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Chris Sale: una máquina en la loma

Es más que solo el mejor lanzador abridor activo que nunca ha ganado el Premio Cy Young. Es el ganador de la competencia "Demonios, por nada en el mundo querría enfrentarme a ese tipo".

Él es Chris Sale, la estrella más subestimada de los Medias Blancas de Chicago. Y estoy a punto de demostrar exactamente lo bueno que en realidad es -- y lo poco que desean los bateadores de América del Norte enfrentarse a él.

Bastan algunas cifras para demostrar que no hay un abridor más imbateable en el planeta, con cero títulos Cy Young. Y me alegrará presentarles todos esos números, con el fin de prepararlos para el enfrentamiento de dos sementales el próximo viernes por la noche: Sale contra Félix Hernández.

Pero la segunda parte de este ejercicio es mucho más divertida. Solo necesitas mencionar el nombre de este tipo a los bateadores que deben enfrentarse a él. La expresión de sus caras no tiene precio.

Es básicamente la misma expresión que se ve en los videos de los locos que corren con los toros en Pamplona. Se les ponen los ojos como platos. El mismo rubor en las mejillas. Las mismas palpitaciones cuando se dan cuenta de que ohhhh, no, esto no va a salir bien.

"Es un tipo que, cuando ves que está lanzando, de repente, el tendón de la corva se te tensiona o algo por el estilo", afirma Brian Dozier de Minnesota sobre Sale. "No sabes si saldrás con vida de ese juego".

"Trato de acumular días libres o de baja por enfermedad, y los uso cuando él comienza", dice Jason Kipnis de Cleveland. "Lo he programado perfectamente, creo que desde el 2013. Si tengo un día libre pronto, lo cambio para la semana en la que jugamos contra los Medias Blancas. Trato de evitarlo. Uso el viejo truco de: "¿Cómo está tu espalda?" "Bueno, siento algo de tensión, debe ser el clima". O como el viejo chiste de Rodney Dangerfield: "Esperen. Mi brazo. Sí, está roto". Así es como me siento cuando sé que Sale está lanzando".

"Vayan y pregúntenle a todos los bateadores quiénes son los cinco mejores pitchers del béisbol y, les garantizo que todos y cada uno de ellos lo mencionarán", dijo Jeff Francoeur de Filadelfia sobre Sale. "Si no lo hacen, significa que nunca se han enfrentado a él".

Ah, pero 437 bateadores activos de las grandes ligas han tenido el gusto de enfrentarse a él. Digamos que no les ha ido tan bien. Están bateando un .244 combinado (que equivale al promedio aproximado de toda la vida de Tuffy Rhodes), con casi 300 ponches (945) más que hits (679).

Así que pensé que sería entretenido preguntarles a algunos de esos hombres cómo describirían las alegrías de batear contra Chris Sale. Y para hacerlos sentir mejor, compartiré los datos que deberían convencerlos de que A) prácticamente todos los bateadores del mundo comparten su dolor y B) si tienen la impresión de que ha estado especialmente intocable esta temporada, pues bien, están en lo correcto. Aquí vamos.

¡Vaya trayectoria!

¿Estamos todos de acuerdo en que Clayton Kershaw es el lanzador abridor preeminente de este deporte? Gracias. Se los agradezco. ¿Pero quién se sitúa justo después de él? Reconozco que hay argumentos excepcionales a favor de Félix Hernández, o Adam Wainwright, o Madison Bumgarner, o David Price, o algunos otros. Pero la respuesta correcta es...

Chris Sale. Por supuesto.

¿Quién es el número uno entre todos los abridores activos en WHIP (con un límite de 800 entradas lanzadas en su carrera)? Kershaw naturalmente, con 1.04. ¿Pero quién está increíblemente cerca en segundo lugar? Ese sería Sale, con 1.06.

Ahora... ¿quién es el número uno en promedio de carreras limpias permitidas ajustado al estadio? Correcto. Kershaw, con 152. ¿Alguien que quiera intentar responder quién es el número dos? Así es. Es Sale de nuevo, con 142.

Ahora veamos el OPS de los bateadores que se enfrentan a estos tipos. ¿El líder activo? Correcto. Kershaw (con .577). Pero adivinen quién le sigue. Claro que pueden hacerlo. Es Sale, con .621.

Muy bien, existe otra categoría. ¿Qué les parece el Pitcheo Independiente de Fildeo (Fielding Independent Pitching) que no considera los aspectos del pitcheo que el lanzador no puede controlar (como la defensa de los Medias Blancas que con frecuencia puede ser desordenada)? ¿Quién es el primer lugar? Kershaw una vez más, con 2.67. ¿Pero quién es el único otro abridor activo por debajo de 3.00? Chris Sale, obviamente, con 2.91. ¿Notan la tendencia?

Sin embargo, cuando nos enfocamos en los ponches, el resultado varía ligeramente. ¿Cuál es el abridor activo que produce la mayor cantidad de ponches? La respuesta no es Clayton Kershaw. En realidad, ocupa el tercer puesto (con 9.64 ponches por nueve entradas). ¿El no. 1? Adivinaron. Es Chris Sale (con 10.22); y Max Scherzer (9.71) se sitúa entre los dos.

¿Ven por dónde voy? Básicamente, lo que tenemos aquí es una versión de Kershaw en la Liga Americana, pero sin los reconocimientos.

"Kershaw y él son los únicos dos zurdos en el béisbol que pueden avergonzarte por completo", dijo Francoeur, quien dice que se ha ido de 21-1 ante Sale en su carrera, pero con orgullo. "No pretendo faltarle al respeto a David Price o cualquier otra persona. Pero cuando te enfrentas a esos dos jugadores, te pueden hacer sentir como si nunca antes hubieras jugado béisbol".

¡Vaya temporada!

Y eso nos lleva hasta este año. ¿Creen que hayamos valorado debidamente lo que Chris Sale le está haciendo a los mejores bateadores de nuestro sistema solar esta temporada? La respuesta correcta es: no, no lo hemos hecho.

Básicamente estamos viendo una repetición de la vida de Randy Johnson. ¿Sí lo comprenden, verdad? Habría que remontarse hasta la época en la que Randy "The Big Unit" Johnson jugaba en su mejor nivel, para ver a un lanzador abridor provocar tanta brisa en el cajón del bateador como Sale lo está haciendo este año. Echemos un vistazo:

• Durante su aplastador show de 15 ponches contra los Cachorros el fin de semana pasado, Sale provocó 28 swings y fallas. Leíste bien, 28. Fue su quinto juego esta temporada con 25 abanicadas o más. Entre todos los demás abridores de la Liga Americana, han conseguido un solo juego de más de 25 (de Carlos Carrasco). ¿Entonces quién es el último hombre en producir cinco juegos de más de 25 abanicadas en una temporada? Sí, señor, Randy Johnson, en el 2002.

• El juego del domingo pasado también fue el decimosegundo comienzo de Sale con, por lo menos, 20 swings y falladas. Y esa sería la mayor cantidad en una temporada desde -- lo adivinaron -- "The Big Unit" en el 2002 (16 ese año). Nadie más, en todas las temporadas entre el 2002 y la actual, ha alcanzado dos dígitos.

• Y si Sale continúa haciendo lo mismo, va camino de terminar el año con 586 swings y fallas. Que sería la mayor cantidad desde, ¿adivinen quién? -- Johnson acumuló 637 en el 2002. Los únicos otros lanzadores de la Liga Americana que han alcanzado 500 en cualquiera de las 13 temporadas desde entonces, son Scherzer, Justin Verlander y Johan Santana.

No es de extrañar que Kipnis diga que su turno al bate más memorable contra Sale, fue uno en el que experimentó la euforia de hacer contacto con el bate. No un contacto con fuerza. Simplemente un contacto.

"Lo triste es que, el objetivo no era hacer un hit", se ríe el segunda base de los Indios de Cleveland. "El objetivo era poner la pelota en juego. Y lo hice. Logré regresarla hasta donde se encontraba él. Esperaba uno de sus 98 lanzamientos de dos costuras, y me lanzó una de sus curvas. Me quedé impactado por el simple hecho de tocarla con el bate. Machuqué la bola. Pero pensé: 'Oye, hice mi parte. Pude correr a primera base'. Así que fue un éxito para mí".

El repertorio

Lo que estos bateadores encuentran especialmente inspirador es ese sentimiento de que Sale puede poncharlos con cada lanzamiento que sale volando de su mano. Y hemos descubierto por qué se sienten de esa forma: porque realmente puede hacerlo.

De los turnos al bate que terminaron con su bola rápida este año, el 30.7% terminó en ponche. Es el porcentaje más alto de todos los abridores que usan la bola rápida, por lo menos, tanto como él.

¿Y los turnos al bate que terminan en un slider? La ridícula cantidad de 55.0% se ha convertido en ponche. Sí, 55.0%. Ningún otro abridor de la Liga Americana llega al 50%.

Y además, Sale ha acumulado 153 swings y fallas con su cambio de velocidad. Ocupa el segundo lugar, por atrás de Cole Hamels (171) en toda la historia del deporte. Total, eso es de 3-3 en lo que a dominio se refiere. Buena suerte tratando de encontrar un lanzamiento que realmente puedas batear.

Lo curioso es que los bateadores no pueden llegar a un acuerdo sobre cuál es su mejor lanzamiento. Francoeur vota por la bola rápida, porque "alcanza 94-95 [millas por hora] y puede hacer que curvee hacia adentro o se desvíe hacia afuera. Y no sabes cuál será. Si tratas de mirar a otro lado para intentar batear al lado contrario, lo puede notar, y registrará 94 mph, y te lanzará pegado al cuerpo y te hará explotar".

Por otro lado, Dozier dice que es la evolución del cambio de velocidad lo que ha llevado a Sale a un nivel completamente nuevo, y lo ha combinado con el slider para mantener a los bateadores alejados de su bola rápida. Así que, por supuesto, José Altuve dice que ambos están equivocados, porque es el slider el que llega zumbando, "y después la pelota de alguna manera desaparece".

No obstante, en realidad, ninguno de ellos respondió correctamente: es la devastadora combinación de todos esos lanzamientos, y la impredecibilidad de Sale, lo que produce ese infierno para los bateadores cada vez que se sube al montículo.

"Sabes, he tenido algo de éxito contra él", dijo Dozier, quien, de hecho, ha bateado .303 en toda su trayectoria (10 por 33) contra Sale. "Y la gente dice, 'Oh, lo ves muy bien'. Pero no. Es el tipo de lanzador contra el que has tenido algo de éxito pero no quieres volverte a enfrentar a él.

"Me ha ponchado numerosas veces", agregó Dozier. "Pero en una ocasión, realmente pensé que me había lanzado una bola rápida por el centro, así que abaniqué como si fuera una bola rápida. Y cuando todo terminó, creí que me había roto un dedo del pie derecho. De esa forma es que quebraba su slider y la pelota desaparecía. En realidad me pegó en el pie derecho. Esto simplemente viene a demostrarlo: creía que era una bola rápida por el centro y resultó ser un slider que me pegó en la pierna".

¿Qué queda?

En todo caso, hay una buena noticia para Brian Dozier: al menos él es diestro. Son los bateadores zurdos los que realmente disfrutan de los buenos tiempos cuando Chris Sale está a 60 pies y 6 pulgadas de distancia. Y para hablar en nombre de la población de bateadores zurdos está Prince Fielder.

"Para mí, es divertido porque tienes un pretexto", dice Fielder sobre los enfrentamientos con Sale. "En realidad se supone que no debería conectar un hit contra él. Así que si logras conseguir uno, piensas 'Sí. Bien hecho'. Pero si no lo logras, piensas 'En fin'. Se supone que no puedes, ¿sabes?"

Pues bien, tiene razón. Durante la carrera de Sale, ha lanzado contra 769 bateadores zurdos. En conjunto han registrado 236 ponches (31%), solo 143 hits (un promedio de .203) y (¿listos?) exactamente tres jonrones. El último de esos tres cuadrangulares fue hace aproximadamente tres años: de Brennan Boesch, el 2 de septiembre de 2012.

"Aunque, aparentemente los bateadores diestros tampoco batean hits", dijo Fielder, quien se ha ido de 28-5 (.179), con nueve ponches y ningún jonrón, frente a Sale. "Así que no me siento tan mal. Solo me molesto cuando logro batear con fuerza y alguien atrapa la pelota. ... Pienso, 'Si bateé la pelota con fuerza, necesita ser un hit', simplemente porque es él. Es duro".

Amablemente le sugerí a Prince que tal vez analizar videos le podría ayudar. Se echó a reir tan fuere, que su pecho se sacudió.

"¿Por qué querría verlo lanzar?" preguntó. "Lo que sí hago algunas veces es, puedes ver los hits que los lanzadores han permitido durante el año. ...

"¿Pero ver los hits que él ha permitido?" Dice Fielder, riendo efusivamente de nuevo. "Vaya que sería rápido. Tendría que repetirlo".

¿Pero la película del clásico swing y falla? Ese sería el largometraje más extenso desde " Lawrence de Arabia". Aunque no verías a ningún bateador mirando esa película tampoco, porque la ven en vivo cada cinco días. Cada vez que el más subestimado lanzador abridor del béisbol sale y prende el aire acondicionado del parque por sí mismo.