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All Blacks: El secreto del éxito

Londres (Enviado especial) -- El 5 de agosto de 1903, el seleccionado de Nueva Zelanda venció a Australia en Sydney por 22-3, con una brillante performance de sus backs. Un comentarista del periódico "The New Zealand Herald" tituló su artículo "All backs". Pero un corrector de la imprenta creyó que el cronista había cometido un error y había querido escribir "All Blacks", refiriéndose al uniforme negro del equipo. Ergo, editó el título y dejó “All Blacks”, dándole origen al mítico sobrenombre.

Hoy, 112 años después, los All Blacks ya no forman sólo un equipo de rugby. Son el orgullo de una nación que respira por sus pulmones y que lleva este deporte en su sangre. Los All Blacks son los máximos referentes rugbísticos del planeta. Sintetizan la expresión perfecta de que el rugby va mucho más allá de lo que se ve. “La cultura de rugby está enquistada en nuestro país. No es sólo un deporte, es un estilo de vida, y a ese estilo lo exponen los All Blacks”, explican los hinchas kiwis, que partido a partido colman las tribunas del estadio de turno sabiendo que su seleccionado terminará poniendo de rodillas al rival que se le cruce en el camino. Porque su filosofía se cimenta en que permanentemente existe algo más que ganar o racha que extender.

El color negro profundo de su camiseta, que significa que guardarán luto por sus rivales cuando los aniquilen, intimida, apabulla, amedrenta a quien se le pare en frente. Y sus números los respaldan. Su historial deja en carne viva la supremacía dominante de su maquinaria, que factura millones de dólares en tickets, publicidad y marketing. Algunas de sus estadísticas, frías aunque contundentes, indican que gozan del 77% de victorias, record positivo ante todos los países (incluidos los British & Irish Lions) y dos Copas del Mundo en el bolsillo, ambas conquistadas en su tierra (1987 y 2011), frente a su público; ese público que, cuando los nombra, infla el pecho de orgullo. “Los All Blacks son sinónimo de identidad nacional, de tradición, de valores, de respeto a los espíritus del pasado. Los All Blacks son mucho más que dos palabras; son mucho más que un mero seleccionado de rugby. Los All Blacks son Nueva Zelanda y Nueva Zelanda es los All Blacks”, señalan los simpatizantes.

Pero, ¿cuál es el gran secreto triunfal? ¿Cuál es la llave del éxito? “Está en el agua y en la comida”, bromean. Pero a la hora de ponerse serios, creen que es clave que el rugby sea el deporte nacional de Nueva Zelanda. “Cuando yo cumplí 6 años, mi padre me regaló una pelota y me dijo: “será tu mejor juguete”. Esto mismo había hecho mi abuelo con él y yo continúe la tradición con mis dos hijos varones. Creo que con este ejemplo puedo resumir el porqué del secreto. Además, cada uno de los jugadores que es tocado por la varita mágica y alcanza a jugar en el seleccionado, tiene claro que, para poder considerarse un All Black, debe mostrar una inquebrantable dedicación por el ser mejor”, me explica Stephen Ettahiri, un cincuentón, oriundo de la ciudad de Rotorua.

Grant Crewe, otro hincha, completa el concepto: “en Inglaterra, Argentina y Francia, por darte tres ejemplos, aman el fútbol; los vuelve locos. Por otro lado, tanto Australia, con el rugby league, como Sudáfrica son países con una gran multiplicidad de deportes. En cambio, para nosotros no hay otros deportes. Es rugby, rugby y más rugby. No existe nada más. Es nuestra religión”.

Un punto no menor que resaltan los simpatizantes es uno de los valores que envuelven a su seleccionado: “Si algo no está funcionando nunca se le apunta a los jugadores jóvenes, sino que se busca a los referentes, porque son ellos los que fallaron”.

El famoso Haka, la danza maorí que se roba todos los flashes en cada presentación de los All Blacks, dispara un sentimiento dual entre los seguidores. Lo aman, pero sienten que se está desvirtuando su verdadero significado. “Hoy se hace el Haka en todos lados; no se tienen en cuenta sus raíces”, explica Stephen, con el entrecejo fruncido, para enseguida agregar: “convertimos una danza bien nuestra en un baile marketinero. La Unión de Nueva Zelanda debería, urgente, hacer algo al respecto, porque no deseamos que se continúe vulgarizando. Basta de bastardearlo por un puñado de dólares”.

Los All Blacks, y una nación detrás de ellos. El rugby, y un país pendiente de él. Porque la esencia es básicamente la misma. Quedó claro.