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Una fecha sin los mejores

BUENOS AIRES -- La convocatoria a la Selección de futbolistas de los clubes argentinos suele reforzar el vínculo del público con el equipo.

Luego del golpe en la final de la Copa América, los nuevos nombres oxigenan el panorama. Tales son los casos de Emanuel Mas, de San Lorenzo, y Matías Kranevitter, de River, ambos de brillante actualidad y más que merecido llamado.

Otro tanto sucede con Ángel Correa (ninguno de los tres había sido incluido antes en la Selección mayor), ya establecido en España, que es quizá el máximo exponente del talento argentino de última generación.

Claro que para mantener las buenas relaciones entre los clubes (hinchas incluidos) y la Selección hace falta una dirigencia inteligente y un entrenador dispuesto a transigir.

Argentina se apresta a disputar dos partidos amistosos frente a Bolivia y a México, en los Estados Unidos, cuyo exclusivo beneficio es la recaudación.

Quizá alguna cláusula incremente el dinero por presentar a Messi, pero más allá de estas exigencias (que pueden cumplirse o no, es resorte del técnico), la ocasión es apta como banco de pruebas.

Sin embargo Tata Martino, con la eliminatoria a la vista, ha decidido que estos partidos son de crucial importancia para calentar a los titulares y su intención es presentar a todas las estrellas.

Respetable punto de vista. Martino debe pensar que no le sobran oportunidades para ajustar la máquina. Entonces, además de las luminarias europeas, matiza el plantel con los héroes locales.

Lo mejor de cada casa. Los nombrados, más Gago y Tevez, lo cual resiente la formación de tres equipos en una fecha clave del último tramo del torneo (justo se enfrentan Boca y San Lorenzo).

Pero no sólo Boca (se le irán además el chileno José Fuenzalida y el oriental Nicolás Lodeiro) y San Lorenzo (también pierde a Ortigoza, de Paraguay) sufrirán bajas en la ya célebre, por lo discutida, 23ª fecha.

Sumados a Kranevitter, River resigna a los uruguayos Carlos Sánchez y Camilo Mayada, y al colombiano Eder Álvarez Balanta, todos afectados a sus respectivas selecciones durante la Fecha FIFA de septiembre.

Se sabe que los clubes perjudicados propusieron posponer la jornada crítica y que, hasta ahora, la AFA no consintió este pedido.

La razonable posibilidad de que finalmente no se juegue sigue latente, pero por el momento la entidad cuya presidencia heredó Luis Segura ha optado por atenerse al calendario con rigor fundamentalista.

Hasta el propio Martino, hacedor de la lista del conflicto, recomendó la suspensión de la fecha.

Al margen del comprensible berrinche de los clubes, la AFA debería priorizar su producto. Lo que quedará diezmado, lo que se devaluará todavía más es el campeonato argentino.

El fútbol local necesita la presencia de sus principales figuras para recomponer en el tiempo una jerarquía que, por ejemplo, el certamen de 30 equipos sólo ha contribuido a deteriorar.

A la fuga de talentos, las arcas exhaustas de muchos clubes y los estadios en condiciones penosas debemos agregarle esta inexplicable conspiración de AFA.