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Paire sigue en alza y jugará octavos de Grand Slam por primera vez

Por Leonardo Ayala

NUEVA YORK (Enviado especial) -- La cabeza de Benoit Paire da para todo. El francés, emocional y ciclotímico como pocos, volvió a ganar en el Abierto de los Estados Unidos y pisará octavos de final de un Grand Slam por primera vez en su carrera. Todo esto a poco más de un año de decir abiertamente que su "nivel era cero" y en la misma temporada que supo bajar varios escalones y jugar Futures y Challengers para regresar al Top 100.

Su juego en cancha manda señales. Su talento desborda en cada golpe. Desfachatez, audacia y, muchas veces también, decisiones equivocadas a la hora de tomar tiros. Incluso en ocasiones parece desganado. Pero ése es él. El mismo que no tuvo ningún inconveniente en decir que odiaba jugar en Wimbledon. Este viernes, en el primer día nublado de la edición 2015 del US Open, volvió a salir el sol para él. Victoria en sets corridos ante Tommy Robredo y boleto a la segunda semana. 

Premio extra para Paire quien no cerró los ojos con los flashes por haber abierto el torneo con el golpazo de dejar afuera a Kei Nishikori, N°4 del mundo y finalista de la edición 2014, en cinco sets. Y tras sortear al turco Marsel Ilhan en cuatro parciales, ahora sacó de carrera a un segundo preclasificado, esta vez con más soltura y un contundente 7-6 (3), 6-1 y 6-1. "La segunda semana era un objetivo real para mí. Tenía muchas ganas de alcanzarla. Esto es aún más importante que vencer a un Top 5 como Nishikori", destacó un renovado Paire en conferencia.

No obstante, el francés tiene en claro su momento, a tal punto de recordar, instantes después de haber dejado en el camino a Robredo y sin haber abandonado aún la cancha 17, que no pensaba tener un cierre de año así después de tener que pasar por torneos de mucho menor rango. Fue así, el ex-N°24 del mundo en 2013 jugó este año un Future -después de cinco temporadas- y seis Challenger, inclusive el último con una situación más que curiosa a cuestas.

Un repaso por su temporada. Tras una lesión y un regreso en muy malas condiciones, con nueve derrotas en 10 partidos, movió su calendario de manera repentina tras caer sus tres partidos en la Copa Hopman y en la la primera ronda de la clasificación del Australiana Open ante el joven sueco Elias Ymer por un claro 6-0 y 6-4. Barajar y dar de nuevo. Ganó un Future en Bressuire, cediendo dos sets ante jugadores más allá del Top 400. Dos semanas después se quedó con el Challenger de Bergamo, con tres victorias ante Top 200; y luego celebró el título en el Challenger de Quimper. La confianza iba volviendo a su lugar. Con premio extra: regreso al lote de los 100 mejores. Roland Garros lo puso de nuevo en carteles al vencer a Fabio Fognini en segunda ronda y luego la ratificación de la recuperación, con la consagración en Bastad con festejos de calibre ante David Goffin, Pablo Cuevas y Tommy Robredo. 

Toda esta situación le vio ver el circuito desde otra perspectiva. Y en el US Open le sacó máximo provecho. "Este viernes me las arreglé para mantener la concentración, incluso cuando no fue fácil. Estuve 3-0 abajo en el tiebreak del primer set y no dije una palabra. Estuve tranquilo", explicó Paire, en un claro síntoma de superación a aquellas aireadas protestas del pasado. "Eso hizo la diferencia hoy", agregó.

Y podría haber más. Ya se aseguró regresar al Top 40 y de vencer a Jo-Wilfried Tsonga saltaría al ranking más alto de su carrera, todo en el mismo año que supo retroceder y tomar impulso desde los Futures, la escala más baja del ATP.

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