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El US Open del 2017: cambios en Ashe, Armstrong y Grandstand

NUEVA YORK (Enviado especial) -- La terminación del techo del Arthur Ashe y el nuevo Grandstand para el 2016, que dará lugar a la remodelación por completo del Louis Armstrong para 2017. En dos temporadas, entonces, el US Open habrá mejorado sensiblemente sus tres escenarios más grandes.

Desde el Unisphere del Corona Park, aquel emblemático monumento al globo terráqueo que quedó de la Feria de Nueva York de 1964-65, se pueden ver los listones blanco de acero que se asoman en lo alto. Desde el parque de Flushing Meadows es obvio. El Arthur Ashe mutó.

La decisión, prácticamente obligada. Las tediosas lluvias que hicieron postergar la final de caballeros de 2008 a 2012 para el lunes -la de 2014 ya fue planificada para ese día- y las remodelaciones en otros Majors ante problemas similares, empujaron a tomar una decisión de estructuras: la cancha central del US Open, con techo retráctil.

Pero no se quedó ahí. El estadio inaugurado en 1997, el más moderno del complejo, buscará darle un plus a las 23.000 personas que acudan, ahora, incluso con precipitaciones. A su vez se generarán nuevos palcos y habrá una mejora sustancial en el sonido, algo sin duda clave para el popular y ruidoso fanático del Abierto de los Estados Unidos.

Pero el techo del Arthur Ashe, para el cual están trabajando más de 400 personas y se invirtieron más de 500 millones de dólares desde la USTA (United States Tennis Association), no será la única novedad para la próxima temporada. El complejo Billie Jean King lucirá un nuevo Grandstand para 8.000 espectadores, que estará ubicado al costado de la Cancha 7 y por delante de la 4 y 5. Incluso, como en la Central, los trabajos ya comenzaron y se pueden ver las primeras estructuras y columnas de un lateral.

Asímismo, con esta mudanza, el Louis Armstrong también cambiará la cara, dado que se adueñará de los terrenos del Grandstand (actualmente estos estadios se encuentran pegados). Pero paso a paso. Eso será recién para 2017. No obstante, la próxima temporada el Armstrong seguirá en uso, pero con un escenario alternativo y parcial hasta llegar al final del proyecto.

El futuro del US Open, en camino.