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El juego de las diferencias

BUENOS AIRES – Uno está primero, el otro último. Uno jugó todas las temporadas en Primera División. El otro está disputando la primera. Uno está muy cerca de salir campeón. El otro, puede irse este mismo domingo al descenso.

El partido entre Boca y Crucero del Norte será el juego de las diferencias. Los Xeneizes, con el plantel más rico del torneo, y los misioneros, con uno de los más humildes.

El conjunto de la Ribera se reforzó a lo grande. Daniel Angelici, en un año electoral, no se fijó en gastos y le dio al entrenador todos los gustos: Sara, Peruzzi, Tobio, Pablo Pérez y Lodeiro, por caso, se sumaron a Orion, Gago, Cata Díaz…

Para jugar la Copa Libertadores trajo a Osvaldo, figura en Europa y ex jugador de, entre otros, Juventus, Roma e Inter. La frutilla del postre fue sin dudas la contratación de Carlos Tevez, un jugador de enorme jerarquía internacional, un lujo para el fútbol argentino.

Un plantel largo, que se potencia con jugadores de las Inferiores, contra uno muy corto, con jugadores del ascenso, de las divisiones menores o que llegaron de clubes chicos de Sudamérica.

Los contrastes son notorios, es cierto, pero eso no garantiza que Boca tenga los tres puntos asegurados. Que el fútbol sea apasionante se debe en gran medida a que el equipo más humilde está en condiciones de amargarle la jornada al más poderoso. Ocurre mucho más seguido que en otros deportes: los de Arruabarrena no deberán confiarse, porque un traspié les puede hacer peligrar el campeonato.

La diferencia de presupuesto que manejan los equipos es abismal. Veamos: Boca contrató, sólo a Tevez, por 6,5 millones de euros. En forma aproximada, el plantel xeneize está “tasado” en cerca de 60 millones de euros.

Sólo el Apache vale 15 millones de esa moneda, billete más, billete menos, precio que puso la Juventus hace unos meses cuando el 10 era pretendido, entre otros clubes europeos, por el PSG: los italianos llegaron a un acuerdo especial con Boca por una cifra mucho menor, ya que no consideraban al club argentino como un rival directo y, en gran medida, para satisfacer el deseo del jugador.

Los misioneros ni siquiera superan, con todo el plantel, lo que Boca pagó por Carlitos: con unos 3,5 millones de euros, tienen el presupuesto más bajo de la Primera División. Con el equipo casi descendido, el objetivo de la directiva del Colectivero fue seguir bajando el gasto del fútbol, pensando en no hipotecar el club y en llegar de la mejor manera a la próxima temporada, en la B Nacional.

Así, se rescindieron los contratos de varios futbolistas importantes, como Ernesto Pinti Alvarez, Fabián Monserrat, Juan Cabrera, Claudio Fileppi y Marcelo Lamas, entre otros.

Crucero es el club que más kilómetros debió recorrer en este inédito torneo de 30 equipos, y la mayoría de las veces (salvo los viajes a Mendoza y Rosario) debió hacerlo en micro. “Somos una empresa de colectivos, los jugadores están acostumbrados”, aseguran desde el club.

Ni siquiera para el choque histórico contra Boca se hará una excepción: los futbolistas saldrán el viernes por la noche y luego de 12 horas arribarán a Buenos Aires.

Los dirigidos por Sebastián Rambert llegan al encuentro contra los Xeneizes con siete derrotas consecutivas, en las que apenas pudieron marcar tres goles. Más: en todo el torneo, nunca se dieron el gusto de sumar los tres puntos en condición de visitante.

Creado en 1989 como empresa de colectivos, Crucero del Norte primero comenzó a jugar en torneos de futsal y recién en 2003, cuando se fundó como club, se sumó a los campeonatos de la Liga Posadeña de fútbol. Ese año, Boca salía campeón de todo con Carlos Bianchi, y hasta le ganaba al Milan la final de la Copa Intercontinental.

El del domingo, será el primer duelo entre ambos, la primera visita a La Bombonera de los misioneros. Está claro, el juego de las diferencias lo gana Boca por lejos. No hay equivalencias entre uno y otro equipo. Eso sí: aunque suene a frase hecha, en la cancha serán 11 contra 11.