Paola Núñez | Corresponsal 9y

Dominio colchonero cambia dinámica del derbi madrileño

MADRID -- El derbi de la capital española es tan importante, que según recordó Rafa Benítez, técnico del Real Madrid este sábado por la mañana, que recibió su primera “prima” por empatar con el conjunto del Manzanares. “50 pesetas”, que no compran ni un chicle en los tiempos que vivimos pero un premio simbólicamente importante para los jugadores de las inferiores hace cuatro décadas pues el honor dicta que hay que vencer al vecino como de lugar.

Hoy en día hay en juego mucho más que el honor y la presión de "mandar en la capital". Es recortar distancias hacia la cima desde sus incómodas posiciones fuera de la zona de Champions y quitarse la presión pues no terminan de cuajar, ni el "plan Benítez" en el equipo merengue, ejecutado a veces a ciegas y confiado a la suerte, ni el nuevo Atlético reforzado.

Históricamente, Real Madrid ejerce un dominio aplastante sobre su vecino, que en 171 enfrentamientos se ha llevado 93 victorias por 36 empates y 42 derrotas. Rachas de victorias consecutivas ante los del Manzanres que llegaron a extenderse por años – la última abarco un lustro de noviembre de 2009 hasta mayo de 2013 en que el Madrid hiló diez victorias consecutivas frente al Atlético.

La mejor racha rojiblanca, en contraste, apenas le había durado lo suficiente para hilar cuatro victorias consecutivas sobre el cuadro merengue entre 1950 y 1951.

Sin embargo, esa ‘paternidad’ sobre los colchoneros se ha acabado.

Más allá de las glorias del “minuto 93” que convirtió a Sergio Ramos en el último héroe merengue haciendo posible la conquista de la Champions a costa del vecino, el Atlético de Madrid se ha convertido su bestia negra. Desde aquel mayo de 2014, se han enfrentado ocho veces a sus vecinos y sólo han podido sacar una victoria.

La sonada derrota por 4-0 en febrero pasado desencadenó un desastre para los blancos que aún hoy deja ver sus secuelas en forma fantasmagórica, pues la afición aún teme ahogarse en el Manzanares pese a que su equipo vive, en el papel, una época de bonanza.

Se ha sabido sobreponer a cinco bajas importantes y, mejor aún, recupera a su motor, Gareth Bale, y su capitán, Sergio Ramos, quienes se han perdido los últimos cuatro partidos por lesión.

No ha caído en toda la campaña, suma dos empates y seis victorias, tiene la defensa menos goleada del campeonato, con solo un gol en contra, y una delantera voraz personificada por Cristiano Ronaldo, que ha marcado ya 323 tantos con la camiseta merengue igualando el récord goleador de Raúl González Blanco como máximo anotador en la historia del club.

Un gol más, y Cristiano Ronaldo empezará a contar ya no los que le faltan, si no los que tendrá sobre el resto de goleadores merengues – incluido Karim Benzema, segundo goleador activo y que con 139 tantos está a 16 de meterse en el top 10 histórico del Real Madrid.

Pero ese Madrid exitoso de Rafa Benítez no ha terminado de encontrar su sello de identidad y va por los campos de España y del Europa rogando que uno de los más de 10 intentos de Cristiano Ronaldo por partido encuentren su destino en la portería rival, o si todo falla, en que Keylor Navas siga en estado de gracia – apenas lleva un gol en contra y ha parado el 95% de tiros a puerta.

Y eso es a lo que teme la afición merengue por mucho que el Atlético llegue al partido en una situación de apariencia precaria. La derrota del pasado miércoles por 1-2 ante Benfica fue la segunda al hilo del cuadro rojiblanco (algo que no había ocurrido en año y medio) y la tercera de la campaña.

Se trata del inicio de campaña más discreto desde que Diego Simeone llegara a la dirección técnica del Atlético, con 12 puntos en Liga luego de cuatro victorias y dos derrotas que lo colocan como quinto clasificado detrás del Real Madrid, si bien es cierto que se han tenido que enfrentar a los equipos más duros de la competición en menos de dos meses.

En el Manzanares se empieza a sentir la presión luego de que se confeccionara un equipo con calidad suficiente para pelear por el título.

En particular, preocupa la sequía goleadora de Jackson Martínez, quien llegara el pasado verano como garantía en ataque tras convertirse en el máximo anotador de la Liga Portuguesa, además de la prácticamente nula participación de Luciano Vietto, delantero estrella del Villarreal el curso pasado - pero no termina de asentarse en el Atlético de Madrid que parte como la sexta opción, detrás incluso de Yannick Carrasco y Ángel Correa.

Preocupa, sobre todo, la ausencia de Koke, uno de los jugadores más talentosos del plantel rojiblanco y que de nueva cuenta será baja al no poder recuperarse de sus problemas musculares.

La preocupación, no obstante, no ha contagiado ni al plantel ni al cuerpo técnico. Simeone lleva semanas advirtiendo que no hay porqué alarmarse pues en el pasado las estrellas también se tomaron su tiempo en empezar a rendir frutos y que no es la primera vez que el Atlético atraviesa una mala racha y termina la temporada de manera exitosa; Que ha tenido que incorporar a “muchos jóvenes” que apenas empiezan a adaptarse a las exigencias de su equipo.

Como ejemplo, el hoy indiscutible Antoine Griezmann, que tras seis meses para el olvido acabó como máximo goleador del cuadro rojiblanco con 25 goles. O esa campaña 2013-2014, la última en que el Atlético sufrió tres derrotas consecutivas (dos en Copa del Rey que le costaron la eliminación) y que acabó llevándose el título de Liga.

“A mí no me sorprende nada de lo que nos estará sucediendo. Los primeros 10 partidos iban a ser muy complicados, con rivales duros en casa y partidos complicados fuera”, dijo Simeone este sábado tras el último entrenamiento de su equipo.

Al fin y al cabo, el Atlético sigue siendo uno de los equipos más duros a vencer como local – suman 35 partidos de 38 sin caer en Liga como locales y cuatro partidos consecutivos contra el Real Madrid en casa sin recibir gol.

Y, sobre todo, saben que no hay mejor cura para una mala racha y quitarse la presión que sacarle los colores al archirrival.

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