Leonardo Ayala 9y

US Open: ¿por qué Serena Williams perdió ante Roberta Vinci?

NUEVA YORK (Enviado especial) -- Sorpresa, sin dudas. Pero todo tiene una razón. En este caso, cinco puntos del porqué de la caída de Serena Williams ante Roberta Vinci en semifinales del US Open. Desde la presión de la estadounidense al juego de la italiana, con la imagen de Steffi Graf de fondo.

PRESIÓN PROPIA. No fue un torneo más para Serena Williams. La estadounidense tenía sobre sus espaldas el peso de estar a apenas siete triunfos del Grand Slam de año, algo que sólo dos tenistas habían logrado y que no se daba desde 1988. Encima, en casa. Con el correr del torneo, llegó a este partido ante Roberta Vinci a sólo un par de éxitos de ese notable logro, con una racha de 33 triunfos seguidos en Major. Y le pasó factura, por más que ella lo negara en una efímera conferencia de apenas cuatro minutos. Ya lo había pasado mal por momentos ante Kiki Bertens y Bethanie Mattek-Sands, también rivales ante las que no debería tener mayores problemas; incluso también había sufrido en Wimbledon ante Heather Watson. Hoy sencillamente no fue Serena. La exigencia interna, que fue en aumento desde la exposición externa a través de las portadas, entrevistas y entradas agotadas para la final femenina -por primera vez antes que la masculina- antes de haber comenzado el US Open, la sobrepasó.

ROBERTA VINCI. Sería injusto no nombrar a la italiana como una de las causas de la derrota de Serena. Algo prácticamente impensado en la previa, por antecedentes entre sí, trayectoria y por las diferencias de nivel entre ambas. Todo quedó en la frialdad de los números. La europea planteó un partido perfecto, que se enderezó, es cierto, desde el segundo set ante algunas ventajas dadas por su rival. Fiel a su juego, le cambió las alturas de la bola para que Serena no pegara en la cintura. Y tuvo el plus con el slice cruzado de revés y la derecha cruzada: la estadounidense no le encontró nunca la vuelta a pegar en movimiento. Ángulos y puntos cerrados en la red, sobre todo en el dramático final del partido, el golpe de gracia.

PARTIDO CON CONTRASTES. Serena Williams jugó todo el tiempo atada, más aún cuando se puso en ventaja. Los nervios de estar a pasos del Grand Slam de año y de su título N°22 de Major le impidieron soltar el brazo. Encogida, temerosa. Todo por tener la obligación de ganar. Del otro lado, lo opuesto. Roberta Vinci entró a la cancha sin nada que perder y le sacó provecho. La italiana poco a poco se fue soltando en el imponente Arthur Ashe. Tras superar el aluvión de Serena del inicio, se plantó y dio pelea. Y no le tembló el pulso. Mostró mejor control de la concentración y nervios, explotó al máximo los errores de su rival y terminó parada como la dominadora de las acciones.

LOS IMPACTOS DE SERENA. La bola de Serena dejó de correr. Sus tiros, con el correr de los minutos, pasaron a ser cortos y sin la velocidad que acostumbra la estadounidense en cada una de sus presentaciones. No supo cómo salir de la estrategia que le planteó Vinci, no hizo pesar su potencia y se repitió en errores: sumó 40 no forzados. Además, problemas con su servicio, sobre todo con el segundo (ganó sólo el 45% de los puntos por esa vía) y con doble faltas en momentos de tensión.

LA MAGIA DE GRAF. ¿Qué tiene que ver Steffi Graf con este partido? Nada. Pero una de las claves de Vinci en este triunfo fue su constante revés con slice, una marca registrada de la alemana en sus años de competencia. La italiana obligó a Serena a pensar qué hacer con su revés desde abajo, le nubló el panorama y terminó definiendo los puntos con la derecha. Salvando las distancias, tal como lo hacía la exnúmero uno del mundo en sus años de gloria. Así, con el triunfo de Vinci, la germana se mantuvo en soledad en el segundo puesto de ganadoras de Grand Slam con 22 (Margaret Court tiene 24) y como la última en ganar los cuatro Major en un mismo año.

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