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Los Cowboys desperdician ventaja y pierden ante los Falcons

ARLINGTON -- Se suponía que los Dallas Cowboys eran el mejor equipo contra la carrera en la NFL, después de dos semanas de temporada.

Se suponía que esa misma defensiva era capaz de presionar mariscales de campo, en especial en situaciones de largo yardaje y/o tercera oportunidad.

Y se suponía que cuando un equipo con su mariscal de campo suplente y su mejor receptor lastimado tendrían suficiente con una ventaja de 14 puntos cuando apenas se habían jugado poco menos de ocho minutos.

Pero no fue así, los Cowboys tuvieron contra la pared a los Atlanta Falcons desde que comenzó el partido hasta poco antes de la primera mitad, antes de perder 39-28.

Este domingo en el AT&T Stadium de Arlington, la mayoría de los 90,345 aficionados que como siempre abarrotaron el inmueble se dieron cuenta de que hay cosas que nunca cambiarán con sus Cowboys.

Los Cowboys fueron incapaces de sostener dos touchdowns de ventaja y el que parecía un dominio total sobre los Falcons a la mitad del primer periodo; la defensiva se desfondó por completo en la segunda mitad y los entrenadores fueron superados en ajustes con facilidad.

Los Falcons se dieron cuenta pronto que los Cowboys llegaron con una línea defensiva muy mermada. Este domingo temprano se confirmó que el ala Jeremy Mincey estaba fuera con sintomas de conmoción.

“Simplemente no pudimos detenerlos”, dijo el entrenador de los Cowboys Jason Garrett. “Tuvieron un ataque muy balanceado hoy. Corrieron el balón de muy diferentes maneras con diferentes grupos de personal y formaciones. Nunca los pudimos frenar.

“Y son extremadamente buenos cuando pueden correr sacando la jugada por pase con engaño”, agregó. “Nos atacaron con Julio Jones. Convirtieron terceras oportunidades y mantuvieron series vivas cuando más necesitaban”.

En el primer cuarto, los Cowboys dominaron con 164 yardas totales, incluidas 91 por tierra, contra 74 yardas en general, entre ellas 43 por carrera.

Para el final del segundo periodo, los Cowboys ya sólo aventajaban 131 yardas totales contra 105 de Atlanta. Y en la parte complementaria fueron apabullados de ambos lados del balón.

Los Cowboys sólo generaron 52 yardas totales y permitieron 259 yardas. El corredor Joseph Randle ganó 85 yardas en sus primeros dos acarreos; después dos en otros 11 durante el resto del encuentro.

La defensiva de Dallas aceptó 31 yardas por carrera en el cuarto inicial; en los otros tres 127. El corredor DeVonta Freeman llegó a Dallas con 43 yardas en dos partidos, y se fue con 178, es decir, avanzó 141 este domingo en Arlington.

Es un hecho que el entrenador en jefe de los Falcons, Dan Quinn, sabía que si frenaban la carrera, tenían medio triunfo en la bolsa.

“Estos son jugadores y entrenadores profesionales que saben ajustar”, dijo el entrenador Jason Garrett. “Pusieron muchos jugadores en la línea de golpeo y se complicó correr. Debimos hacerlos apgar con el juego por pase”.

“Cuando fuimos incapaces de hacer, tuvimos éxito moviendo el balón y anotando algunos puntos”, agregó. “Cuando no pudimos, ya vimos cuál fue el resultado”.

El mariscal de campo Brandon Weeden teme lanzar el balón más allá de 10 yardas y si sus receptores después de recibir el balón logran algo más, se da más que satisfecho.

Weeden se cuidó más de las estadísticas y de evitar los errores que de tratar de hacer jugadas, incluso cuando el tiempo ya era factor y su desventaja era de doble dígitos cuando faltaban dos minutos de juego.

Sólo completó pases con un receptor abierto, Cole Beasley, quien logró 49 yardas en cuatro recepciones, la mayor parte de ellas gracias a sus piernas; igual sucedió con el corredor Lance Dunbar, quien sumo 100 yardas por aire en 10 recepciones.

La gran mayoría de las yardas de Dunbar fueron después de la recepción. Los otros seis pases que completó Weeden fueron al la cerrada Jason Witten para 65 yardas. “Creo que fui eficiente hoy”, consideró Weeden. “La jugada que me gustaría regresar fue ese pase a Witten (interceptado). Apenas lo fallé y me arrepiento. Fuera de eso, fui eficiente”.

“Di a los muchachos oportunidad de correr después de recibir el pase”, añadió. “Creo que no tuvimos muchas oportunidades de lanzar el balón largo”.

La NFL es una liga de quarterbacks, que necesitan evitar las entregas de balón, pero en algún momento hacer jugadas, aunque sea ante la desesperación de la derrota cuando queda poco tiempo.

Nunca fue así para Weeden, cuyo único error visible en estadísticas fue una intercepción en el segundo cuarto, que desde entonces es muy probable que cambió el rumbo del partido. Weeden fue interceptado en una jugada de rutina, en la que además tenía dos receptores solos completo, en su yarda 19 con 6:03 en el reloj en el segundo periodo, cuando los Cowboys ganaban 21-7 y movían el balón.

La intercepción se convirtió en siete puntos y peor aún para Dallas, en la entrega del momento psicológico y motivacional del partido.

Los Cowboys visitarán a los New Orleans Saints el próximo domingo y es muy probable que Weeden tenga su segunda y última oportunidad si juega de la misma manera timorata.

“No pudimos acarrear el buen momento de la primera mitad a la segunda”, dijo Weeden. “Tuvimos downs y jugadas complicadas. No sé cuántas jugadas corrimos en la segunda mitad, pero no creo que fueron muchas”.

“Hicimos muchas cosas buenas”, agregó. “Pero hay que quitarse el sombrero ante su defensiva”. El quarterback Matt Cassel ya estuvo este domingo en la banca, desequipado tratando de aprender la manera en que los entrenadores trabajan el partido.

Es un hecho que estará uniformado en New Orleans, a la espera de una oportunidad que los Cowboys darán si las cosas siguen igual con Weeden.

Para la defensiva, será la cuarta ocasión en que tres de sus principales jugadores estén afuera del campo, Greg Hardy, Rolando McClain y Randy Gregory; los primeros dos cumplirán ya sus suspensiones.

Los Cowboys desaprovecharon este domingo, un partido que pudieron ganar sin Tony Romo y Dez Bryant. Y en la NFL cualquier oportunidad perdida se paga caro al final.