NUEVA YORK (Enviado especial) -- Brazos en alto. Luego, manos a la cara tapándose los ojos. Un sueño. Ni ella lo puede creer. Flavia Pennetta sacó en menos de una hora a Simona Halep, N°2 del mundo, y se clasificó a su primera final de Grand Slam.
"Es increíble todo esto, porque hace 20 días mi fisio me preguntó si yo pensaba estar en una final de Grand Slam o ganarlo, y le dije que no", soltó Pennetta entre risas en una de sus primeras apreciaciones en conferencia. "Pero como siempre digo: nunca se sabe. Hay que jugar y hacer todo lo posible. Lo bueno viene cuando menos lo esperas", agregó poco después del 6-1 y 6-3 ante Halep.
El tiempo no parece ser una barrera para la italiana, que junto a Vinci ya había hecho historia en Flushing Meadows. Tardó 33 años y 49 presencias en torneos Major para estar en su primera definición. No podía ser en otro torneo. Justo aquí, en Nueva York, donde había alcanzando al menos cuartos de final en cinco de sus últimas seis participaciones -no jugó en 2012-.
"Me gusta mucho jugar este torneo. Es uno de mis preferidos. Siempre tengo una buena sensación cuando estoy aquí. La cancha central es increíble. El ambiente también es algo que me gusta mucho", señaló la italiana. "No sé por qué siempre juego bien acá", agregó entre risas. "No hay ninguna razón. Siempre trato de dar todo en la cancha. Y ésta fue una buena semana para mí", continuó en una distentida conferencia.
Nervios, siempre. Y tampoco los oculta. No fue una noche sencilla para la italiana, quien no encontraba posición para dormir cómoda y dio vuelta y vuelta sobre la cama. La ansiedad le ganó la primera batalla, aunque sin embargo esto no se notó en cancha para nada del lado de Pennetta, quien se aseguró el regreso al Top 20 -será N°8 en caso de ser campeona- y se convirtió en la tercera finalista de Major de su país, tras Francesca Schiavone y Sara Errani.
Para trazar contrastes de lo difícil que es alcanzar ciertos logros bien podría marcarse que Pennetta estuvo fuera de las canchas por seis meses por una lesión en la muñeca derecha que la obligó a un paso por el quirófano. Su vuelta a la acción, a días de cumplir 31 años en 2013 y con ranking N °166, no presagiaba este final. Uno de los tantos campeones que lograron vencer al olvido.
"Estuve muy cerca del retiro", soltó con la misma risa tímida que cuando, ya en italiano, le consultaron sobre si ya había hablado con su novio Fabio Fognini. "No me pongo metas más allá. Cada año es igual. Empiezo sin saber si voy a jugar el siguiente. Hace tres años que mi mente está enfocada en eso", matizó. "En realidad sigo jugando porque es lo que me gusta hacer. No me veo sin el tenis. Además el retiro a veces parece algo aterrador, ¿no? La vida cambia. Aunque la mayoría de las veces cambia para mejor. Espero que sea mi caso".
En cancha, sin pensar en dejar la raqueta a un lado y con la sensación de seguir disfrutando día a día. Y todavía le queda un partido para seguir soñando en este US Open.