Por Leonardo Ayala
NUEVA YORK (Enviado especial) -- El golpe de efecto tuvo resultado, por lo menos en el primer paso. El escueto trabajo junto a Jimmy Connors le generó un pequeño envión que la plantó un poco más segura en la Cancha 17 en su desafío ante Alison Riske. Y eso que Jimbo no dio el presente.
"Se fue el domingo, pero estamos en contacto. Lo llamé antes del partido y hablaré después para ver si tiene algo que decirme", explicó Eugenie Bouchard, con relación al asesoramiento de Connors, tras el positivo 6-4 y 6-3 ante Alison Riske.
La canadiense, luego de una dura derrota ante Roberta Vinci por 6-1 y 6-0 y perder 15 de sus últimos 18 partidos buscó un veloz giro de cara al US Open. Tomó contacto con el exnúmero uno del mundo, de fugaz relación hace unos años con Maria Sharapova, y se puso bajo su mirada por unos días.
"Trabajar esta semana con Jimmy me ha dado realmente un punto distinto de las cosas. Es muy enérgico. Me levantó un poco el ánimo", señaló Bouchard en conferencia. "Él cree en mí. Me ayudó a ser más positiva y recuperar parte de mi confianza", agregó.
La unión con Connors, cabe destacar, tiene un inicio años atrás. Se conocen hace tiempo y la canadiense lo rotula como "amigo". En esta ocasión, dio la casualidad de que ambos estaban en Nueva York y Bouchard apeló a un llamado para sumarlo como asesor después de cortar su vínculo con Sam Sumyk y quedarse sin entrenador por segunda vez en ocho meses.
"Fue simplemente genial estar con él en una cancha y escuchar sus historias de recuperación, la forma del tour en su época. Es divertido e inspirador", indicó.
Connors recién regresaría al Corona Park el domingo, siempre y cuando Bouchard siga avanzando. Su próximo paso, ante la eslovena Polona Hercog. Y en tercera podría cruzarse con Dominika Cibulkova, quien abrió el torneo sacando de carrera a Ana Ivanovic.
¿Habrá nueva reunión de Jimmy y Eugenie en el US Open? Sólo ella tiene la respuesta. "Tengo que hacer bien para verlo de nuevo", cerró, sonriendo.