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Por Leonardo Ayala  NUEVA YORK (Enviado especial) -- Dos años muy difíciles. Esa sensación que todo quedó atrás quedó bien plasmada en el US Open 2015. Pero como cada paso en su vida, con obstáculos. No hubo wild card para el cuadro principal para ella, pese a que Venus Williams se quejara abiertamente; derrota en la segunda ronda de la clasificación y el sueño del main draw quedaba trunco. No obstante, una posibilidad de, al menos, volver a sentirse en la semana grande del US Open, tal como lo había hecho -en singles- en 2012 y 2013. Esta vez, la solución fue el cuadro de dobles mixtos. Y esa situación finalmente se terminó dando este jueves, en el cuarto turno de la cancha 15. Atrás, esos recuerdos de la dura infancia en Haití. También ese golpe de tener que someterse a sesiones de quimioterapia por un linfoma de Hodgkin, detectado en el mismo momento que llegaba al Top 100 de la WTA. Ansiedad, desesperación, ganas. Todo combinado para Victoria Duval, a meses de cumplir los 20 años y tras un celebrado regreso al circuito. Mucho recorrido para su corta edad. La estadounidense ingresó al court con la mirada baja, como pidiendo permiso. Soltó su bolso en la silla y, antes de sacarse el buzo, divisó a su familia a costado de la cancha. Saludo tímido con mano en alto hacia su sector, acompañado con sonrisa de nervios, y en marcha. Fue la primera en salir hacia el sorteo, tal vez algo impaciente. Peloteo con Nenad Zimonjic, una verdadera institución en dobles, con 39 años y exnúmero uno del mundo. Revoluciones al máximo. Ya en el partido, su primera intervención, con error de slice en la zona de la red. Luego recibió un ace del serbio y acto seguido no pudo devolver -golpeó con el marco- para ceder el game. Los nervios se multiplicaron, con errores no forzados de fondo y numerosos fallos de volea. Y también en su turno al servicio, con una doble falta en el primer intento. Momento esquivo. Así se fue rápido el primer set por 6-1. Como si las historias se vieran obligadas a una conexión, el compañero de turno de Duval tampoco la pasó bien en los últimos meses. Christian Harrison, hermano menor de Ryan, estuvo dos años sin jugar por multiples cirugías: en ambas caderas, en un aductor, en la muñeca derecha y en un acromio de un hombro. Como si fuera poco también padeció mononucleosis. Para él también fue una sensación especial. Lamentablemente el partido fue esquivo para ambos. El éxito, para Zimonjic y la alemana Julia Goerges por un doble 6-1. No obstante, ambos se marcharon con una sonrisa. Después de tanta lucha, un paso importante para Duval y Harrison en Flushing Meadows. El de volver a sentirse jugadores.
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