Diego Diezgutiérrez 9y

Troy Aikman enmarcó la era más dominante en la historia de Dallas

La redacción de ESPN.com.mx eligió a los jugadores más representativos para cada número de jersey, desde el 99 hasta el 1, para dar a conocer sus semblanzas a modo de conteo regresivo hasta el arranque de la temporada regular del 2015. Aquí puedes consultar la lista completa.

MÉXICO -- Ser el rostro de una franquicia de NFL justo cuando ésta consigue sus mayores éxitos en la historia es un honor que corresponde a muy pocos mariscales de campo. Los ejemplos actuales podrían limitarse a Tom Brady y Drew Brees, quienes lideran a sus respectivos clubes y los guiaron a sus primeros y únicos campeonatos, no obstante, en el siglo XX se forjaron grandes dinastías que conservan fresca la memoria de sus héroes, como lo fue Troy Aikman para los Dallas Cowboys en la década de los 90.

La llegada de Aikman a la NFL resultó en una combinación de elementos que se enaltecieron con sus virtudes para lanzar, una producción récord en sus años colegiales con UCLA y una franquicia que añoraba sus glorias ya lejanas.

En la última temporada del legendario coach Tom Landry al frente de los Cowboys, el equipo terminó con marca de 3-13 y pudo escoger primero en el draft de 1989. El exitoso y controversial entrenador de Miami (colegial), Jimmy Johnson, fue el elegido para suplir los zapatos más grandes en la historia del club --los únicos, para ser precisos-- y Aikman se convirtió en su guerrero en cuanto el reloj del sorteo colegial arrancó su marcha.

El primer año de ambos no resultó por nada mejor que el último de Landry. El canje de Herschel Walker fue el estandarte de las polémicas decisiones de Johnson y un registro de 1-15 en la campaña de 1989 sólo levantaba más preguntas. Pero al igual que la mayoría de los mariscales de campo novatos que inician al frente de su ofensiva --Aikman fue el primero de los Cowboys desde Roger Staubach--, los triunfos no afectaban más que el desempeño y los tintes de profesionalismo. Cabe destacar que Aikman terminó con marca de 0-11 como titular, con Steve Walsh al frente de la ofensiva que ganó el único juego de ese año.

Similar al resto de los Cowboys, quienes reclutaron a Emmitt Smith en la primera ronda de 1990, Aikman fue mejorando en su desempeño conforme avanzaron los años. Aunque es considerado un pasador promedio, incluso sobrevalorado por algunos expertos debido a la gran protección y balance terrestre que los Cowboys le brindaron en su época, la producción aérea de Aikman fue elitista desde etapas tempranas. Apenas en su partido N° 52 profesional logró superar las 10 mil yardas y ya tenía la segunda marca de pases completos para la franquicia con 302.

Dichas hazañas llegaron en 1992, mejor año de los Cowboys en su historia al cabo de una temporada de 16 partidos. Con marca de 13-3, Dallas barrió la postemporada y anotó un combinado de 116 puntos en tres juegos, incluyendo una verdadera masacre de 52-17 ante los Buffalo Bills en el Super Bowl XXVII.

Para entonces, Aikman ya tenía dos selecciones al Pro Bowl detrás de una línea ofensiva consistente, apoyado de Smith y el receptor Michael Irvin en su mejor momento. Con 61 pases completos para 795 yardas y ocho touchdowns sin intercepciones, Aikman vio unos playoffs soñados y los redondeó no sólo con el Lombardi, sino con el honor de JMV del Super Bowl.

Troy era la cabeza de los trillizos, quienes destrozaban con su poderío ofensivo detrás de la trinchera custodiada por Daryl Johnston, Jay Novacek, Nate Newton, Mark Stepnoski, entre otros, y comandada por Norv Turner. Las defensivas rivales estaban perdidas. Si la estrategia era copar a Smith o Irvin, Aikman cumplía su rol de mariscal de campo y diversificaba sus opciones con el confiable Novacek o el veloz Alvin Harper.

Complementados por una unidad defensiva con grandes nombres y personalidades, los Cowboys vieron su mayor éxito entre 1992 y 1995, consiguiendo tres Super Bowls y dejando batallas épicas en la Conferencia Nacional más dominante que ha visto la NFL. Una de las mejores actuaciones de su pasador en postemporada se dio contra los Green Bay Packers en la Ronda Divisional de 1994, cuando completó 23 de sus 30 intentos de pase para 337 yardas, dándole a Irvin, Novacek y Harper 100 cada uno, con un pase de 94 yardas para touchdown de Harper.

Los Bills fueron dos veces víctimas de Aikman y compañía, quienes llevaron más tarde a Dallas a una gloria absoluta venciendo a los Pittsburgh Steelers en el Super Bowl XXX. Ambas franquicias llegaron al choque con cuatro Lombardis en sus vitrinas y, tras el resultado de 27-17 con una ofensiva bien coordinada y un juego de perímetro que interceptó en tres ocasiones a Neil O'Donell, la dinastía más grande de los 90 quedó zanjada, empatando a los San Francisco 49ers con la mayor cantidad de triunfos en Super Bowl.

Aikman se adueñó de la década plenamente, consiguiendo el número más alto de victorias en dicho período para un mariscal de campo en la historia de la NFL con 90. Aunque siempre fue destacado como un líder dentro del emparrillado, Aikman no pasó tanto tiempo guiando a sus compañeros como le hubiese gustado. De sus 12 temporadas como jugador de los Cowboys, Aikman sólo logró tres como titular en los 16 partidos.

Las lesiones cobraron facturas de alto precio sobre el mariscal de campo y para la temporada del 2000, a sus 34 años, Aikman sólo jugó en 11 partidos y perfiló su adiós de la NFL para abrir paso a la espera rumbo al Salón de la Fama, donde actualmente está bien arropado por sus otros dos "hermanos".

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