Martín Urruty 9y

Detrás de Hamilton

BUENOS AIRES -- A menudo en estos tiempos de la Fórmula Uno, lo mejor sucede detrás del ganador. En Bélgica volvió a ocurrir. Conviene hurgar más allá de Lewis Hamilton para encontrar emociones en la mejor pista del calendario actual, el emblemático Spa-Francorchamps. El inglés dominó la undécima fecha desde la pole position, que defendió con una correcta largada camino a La Source, la cerrada primera curva belga. Cumplió su estrategia de dos paradas en boxes y hasta tuvo tiempo en las vueltas finales para ahorrar potencia del motor Mercedes, aún la mejor unidad de potencia híbrida del Campeonato Mundial.

Aunque sea posible resumir en pocas líneas y con simplismo la 39ª victoria de Hamilton, segunda en Spa, el bicampeón pegó cuando hizo falta durante el fin de semana: derrotó a su compañero Nico Rosberg en clasificación (¡y por décima vez en 11 sábados!), fue más efectivo en la largada, soportó el ataque inicial del sorprende Sergio Pérez en la recta Kemmel, mantuvo la concentración en una pista compleja, sacó provecho de cada situación de carrera con precisión quirúrgica y su demostración sirvió para devolver como al pasar las críticas de quienes estuvieron muy pendientes de sus vacaciones y carnavales con la cantante Rihanna en Barbados, difundidas con la celeridad y liviandad de etiquetas que brindan las redes sociales.

Hamilton contó con la inesperada pero inestimable ayuda inicial de Rosberg, quien protagonizó una mala largada y cayó del segundo al quinto lugar en la fila. Desde esta carrera, los ingenieros tienen menos injerencia en la configuración del embrague para la partida. Hasta la fecha anterior en Hungría, el piloto recibía instrucciones durante la vuelta previa para ajustar el punto de acople del embrague de acuerdo con los últimos datos de la adherencia del asfalto, la temperatura, el mapa de motor y los neumáticos elegidos. A partir de Spa, y en el afán de aumentar la responsabilidad de los corredores en ciertas decisiones, eso ya no está permitido. Rosberg languideció en la salida y fue superado por Pérez, Daniel Ricciardo y Valtteri Bottas. Aunque recuperó el sitio perdido con Bottas, el alemán tuvo que esperar hasta el primer turno de paradas en boxes para remediar lo acontencido en la salida. Igual, a esa hora, ya no tenía cómo pelear con el efectivo Hamilton.

Después de la prometedora clasificación, la carrera de Bottas fue de mal en peor. Si al principio no tuvo buen ritmo, cuando paró a calzar gomas nuevas su Gran Premio quedó estropeado definitivamente. Williams se equivocó y le calzó una trasera derecha media y las otras tres, blandas. El finlandés fue penalizado con una pasada obligatoria por boxes debido a la falta reglamentaria, siguió con el auto desequilibrado hasta la siguiente detención y entonces su objetivo final fue sumar algún punto: acabó noveno.

Tres años atrás, Romain Grosjean había disparado una pavorosa apilada en la curva inicial de Bélgica, voló sobre la Ferrari -y a centímetros de la cabeza- de Fernando Alonso, y cuando aterrizó recibió una fecha de suspensión y 50.000 euros de multa. El francés pudo resarcirse de aquel mal recuerdo, justo días después al fallecimiento de su abuelo. Impecable en el manejo, se clasificó en la segunda hilera pero partió noveno debido al cambio de la caja de velocidades. Con precisas movidas en Les Combes, primero frente a Ricciardo y luego ante Checo Pérez, Grosjean se acomodó tercero. El australiano, ganador en 2014, sucumbió poco después debido a una súbita pérdida de potencia en la chicana final, lo que propició la interrupción con auto de seguridad virtual mientras el inerte Red Bull era retirado.

La neutralización de la competencia impulsó las detenciones de Grosjean, Felipe Massa, Kimi Räikkönen, Max Verstappen y Bottas. Sebastian Vettel, quien ya había calzado gomas medias, se mantuvo en pista y ganó lugares hasta acomodarse tercero en la fila. Ese cambio de planes de Ferrari tenía como objetivo que Vettel aguantara el resto del recorrido en el intento por defender el tercer lugar del ataque de quienes tenían caucho más fresco.

Estuvo a punto de lograrlo. Aunque Grosjean se acercó al tetracampeón 2010/2013 y empezó a atacarlo, el alemán parecía controlar la situación. Cuando faltaba una vuelta y media, en la recta Kemmel, la parte más rápida de Spa-Francorchamps en la que se llega a superar los 340 km/h, la trasera derecha se deshizo en pocos metros. Grosjean subió en Raidillon y encontró el regalo: el tercer puesto era suyo, su primer podio -y de Lotus- desde Austin 2013. El cuádruple campeón Vettel se fue sin puntos por primera vez en el año, y en su 150ª competencia y en la 900ª de Ferrari en Fórmula Uno.

El alemán se encargó de recordar la falla de -también- la trasera derecha de Rosberg en los ensayos del viernes y culpó directamente al proveedor de caucho. El ruso Daniil Kvyat también tomó riesgos con la estrategia, paró seis vueltas después de la neutralización pero colocó gomas blandas. Eso le dio ventaja en el final, cuando pudo abrirse paso para terminar en el cuarto lugar. Checo Pérez no pudo retener a Kvyat pero sí mantuvo a raya a Massa, Räikkönen y Verstappen, autor de la mejor maniobra de la carrera cuando superó temprano a Nasr por afuera en Blanchimont, un viraje en 8ª marcha y a unos 320 km/h.

Adelante, Mercedes firmó su séptimo 1-2 de la temporada y Hamilton sacó más de una carrera de ventaja en el campeonato. Rosberg, a punto de ser padre por primera vez, ha sido el segundo en cinco de esos dobletes. Queda claro quién lo tiene de hijo.

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