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Más que un Superclásico

No es un partido más para Arruabarrena Getty Images

BUENOS AIRES -- Se viene otro Superclásico, pero no será uno más para Rodolfo Arruabarrena. El fixture (o el destino) quisieron que el encuentro se dé justo después de la derrota ante San Lorenzo. Y de haber perdido la punta. La dura caída ante los de Boedo pegó duro en el mundo xeneize. Ya no queda margen de error: una derrota en el Monumental terminará con el ciclo del Vasco Arruabarrena.

Ojo, nadie imagina una renuncia en el propio vestuario millonario, ni siquiera en la semana. El DT, un hombre querido en la institución de la Ribera, que salió de las Inferiores del club, se ganó el cariño y el respeto de la gente, y tiene espaldas para terminar su contrato hasta fin de año si él considera que todavía tiene fuerzas para seguir . Pero otro golpe ante el clásico rival, en un momento decisivo para el equipo, sería demasiado hasta para el Vasco.

Justamente, si algo deberán mostrar el equipo y el entrenador es que tienen chapa para ser campeones, y para eso hay que ganar partidos trascendentes, decisivos. Algo donde el Boca de Arruabarrena viene fallando: de 11 clásicos disputados bajo su conducción, los xeneizes apenas se impusieron en dos.

De todos modos, encontrarse con River en el camino puede verse de dos maneras diferentes. La mirada positiva pasa por tener la posibilidad de revancha: de los últimos enfrentamientos coperos, donde River, además de eliminar a Boca, luego fue campeón, y del partido perdido el domingo ante San Lorenzo.

¿Qué mejor oportunidad para dejar atrás el error del pibe Bentancur y encarar el tramo final del torneo con energía, que vencer a River en su casa?

La mirada negativa es que este River ganador de Gallardo, con la tranquilidad que le dan los últimos títulos obtenidos, y con la jerarquía que mostraron sus jugadores cuando se midieron ante Boca, tiene todo a favor para dar el golpe de nocaut. Jugar con la desesperación del rival y con la tranquilidad que le dan los resultados de los superclásicos es un plus muy importante para los de Núñez.

Arruabarrena conoce a la perfección el mundo Boca. Sabe que hay que ganar siempre y sabe que, incluso, la falta de títulos puede maquillarse con triunfos en los Superclásicos. Por el momento no se han ganado campeonatos, y las victorias de River por las Copas hicieron olvidar rápido el 5 a 0 del verano y el 2 a 0 en La Bombonera, en la previa a los octavos de final de la Copa Libertadores.

El DT tuvo a lo largo de su ciclo un gran plantel. Y más al inicio de esta temporada, cuando el Xeneize, en un año electoral, sacó la billetera y se reforzó con jugadores importantes. Más: durante el primer semestre contó prácticamente con dos equipos de primer nivel para afrontar la doble competencia.

Tal vez, tener tanto para elegir le terminó jugando una mala pasada al DT. La rotación, el cambio constante de jugadores, no tener definido un equipo titular fue uno de los puntos donde más cuestionamientos recibió el Vasco.

Justamente ante River, en el partido de ida por la Copa, el entrenador dio muestras de desconcierto, saliendo a jugar con Pavón (19) y Calleri (21) como titulares, y dejando a un futbolista de la experiencia de Osvaldo en el banco.

La crítica, también, se centra en los cambios, en la lectura que hace de los partidos. Claro, con el resultado puesto todo es cuestionable.

Lo cierto es que una vez más River aparece como el rival a vencer de este Boca. Ahora, los xeneizes no son los favoritos, algo que sí ocurrió en el último choque copero. En ese sentido Boca tendrá menos presiones, pero la realidad indica que la obligación de ganar para seguir en la pelea le pone más peso a la mochila de Boca que a la de River.

¿Podrá el Vasco sacarse el “karma” River con un triunfo en el Monumental? Habrá que esperar hasta la noche del domingo. Pero algo está claro: de ese resultado depende su futuro.