Carlos Irusta 9y

Las claves de una pelea

CARSON -- Cuando se acerca el momento de la verdad para Lucas Matthysse y Viktor Postol, los interrogantes sobre el desarrollo del combate se van haciendo más atractivos. Ante todo porque el encuentro –programado para el sábado 3 de octubre-, será ante hombres muy diferentes desde el punto de vista físico.

Con su metro ochenta de estatura, Postol le lleva prácticamente una cabeza a “La Máquina”, que mide 1,69. “Creo que el único tan alto con el que me enfrenté fue con John Molina”, comentó Lucas, pero Molina -quien lo tuvo dos veces por el suelo al argentino con las largos directos de derecha-, no es tan alto como Postol...

Mientras el argentino trabaja con “Cuty” Barrera –su técnico de toda la vida- y Juan Martin “Látigo” Coggi –quien fuera, justamente, tres veces campeón mundial welter junior, la división de Matthyse-, Postol es entrenado por Freddie Roach. Y, se dice, lo hace casi en privado.

“Puede ser que a Postol lo entrene Roach, pero a mí me entrena Barrera”, dijo Lucas –con un asomo de ironía- cuando le mencionaron el tema.

Recordar que, aunque no estuvo esa noche en su rincón, Roach también entrena a Ruslan Provodnikov, a quien Matthyse venció en gran producción en abril pasado en Verona, Nueva York.

LA DISTANCIA, FUNDAMENTAL

Es asi una verdad de Perogrullo, una afirmación elemental en cualquier manual de boxeo. Pero en este caso, con tal diferencia física, se convierte en una obligación: el que domine la distancia dominará gran parte de la pelea. “No tengo solamente un plan B, tengo un C y un D”, dijo Lucas. “Son todos iguales: atacar, el peso de la pelea lo voy a tener que marcar yo”, finalizó con una sonrisa.

Y es cierto, porque Postol deberá mantenerlo a la distancia y para ello, Lucas deberá correr los riesgos de acercarse. Un desembarco que no solamente estará protegido por una artillería pesada –los largos derechazos del ucraniano- sino por lo que suele llamarse “el campo minado”, o sea todos esos golpes ascendentes que en forma de ganchos abiertos pueda tirar Postol.

EL RITMO DE LA BATALLA

Que Postol sea más largo no significa demasiado, si no sabe utilizar la ventaja. Carlos Monzón, que lo era (media 1,82, pero era peso mediano) lo hacía muy bien, porque como también marcan los manuales, era un maestro de la traslación. ¿Por qué mencionamos a Monzon? No solamente porque es una figura que conocen todos y es válida para un ejemplo, sino porque Monzòn fue considerado, de acuerdo con sus tiempos, un boxeador lento.

Postol también parece lento. Matthysse, en base a velocidad y ritmo, deberá caminar el ring cortándole los caminos, mover mucho la cintura para no ofrecer blancos fijos, y ante todo, trabajar con mucha velocidad en las combinaciones. Para el argentino, el factor sorpresa y cantidad de disparos puede ser fundamental.

LOS GOLPES PELIGROSOS

Ya hemos comentado que Postol, en base a izquierdas, puede hacer daño, pero que su arma es la derecha, ya sea en directo o en gancho cuando el rival se acerca. Matthysse tiene mayor variedad, por todo lo que se ha visto. Es capaz de definir con una izquierda larga y cruzada –como la primera caída que le provocó a Lamont Peterson.

Maneja el jab con una rara habilidad –con esa izquierda en punta torturó a Provodnikov, aunque éste es un hombre de ataque y favorecía la utilización de ese golpe. Y no olvidar su gancho de izquierda al cuerpo (con una sola mano noqueó a “Massa” Ortiz), que en este caso, será fundamental para quitarle movilidad al rival.

DOS INTERROGANTES

El primero: cuál es el poder de absorción de Postol. Se sabe que Matthysse, ante todo, tiene una pegada muy dura, basada en su potencia natural, su velocidad y puntería. De hecho, Cuty Barrera suele repetir: “En Estados Unidos creen que Lucas es sólo un noqueador, porque es lo que han visto, pero en realidad es un boxeador muy completo, que se hizo –o lo hice- más peleador para evitar los robos que sufrió con (Devon) Alexander o (Zab) Judah”. Se podría inferir que por una cuestión de calidad y experiencia, Lucas será el rival más completo al que se enfrente Postol. Y es casi seguro de que, en algún momento, “El hombre de hielo” va a sufrir. El tema es saber cuánta es su capacidad para el sufrimiento.

Lucas, al superar dos caídas ante Molina, demostró que puede caer, pero que se levanta…

El otro tema pasa por los asaltos finales del argentino. Es cierto que ante Provodnikov se cansó de pegar. Pero no se puede negar que, a partir del séptimo asalto, hubo una merma en “La Máquina”. Mario Arano, su promotor, admitió que tras esa pelea hubo largas reuniones, ya que todo requiere una explicación y hasta mencionó la intervención de un sicólogo. Tal vez no sea para tanto, pero si se puede esperar que Postol –a quien por algo llaman “El Hombre de Hielo”-, enfríe la pelea y hasta prefiera entregar algún asalto inicial con tal de descargar todas sus baterías en la parte final del combate (siempre y cuando llegue entero).

Son, por supuesto, análisis previos. Como suele decirse en los gimnasios, “Esto es boxeo” y un golpe colocado en el momento justo puede alterar totalmente la fisonomía de una pelea y también su desarrollo.

Lucas Matthysse subirá al ring contando con la ventaja de su experiencia, su variedad de golpes y su técnica. Postol con su envergadura física y su capacidad para manejar la distancia.

Cuando toque la campana, se verá. Esto es boxeo…

^ Al Inicio ^