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Ya son 22 ocasiones que el Barcelona es goleado 4-1 como visitante

BARCELONA -- El siete de mayo es una fecha maldita para el Barcelona desde que tal día como este, en 1986, perdió en Sevilla la final de la Copa de Europa en la tanda de penalties frente al Steaua de Bucarest. Pero también es, un siete de mayo, la última vez que había perdido un partido por 4-1. Hasta hoy.

Hasta el barrido en Balaídos, el Barça había sido derrotado en 21 ocasiones por 4-1, 17 de ellas en la Liga, con ese 4-1 en el Bernabéu, el siete de mayo de 2008 como última goleada por ese guarismo en contra. Aquella tarde de domingo Rijkaard se despidió del banquillo de un Barcelona que le hizo el pasillo de campeón al Real Madrid de Capello… Y que después fue burlado por el conjunto merengue.

De acuerdo con datos de ESPNFC es la peor derrota en la Liga para los catalanes, desde aquel lejano 2008 habían transcurrido 273 juegos.

El Valencia, en 1996, había sido el anterior rival en golear al Barcelona a domicilio por este resultado, que entre el Camp Nou y Les Corts, jugando como local, solo recibió en seis ocasiones, la última a manos del Salamanca en 1998.

Hubo un instante este miércoles en que regresó a la memoria la visita azulgrana a Balaídos de la temporada 1992-93, cuando el equipo de Cruyff peleaba cara a cara con el Real Madrid la conquista de aquella Liga y a cuatro jornadas del final del torneo fue vapuleado por el Celta, que le llegó a ganar 3-1 y con el 3-2 final pareció enterrar todas las opciones de Dream Team que acabaría, sin embargo, logrando el campeonato.

Esta vez existió la sensación, durante algunos minutos, de estarse viviendo una repetición de aquella lejana tarde de hace 22 años. Cuando los jugadores de Luis Enrique, con Messi a la cabeza, se estrellaban una y otra vez ante un portero descomunal o ante su propia fatalidad. Y, también, al verse a un Celta que parecía volar mientras el Barça se arrastraba.

Afirmar que es mejor perder un partido por 4-1 que tres partidos por 1-0 es una realidad tan cierta como fuera de lugar estuvo recordarlo por algún que otro tertuliano empeñado en ocultar las miserias del campeón. ¿Perdió por sus errores? Desde luego le penalizó fallar tanto ante la meta contraria, pero a la hora de hacer un cómputo del partido, fue arrastrado al lodo por su falta de brío, de hambre y de ilusión.

Eso, por encima de todo, es lo que resultó más inexplicable. Y, para muchos, imperdonable.

La última vez que el Celta le clavó cuatro goles al Barcelona en la Liga ocurrió en 1957.