Baugh lideró a la NFL en pases de anotación con 12 en el '40, y de nueva cuenta con 25 en el 47. Sus 1,127 yardas aéreas fueron la mayor cantidad en la NFL en el '37, y en el '47 lideró de nueva cuenta a la liga en la misma categoría, pero esta vez con 2,938. Baugh jugó un papel tan crucial en esta evolución, que es considerado generalmente como el primer gran estelar en la posición de mariscal de campo en la historia de la NFL, pese a que realmente no adoptó esa posición en forma hasta 1944 cuando los Redskins se mudaron a una ofensiva con Formación-T.

Repasar algunos de sus números deja a cualquier lector boquiabierto. Además de lo mencionado arriba, Baugh lideró a la NFL en porcentaje de pases completos en nueve ocasiones, incluyendo la temporada de 1945 con un 70.3 que solamente ha sido superado por dos pasadores: Ken Anderson y Drew Brees, en dos ocasiones. En dos ocasiones, lanzó seis pases de touchdown en un partido.

En cinco temporadas, el despeje más largo del año perteneció a Baugh, y cinco veces lideró a la liga en promedio de yardas por despeje. Sus 45.1 yardas por despeje de por vida lo tienen N° 12 en la lista histórica, pero los 11 que están por arriba de él --incluyendo a Colquitt-- siguen en activo, por lo que Baugh todavía puede volver a ascender en el orden.

Después de su primer título como novato, Baugh lideró a los Redskins a Juegos de Campeonato de la NFL contra los Bears en 1940, 1942 y 1943, y contra los Cleveland Rams en 1945, conquistando su segundo título en el '42.

Sus 16 temporadas de NFL fueron un récord de la liga al momento de su retiro en 1952, con seis nominaciones al Pro Bowl y cuatro designaciones al primer equipo All-Pro. Baugh formó parte de la clase inaugural del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional en 1963. Además, fue incluido en el equipo ideal de la NFL de la década de los 1940s, el equipo ideal del 50° Aniversario de la liga, y el equipo ideal del 75° Aniversario de la NFL. Su N° 33 fue retirado por los Redskins y pertenece al Anillo del Honor de la organización.

Cuando acabaron sus días como jugador, Baugh probó suerte como entrenador en la AFL, dirigiendo a los New York Titans en 1960 y 1961 --antes de que se convirtieran en los Jets--, y en 1964 tomó las riendas de los Houston Oilers.

Baugh falleció el 17 de diciembre del 2008, lamentablemente afectado por el Alzheimer y la demencia, además de complicaciones renales, neumonía y baja presión sanguínea. En su momento, Baugh era el único sobreviviente restante de esa primera generación de 17 inmortales.

A diferencia de otros, Baugh nunca se mostró amargo respecto a la evolución del juego, ni habló con desdén de los nuevos jugadores.

"Lo puedo ver todo el maldito día", dijo Baugh a The Associated Press en el 2002, refiriéndose al juego actual. "Me gusta el fútbol americano que juegan. Tienen a chicos más grandes, y también tienen a esos malditos mercenarios de la velocidad que nosotros no teníamos. Me encantaría ser mariscal de campo en esta época".

Es común hablar hoy de que X o Y atleta podría haber hecho una cosa o la otra de haber jugado una posición diferente. Baugh efectivamente lo hizo, y lo hizo a un nivel muy por encima de los demás. Al hablar sobre el mejor jugador de fútbol americano de todos los tiempos, sería una necedad no incluir a Slingin' Sammy Baugh en la conversación.